Olga entró a la habitación de Xandra y la vio acostada en la cama llorando desconsolada, ella se acercó y se acostó a su lado, Xandra la abrazó, ella acaricio su cabello.
-Ya mi niña, ya-susurró.
-¿Por qué me odia de esta manera?-preguntó.
-Él no te odia-dijo Olga-, solo no sabe como ser padre, se pasó la vida entera viendo como tu madre era quién te regañaba y quién te cuidaba que nunca aprendió.
Ella sollozo en los brazos de Olga.
-Ven quiero ver esa boca-dijo Olga.
Xandra se la enseñó, tenía el labio roto, bajó por hielo y vio a su jefe con un botella de Whisky en frente. Él la miró.
-¿Cómo está?
-Muy golpeada y dolida-dijo ella sin más.
Subió de nuevo y le puso el hielo en la boca, ella gimió de dolor.
-Lo sé mi niña, lo sé, pero te hará bueno.
A las 3 de la mañana Xandra se quedó dormida de tanto llorar, Olga se durmió con ella, no quería dejarla sola. A las 6 de la mañana Olga se despertó y bajo a darse un baño y a hacer el desayuno, su jefe bajó y sin dejar nada se sentó.
-Tómese la pastilla, debe de tener una resaca que Dios libre-murmuró.
-Gracias-dijo el avergonzado.
Xandra bajó, y él pudo ver lo que había ocasionado, su labio superior estaba muy hinchado al igual que sus ojos. Tenía la nariz roja, de seguro lloró cuando despertó, pensó él.
-Mi niña, ¿Quieres una avena, mejor?
Xandra asintió sin mirarla, ella le sirvió la avena con canela, como a Xandra le gustaba, duró más de lo normal comiendo, ya que le dolía horrores el labio.
-Espero que entiendas el porque no iré a clases hoy-dijo Xandra levantándose.
-Xandra yo...
Ella lo miró, él se quedó callado, Olga llegó.
-¿Te gustó la avena, mi niña?
-Estaba muy rica, gracias, iré a mi habitación.
-Si me necesitas me avisas-Xandra asintió.
Al subir su celular estaba vibrando sobre la mesa de noche. Al ver que era Tony lo agarró enseguida.
-Dios mi vida, me tenías preocupado-dijo él.
-Ay Tony-susurró ella para luego sollozar.
-¿Qué pasó? Amor no llores, por favor, no llores.
-Tuve una discusión muy fuerte con mi padre y...-se quedó callada.
-¿Te golpeó?
-Sí...
Él maldijo.
-Mi amor, lo siento, en verdad.
-No es tu culpa-dijo ella y vio a su padre en la puerta de su habitación-, ya te llamo.
-Está bien.
-¿Era ese chico?-preguntó.
-¿Qué quieres?
-Despedirme, hoy tengo que ir a España, con Pablo y Daniel y...
-Vete-dijo-, adiós.
-Hija...
Ella lo miró enojada.

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Parar el tiempo.
RomanceXandra y Tony, su amor es más fuerte que todo aquel que lo quiera impedir. Ambos se soñaron, se tuvieron, se amaron... Pero una fuerza humana es mayor, sin importar a quién se lleva de paso, ese huracán pasa, llevándose consigo a dos corazones frági...