5 | Reconciliaciones

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M I É R C O L E S

Ámbar POV

Cuando imaginé que podría traer este nuevo año, jamás se cruzó por mi cabeza nada de esto. Apenas llevaba dos días y hasta ahora ya había discutido con Luna y con Benicio. La discusión con mi prima todavía la dejaba pasar, yo había tenido la culpa, yo la había provocado. Pero con Benicio la cosa cambiaba. Él no tenía perdón, ¿cómo se le ocurría preguntarme si sentía algo por Matteo? En serio que había escuchado toda clase de reproches de su parte, pero ese, ese se llevaba el premio mayor.

En toda la mañana, Benicio intentó acercarse a mí en más de una ocasión, pero todas fueron en vano, porque no se lo permitía. ¿Luego de lo qué pasó ayer? ¡Jamás! Iba tener que intentar mucho más si quería que lo perdonara.

Lo único que me hacía sentir mejor en momentos como este era la pista. Ayer apenas y patiné un poco con Benicio, pero hoy que estaba sola, quizá tendría más tiempo para disfrutar de la sensación que me provocaba estar sobre ruedas, así que sin perder tiempo, me coloqué mis patines y me encaminé dispuesta a ir a la pista. Y así de cerca estuve, ya que al querer salir de los lockers tuve que encontrarme con él. ¿Por qué el destino me pagaba de esta manera? No sabía, sólo sabía que no había manera de librarme de él fácilmente.

–Dejame pasar– Dije sin dirigirle la mirada, intentar no costaba nada.

–No, necesitamos hablar– Exigió, no pidió, exigió, así quería sumar puntos Benicio –Mi amor, necesito que me escuches.

–No necesito escuchar nada que no hayas dicho ya... Así que, ¿me dejas pasar?– Crucé de brazos.

–No, no has escuchado mis disculpas. Ámbar, yo sé que cometí un error ayer, está bien, lo reconozco. Pero, vos y yo somos más que eso. No podemos dejar que algo así nos separe– Asentí alzando ambas cejas.

–¿Terminaste?... ¿Vos de verdad pensas que con eso te voy a perdonar? Estás muy equivocado. Creo que te estás acostumbrando a que te perdone todo tan fácilmente, pero, ¿sabés qué?... ¡Me cansé!

–No. Yo sé que vos mereces más y sé que me he equivocado bastante– Habló y por primera vez escuché algo de sinceridad en sus palabras –Por eso te tengo esto...

De su bolsillo sacó una pequeña caja color negra y me la entregó delicadamente en las manos, la tomé frunciendo el ceño y sin dudarlo, la abrí para ver su interior. Dentro de este se encontraba una lapicera de oro rosado y al observarla, sin pensarlo dos veces la cerré nuevamente y levanté la mirada.

–¿Regalos? ¿Vos pensas que con regalos yo te voy a perdonar?– Exclamé con la voz enfurecida.

–No mi amor, no es el regalo, es el valor... ¿Vos sabés que significa?– Intentó calmarme.

–Sí... Que encima de todo tenés mal gusto para escog...

–No– Me interrumpió devolviéndome la caja que un segundo antes había intentado regresar a sus manos– La lapicera tiene un significado. Recorda... Hace tres años– Fruncí el ceño intentando hacer memoria.

–Benic...

–Ámbar– Volvió a cortar mi frase pero esta vez en un tono pasivo –Hace tres años cuando ni siquiera éramos novios, yo intentaba de todo para hablar con vos, para pasar tiempo con vos. Un día pensé en la excusa más nefasta de todas y te pedí una lapicera. Vos me prestaste una lapicera de oro rosado y yo por estúpido la perdí.... ¿Lo recordas?– Suspiré, ¿cómo es que él aún recordaba un momento así?

–Sí, lo recuerdo... ¿Pero eso que tiene que ver?

–Esa fue la primer discusión que tuvimos, antes de ser novios. Ámbar, nuestra primer pelea fue por una lapicera que tenía un gran valor para vos y aún así vos me perdonaste, me diste una oportunidad y así ha sido siempre. Yo sé que nuestra relación no ha sido la más perfecta de todas pero no importa cuantas veces discutamos, lo importante es que siempre nos damos una oportunidad y yo quiero que me des una oportunidad más– Dijo sin despegar nuestras miradas.

Ella o Yo | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora