E P Í L O G O 1 | Mambar

1K 44 13
                                    


| 2 años después |

Otoño parisino, sin duda no existe mejor paisaje para una postal que aquel. Calles y callejuelas repletas de árboles naranjas y rojizos que son coronados con la imponencia de aquel emblemático monumento: la torre Eiffel. Aquella estructura metálica que por sus trescientos metros de altura, te acompaña en todo momento, solo basta levantar la vista y ahí la encontrarás, siempre para ti.

Era justamente esa estructura la que acompañaba día y noche a Matteo Balsano, estudiante de primer grado en Economía en la prestigiosa Universidad La Sorbona de París, desde que se había mudado un mes atrás de su querida Italia.

Uno pensaría que el heredero de uno de los economistas y empresarios más importantes de Italia asistiría a la misma universidad donde se había formado su padre, la Universidad de Bolonia, en su tierra natal.

Sin embargo, el destino tenía otros planes para Matteo, pues al serle ofrecida una beca para la Universidad de París, el italiano no dudó ni un segundo en aceptarla, no solo por tratarse de una de las mejores universidades en Economía del mundo, sino porque París tenía algo que Bolonia no, un motivo mucho más fuerte que lo había hecho viajar mil trescientos kilómetros hasta la ciudad del amor.

Y fue justamente un día como cualquier otro –o eso pensaba Matteo–, que al hallarse saliendo de una clase de Teoría del Comercio, el destino que dos años atrás lo había hecho tomar la decisión de dejar Argentina para regresar a su natal Italia, lo volvería a tocar con la misma varita y escribir de una vez por todas el final de su historia.

Sumergido en el sueño que le provocaba el no haber pegado un ojo por pasarse la noche entera estudiando para un importante examen, no logró esquivar a ese cuerpo en particular que se hallaba ingresando al salón al igual que cientos de otros estudiantes, y sin poder evitarlo, ambos chocaron tomándose el uno al otro por sorpresa.

—Désolé...

—Sorry...

Pronunciaron ambos al unísono recuperándose de aquel repentino impacto y levantando la mirada, sus ojos se unieron por primera vez, o mejor dicho, por primera vez en tanto tiempo.

—No lo puedo creer.

Musitó la chica parpadeando repetidas veces para asegurarse que su propio cansancio no estaba jugándole una mala pasada y que verdaderamente, frente a sus ojos estaba él: Matteo Balsano.

—Ámbar...

Susurró ahora él causando que una sonrisa apenas visible se dibujara en su rostro. A pesar de que para él no resultaba una total sorpresa encontrarla ahí, luego de un mes entero, comenzaba a hacerse la idea de que quizá estaba equivocado y que ese momento que estaba viviendo jamás llegaría a suceder.

—Matteo —pronunció ahora ella un tanto más audible—. ¿Q-Qué... Qué hacés aquí?

Matteo dirigió su vista hacia el catedrático al frente del auditorio y no bastó más para que ambos soltaran pequeñas risas pues aun no lograban salir del trance de la situación que hasta ahora resultaba imposible.

—Ámbar...

Una tercera voz femenina se incorporó a la imagen provocando que sus miradas se separaran de nuevo para dirigirse a una pelirroja chica que observaba la situación un tanto confundida.

—Tu viens? —inquirió la joven hacia la ahora castaña Ámbar y ella rápidamente asintió.

—Je vais.

Respondió Ámbar para regresar su mirada a Matteo quien aun permanecía perplejo de tener frente a ella a la que algún día fue su rubio amor.

—Me encantaría hablar con vos, Matteo, pero tengo clase ahora... ¿Por qué no me pasas tu numero y arreglamos algo después? —exclamó para tomar su teléfono y sin más, Matteo asintió apresurado.

Ella o Yo | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora