56 | Regresos

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L U N E S

Ámbar POV

Atónita. Esa era la palabra que me describía en ese momento. Ver a Benicio frente mío después de lo ocurrido la última vez, luego de todo lo que había pasado, en verdad logró quitarme el aliento.

Jazmín y Gastón me habían dicho que después del día de la competencia, Benicio había dejado la ciudad sin una aparente explicación, aunque yo creía saber el motivo por el que lo hizo.

Y ahora estaba de vuelta, frente a mis ojos.

—B-Benicio— Repetí en un nuevo hilo de voz —No sabía que habías vuelto— Dije causando que una ligera sonrisa apareciera en su rostro.

—Regresé hace un par de días pero hoy es mi primer día de vuelta al Blake.

—También el mío— Acoté logrando que frunciera el ceño.

—¿El tuyo?— Inquirió claramente confundido.

—Ha pasado mucho. Demasiado.

—También a mí me ha pasado mucho. Demasiado. Y por eso estoy aquí, de vuelta.

Una sonrisa incómoda se dibujó en mi rostro ante el silencio que se formó tras las palabras de Benicio que él correspondió hasta que su mirada pasó de mis ojos hacia atrás de mí lo que logró que confundida, girara hallándome con Matteo.

Matteo. Por un momento llegué a olvidar que minutos atrás me encontraba charlando con él, y haciendo que la incomodidad aumentara, giré dedicándole una nueva mirada a Benicio.

—Bueno, supongo que nos estaremos viendo...— Hablé retrocediendo un par de pasos con la misma sonrisa de antes.

—¡Espera!— Alzó la voz haciéndome detener —¿Podemos hablar?

Tragué saliva con dificultad para girar hallando nuevamente los ojos de Matteo que me observaban consternado. Entendía su mirada, yo también lo estaba. Hablar con Benicio no era exactamente lo que planeé para mi día, más bien, no planeé nunca más hablar con él.

No obstante, parte de mí deseaba escuchar lo que tenía para decir, pues la realidad era que en todo este tiempo, sus últimas palabras jamás habían logrado salirse de mi cabeza.

Asentí tímidamente para mirar a Matteo quien soltando un suspiro asintió también.

—Nos vemos en el aula— Respondió para alejarse hasta dejarnos solos.

—Decime— Indiqué una vez que no hubo rastro de Matteo.

—Es mucho que no sé por donde empezar...

—No creo entonces que sea el lugar indicado— Negué —Las clases están por empezar.

—Podemos entonces ir al escondite.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo entero al escuchar aquella palabra salir de la boca de Benicio. El escondite, como nosotros lo llamábamos, era un armario escondido en el que Benicio y yo solíamos encerrarnos a charlar antes y al estar de novios. Era nuestro escondite, nuestro lugar secreto, que al escucharlo mencionarlo no pude evitar sentir mil emociones encontradas.

—Hemos faltado ya, no creo que nos extrañen una clase más.

Solté una pequeña risa ante su comentario y dando un profundo suspiro asentí para comenzar a caminar junto a él hacia el escondite.

—Este lugar me trae tantos recuerdos.

Exclamó Benicio al cerrar la puerta del armario mientras que yo observaba cada rincón de este teniendo el mismo pensamiento que él.

Ella o Yo | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora