E S P E C I A L | Navidad

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*Narrador omnisciente*

2003, 24 de diciembre

¿Navidad? ¿Acaso existe una época mejor? Seguro que para la familia Benson-Smith no, ya que cuando se tiene tanta alegría como la que ellos poseen día con día, navidad se vuelve un motivo más de celebración.

Y vaya que debían celebrar mucho este año, sin duda 2003 se había vuelto una montaña rusa de emociones para todos, especialmente para la familia Smith.

La familia perfecta, ese era el nombre que le podíamos designar a la imagen familiar que ahora se presenciaba, ambas hermanas con sus respectivos maridos, el padre de ambas mujeres y los tres pequeños, sí, leyeron bien, tres, ya que este año se sumó a la foto familiar la pequeña Ámbar, Ámbar Smith.

–Quisiera proponer un brindis– Comentó la hermana menor, Lily, levantándose de su asiento logrando que la atención de todos los adultos se capte en ella –Quiero dar gracias por esto, por todos ustedes... Papá, te quiero agradecer por estar siempre para nosotras desde que mamá se fue, por mantenerte a nuestro lado sin importar lo difícil que fue para vos... Hermana, cuñado...  Nunca me cansaré de agradecer lo que hicieron por mí y por Bernie, estaremos eternamente en deuda con ustedes... Y le deseo lo mejor a tu familia siempre, que sean muy felices con esta nueva integrante para siempre... Y al amor de mi vida, Bernie, quiero agradecerte por darme la familia que siempre quise tener, por ser siempre ese hombre bueno y honesto que yo amo... Brindo por estar unidos siempre, en las buenas y en las malas... Salud.

–Salud– Se logró escuchar prácticamente al unísono seguido de un par de risas.

–Que hermosas palabras mi amor– Mencionó Alfredo regalándole una sonrisa a su hija –Pero ahora... ¡¿Quién quiere abrir los regalos?!

–¡Yo! ¡Yo quiero abuelo!– Gritó de felicidad el pequeño Simón de tan sólo cinco años causando las risas de la familia entera.

–¡Entonces vamos!– Celebró Alfredo junto a su adorado nieto.

–¡Sí!... Vamos Ámbar– Comentó Simón.

Simón tomó de la mano a su ahora hermana menor, Ámbar, de apenas tenía tres años, para acompañarla hasta el gigantesco y hermoso árbol de navidad que la mansión Benson-Smith decoraba con tanto anhelo cada año.

–¿Quién va a ir primero?– Preguntó Alfredo hacia Simón.

–Ámbar... Mi hermana va primero– Sonrió Simón con tal orgullo hacia su abuelo.

El corazón de Sharon no pudo llenarse más al escuchar esas palabras salir de la boca de su hijo. Al aceptar hacerse cargo de Ámbar, Sharon se preocupó demasiado por cómo lo tomaría su familia, especialmente su pequeño hijo Simón, sin embargo, esas preocupaciones se esfumaron en cuestión de días, Simón estuvo más que emocionado de tener una hermana, jugaba con ella todo el tiempo, la cuidaba siempre, siempre se aseguraba que estuviera feliz, si lloraba trataba de calmarla, en resumen, adoraba a su hermana menor.

–Entonces que la princesa abra sus regalos... Vení Ámbar– Exclamó igual de sonriente Alfredo.

Ámbar, quien se aferraba a la pierna de su ahora papá, André, miró dudosa a su mamá casi como pidiendo permiso, era tan tierno verla de esa manera, en tan sólo cinco meses Ámbar se había vuelto parte de la familia, aunque a veces resultaba un poco confuso para ella, cada día se iba sintiendo parte de esa familia.

–Ve con tu abuelo, mi amor– Habló tiernamente Sharon logrando que la pequeña sonría un poco.

–Vení hermanita– Nuevamente Simón tomó de la mano a Ámbar para acompañarla hasta el regalo que Alfredo le indicaba.

Ella o Yo | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora