Tony llegó a su oficina, lo habían ascendido a gerente del banco, supo como desempeñarse, y logró llegar a donde quería. Su secretaria al verlo se levantó como un resorte, él la miró serio.
-¿Algún recado?
-Su tía lo llamó, dijo que no olvidara pasar hoy a su casa.
-Gracias-dijo él y entró a la oficina.
Pasó la tarde trabajando, necesitaba ocupar la cabeza en algo. Su relación con Tania duró poco, ella no pudo soportar que el fantasma de Xandra lo siguiera todo el tiempo ella quería más y eso Tony no pudo dárselo. Había tenido una mañana de perros, habían problemas en el banco con unas cuentas muy importantes de algunas personas con los que no querían tener problemas, con las cajas de seguridad, fue donde empezó todo.
Su vida estaba mejorando, logró comprar una casa, hermosa, grande, con un jardín de en sueño. El cual la llenó de perros que nunca tuvo de pequeño, había comprado una pareja de Husky blancos. Cada mañana sale con ellos a correr, adoran a su dueño y él los adora. Han sido sus amigos en tiempo de soledad. A las 5 salió de la oficina, cuando llegó a la casa de su tía ella le sonrió.
-Adoro como te quedan los trajes-él rio.
-Que cosas dices-dijo él.
Berta sale de la cocina sonriendo. Había empezado una relación con Oscar, se llevaban como perros y gatos pero se amaban. Ella logró montar su panadería propia, y su madre estaba feliz de que lograra salir adelante y dejara esa vida alocada que llevaba.
-¿Dónde está mi novio?-preguntó ella cruzándose de brazos.
-No lo sé, no lo vi.
-Es que cuando lo vea ¡Le voy a cortar su preciado amigo!-dijo molesta.
En ese momento el timbre sonó y su gesto cambió, su madre rio.
-Esta niña, nunca cambia.
Ellos vieron como aquellos se besaban con amor y fueron a la cocina. Tony quitándose el saco y la corbata enrolló sus mangas y ayudó a su tía con la cena, en familia comieron felices. Como siempre y sin poder evitarlo ellos hablaron de trabajo.
-Estaba viendo que una de las cajas de seguridad involucradas es de Demarco Menori- Berta al escuchar a su novio miró a Tony.
-Sí, ahora lo vi-dijo.
-¿Es verdad que pidió una cita contigo?-él asintió.
-Mañana a las 10-Berta seguía mirándolo-. Berta deja esa mirada de loca.
Ella suspiró, su tía comía ajena a lo que pasaba, siempre que hablaban de trabajo solo los ignoraba. A las 8 de la noche se despidió, debía descansar. A las 4 de la mañana se levantó y alistándose salió de la casa, los perros saltaban a su alrededor.
-Vamos Kira-dijo él al verla olfateando la entrada.
Empezó a correr con ellos, como siempre pasó a un parque para que ellos descansaran y tomaran agua. Se sentó en el banco y miro a sus perros correr felices por el parque. Esa mañana se iba a enfrentar de nuevo con ese hombre quién le robó la felicidad, quería verlo y hacerle ver que logró todo sin su dinero. Caminó a la casa con sus perros a un lado, al llegar se fueron a tomar agua, la casa estaba sola, como siempre, él se encargaba de limpiar. No necesitaba a nadie para que lo hiciera, su tía llegaba durante el día para hacerle la cena y acomodaba un poco. Pero a él nunca le gustó que lo hiciera.
A las 8 de la mañana llegó al banco, saludó a sus compañeros y fue directo a su oficina. Trabajó y a las 9:55 su secretaria le informó que el señor Merino estaba en la sala de juntas. Él respiró hondo y salió con las hojas del informe que había pedido. Cuando llegó a la sala de juntas lo vio sentando de espaldas.
-Señor Menori, un placer verlo de nuevo-dijo como todo un profesional.
Demarco frunció el ceño.
-Pedí hablar con el gerente-dijo él.
-Lo tiene en frente-dijo Tony- ¿Falta que me presente?
Demarco gruñó molesto, se sentó al frente de él y le entregó las hojas.
-Aquí tiene el informe, y si tiene alguna duda podemos ir a ver la caja de seguridad, todo para complacer a nuestros clientes.
Demarco lo miró por un momento, no a gusto dijo:
-Prefiero ver la caja.
-Claro. Por favor sigame.
Demarco camino detrás de aquel hombre, sin duda logró superarse y eso lo molestó. La imagen de su hija con él en el patio, mientras ellos reían y se besaban lo golpeó. No quería pensar que se había equivocado. Demarco revisó su caja de seguridad y al ver que todo estaba en orden salió, lo vio firmar algo que una joven le entregaba, le dijo algo y ella asintió. Tony lo miro serio.
-¿Todo bien?
-Sí-dijo.
Él asintió.
-Pues creo que todo esta como se debe, fue un gusto verlo-le tendió la mano.
Demarco le dio la mano sin dejar de mirarlo. Empezaron a caminar en silencio, Daniel al ver a su amigo se levantó, miró a Tony, él lo miró serio.
-Señor Botillo-asintió-, me retiro, cualquier duda sabe donde encontrarme.
Se dio la vuelta y empezó a caminar, durante esos dos años había ignorado por completo a Daniel, él siempre intentaba hablar con su hijo pero Tony nunca se lo permitió, no después de aquella tarde. Daniel suspiró y vio a su hijo caminar, Demarco resopló.
-Se logró superar el muerto de hambre.
Daniel molesto lo miró.
-No vuelvas a decirle así a mi hijo-Demarco frunció el ceño.
-¿Tu hijo?
-Sí, mi hijo.
-¿Pablo sabe algo de esto?
-No, y no se lo dirás, vamos-dijo Daniel.
Demarco salió detrás de él sorprendido. Daniel volvió aquella tarde a el banco, necesitaba hablar con él de una vez por todas.
-Anthony-lo llamó antes de que subiera a su auto.
Tony se dio la vuelta molesto.
-¿Qué?
-Me vas a escuchar-dijo su padre, él frunció el ceño-, sé que no fui un padre para ti, pero quisiera serlo ahora.
Tony se rio.
-¿Está loco? ¿Ahora se cree mi padre por una prueba de paternidad? Que por cierto ¡La hizo sin mi consentimiento!-Daniel suspiró.
-Creo que nosotros podemos...
-No, señor Botillo, creer ya no vale la pena. Siga con su vida como lo hizo hace 30 años, adiós.
-Dime algo ¿Qué pasaría si tu madre aparece y te dice lo mismo que yo?-Tony se quedó en silencio- ¿La aceptarías?
No sabía que contestar, tenía razón, ella también lo abandonó, pero no quiera darle la razón a aquel hombre.
-Eso a usted no le incumbe, lo que haga o no con mi vida le debe de importar una mierda, como la mierda que le importé cuando mi madre le dijo que estaba embarazada-eso a Daniel le dolió-, déjeme en paz, ¿Cree que no me he dado cuenta que cada dos o tres semanas me espera en su auto esperando tomar valor para hablarme?
Daniel resopló, era verdad, él viaja mucho, y eso le sirvió luego de que él le dijo que era su padre. Iliana viaja de vez en cuando con él, se habían casado de nuevo y ahora eran más felices que nunca.
-Hijo yo...
-No me llame hijo, por favor déjeme en paz, siga pensando que Pablo es su único hijo, o ¿Acaso él sabe que soy su hijo?-Daniel negó con la cabeza- Ve, mejor siga con él y yo sigo con mi vida como hace mucho aprendí a seguir sin la ayuda de mis padre biológicos.
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Parar el tiempo.
RomantizmXandra y Tony, su amor es más fuerte que todo aquel que lo quiera impedir. Ambos se soñaron, se tuvieron, se amaron... Pero una fuerza humana es mayor, sin importar a quién se lleva de paso, ese huracán pasa, llevándose consigo a dos corazones frági...