Sus ojos en mí.

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De la mano, Xandra y Tony caminan hacia la gran casa de Demarco, en donde vivieron momentos en los que la vida los puso a prueba. Al entrar Demarco sonrió.

-Que guapa estás-le dijo a su hija-, Tony-le dio la mano.

-¿Cómo está señor?

-Por favor, dime Demarco-dijo él-, pero vengan.

Caminaron al salón y se sentaron, su padre quería hablar con ella de algo muy importante para él.

-Olga-la llamó.

Ella llegó y al verlos los saludó. Hace unos meses ellos habían comenzado una relación, pero no querían decir nada por Xandra, querían esperar, pero su padre ya no quería hacerlo, ella se puso a su lado y Demarco le agarró la mano.

-Hija quería decirte que Olga y yo tenemos una relación de hace meses y queríamos que supieras-ella miró a Olga y sonrió.

-Ya lo sabía-dijo ella tranquila-, pero me alegra.

-¿Ya lo sabías?-preguntó Olga.

-Hombre que sí, jo, con esas miraditas que se daban cuando me quedé aquí apenas regresé de España era más que obvio-ellos sonrieron.

-Me alegra que no te enojaras-dijo su padre.

-¿Y por qué lo haría? Son mayores y en temas del corazón no podemos meternos-miró a Tony- ¿A qué hacen linda pareja?

Él sonrió y la abrazó.

-Sí cariño-dijo besando su hombro.

Demarco sonrió, ahora podía besar a Olga sin temor a lo que pensara su hija, al ver que lo había aceptado estaba feliz. Los cuatro hablaron tranquilos en el salón, a la hora de la comida pasaron al comedor, Xandra ayudó a Olga.

-Mi niña-dijo ella- ¿En serio no te molesta? Es que todo fue tan nuevo que...

-Olga, no me molesta-sonrió ella-, me gusta. Así puedes regañar a ese ogro cuando te hace un mal modo.

Ella sonrió. Comieron entre risas, pasaron una tarde tranquila. Tony estaba tranquilo al ver que Demarco poco a poco lo iba aceptando, Demarco por su parte necesitaba ver feliz a su hija, quería que volviera a ser la chica de antes, antes de que él amargara su vida. Xandra estaba con Olga en la cocina, las escuchó reír y Demarco sonrió, se acercó a Tony.

-¿Quieres algo de beber?-preguntó.

Tony lo miró.

-Algo no tan fuerte-dijo él.

Él le sirvió una copa y otra para él, se la dio y bebieron en silencio.

-¿Cómo va el banco?-preguntó.

-Tranquilo-dijo.

-¿No es mucho trabajo?-preguntó Demarco.

-Como en cualquier otro, solo que mucha responsabilidad cae sobre mí, si algo pasa yo tengo la culpa, así que debo tener mucho cuidado.

Demarco asintió.

-Sí, es algo obvio, es mucha responsabilidad-Tony asintió-. Quería pedirte disculpas.

-¿Por qué?

-Por como te he tratado todos estos años, no he sido alguien bueno.

-No se preocupe-dijo Tony sonriendo.

-En verdad, no me gusta recordar como te eché de esta casa hace años- Tony suspiró-, no fue algo digno.

-No, no lo fue, pero ya pasó no se preocupe.

Parar el tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora