38 | Revelaciones

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V I E R N E S

Luna POV

Sin habla, estática, sintiendo mi cuerpo temblar cual gelatina, así permanecía parada frente a Matteo sintiendo mi corazón a punto de estallar.

Eran tantos los nervios que albergaban en mi cuerpo que ni siquiera era capaz de mirar a Emilia quien seguramente se encontraba de la misma manera que yo, o peor.

—¿No piensan hablar?— Demandó Matteo duro.

—N-No... No... Yo, yo te...— Balbuceé incapaz de poder articular una palabra correctamente.

—¡¿Cómo pudieron hacer eso?! ¡¿Cómo se atrevieron a ajustar la rueda del patín de Ámbar?!— Alzó el tono de voz Matteo logrando que dejara escapar aquellas lágrimas que había reprimido.

—No, Matteo... Déjame que te explique como fueron las cosas...

Supliqué intentando acercarme a él pero al apenas acortar la distancia un par de pasos, Matteo retrocedió mirándome con desprecio.

—¡¿Qué es lo qué me vas a explicar, Luna?! ¡¿Qué?! ¡Vos sos la responsable de que Ámbar ahora esté en el hospital!— Escupió Matteo con la respiración agitada.

—¡No! ¡No! ¡Yo no tengo nada que ver, mi amor! ¡Tenés que creerme!

Sollocé volviendo a hacer un intento por aproximarme a él pero aquel misma respuesta se repitió y Matteo retrocedió impidiendo que me acercara a él logrando que mi ansiedad aumentara.

—Por favor, Matteo... Déjame explicarte, yo no tengo nada que ver con esto.

—Escuché perfecto todo, Luna... Escuché cuando Emilia te dijo que ella había ajustado la rueda del patín de Ámbar.

—¡Exacto! ¡Emilia fue la que lo hizo! ¡Yo no tengo nada que ver! ¡Yo no hice nada!— Exclamé apresurada sin realmente analizar las palabras que salían de mi boca.

—¡¿Qué?!

Emilia gritó abriendo los ojos como platos ante mi mentira mientras que Matteo frunció el ceño observándonos a ambas desconcertado.

—¿Qué decís, Luna?— Interrogó Matteo en seco.

—Lo que escuchaste, yo no ajusté la rueda del patín de Ámbar, Emilia fue la que lo hizo.

—¡No! ¡Mientes!— Intervino Emilia acusante con los ojos cristalizados.

—¡Basta, Emilia!— Repliqué fingiendo culpa —Sos mi amiga pero no puedo cubrir lo que hiciste.

—¡Basta tú! ¡Tú eres la que miente!— Respondió Emilia fulminándome con la mirada.

—¿Qué es lo qué está pasando?— Demandó Matteo confundido.

—Lo siento, Emilia, pero no pienso ser cómplice de lo que hiciste— Negué para regresar mi mirada a Matteo —Yo no tenía idea que Emilia había hecho esto, yo al igual que todos estoy muy preocupada por Ámbar y al mencionarle que aún no había despertado, Emilia se largó a llorar y me confesó que ella fue la que ajustó la rueda del patín de Ámbar.

Dije con tal seguridad como si todo aquello hubiera sucedido en verdad, sonando lo más entristecida posible deseando que Matteo se tragara cada una de mis palabras.

—¡¿Qué?! ¡Es mentira todo, Matteo! ¡No le creas nada!— Soltó Emilia incrédula de lo que estaba sucediendo.

—Emilia, por favor... No mientas más— Supliqué recibiendo una mirada asesina de su parte.

—¿Por qué ella haría todo esto?— Preguntó Matteo aun desconcertado ignorando nuestras últimas palabras.

—Para ganar la estúpida competencia, Matteo... Aunque odiemos admitirlo, Ámbar es una de las mejores patinadoras del Roller y Emilia necesita desesperadamente ganar la competencia, por eso no pensó e hizo lo que hizo.

Ella o Yo | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora