Contra nuestros impulsos.

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Tony llegó a la academia, necesitaba verla, necesitaba tenerla cerca. Al entrar la vio despedirse de algunas mujeres, supuso que eran profesoras, ellas le sonrieron cuando pasaron por su lado. Xandra siguió mirando su teléfono, todos se habían ido, solo tenía que cerrar e irse. Tony caminó hacia ella seguro, y cuando estuvo cerca de ella la agarró de la cintura y la pegó a su cuerpo. La besó y ella sorprendida se separó, al ver quién era frunció el ceño.

-¿Qué haces?

-Hacer lo que yo quiero-dijo él para besarla de nuevo.

La pegó a la pared, atrapada entre la pared y el cuerpo de ese hombre que la volvía loca se dejó besar, lo desea. Se separaron de nuevo y se miraron a los ojos, no tuvieron que decir nada para saber lo que querían. Ella, agarrando su mano lo llevó a una de los salones y cerró la puerta, le quitó el saco y él apurado le subió la falda, no podían alargar las cosas o podría alguien llegar, así que sin pensarlo mucho le quitó las bragas, se bajó el pantalón y con él se fue el bóxer, la volvió a pegar a la pared y levantándola por los muslos la penetró. Se quedaron unos segundos inmóviles, aquello era fascinante, él volvía a tenerla a su merced.

La besó y le hizo el amor, ella por primera vez en 3 años disfrutó del sexo, él despertaba todos sus impulsos más primitivos, siempre fue él quién supo como manejarla con solo tocarla. Tony apoyó su frente en el hombro de Xandra, ambos tenían las respiraciones agitadas, no podían hablar. Ella acarició su cuello y suspiró. Cerró los ojos y maldijo.

Tony salió de ella y la bajó con cuidado. Se vistieron en silencio, sin mirarse ni tocarse. Cuando estuvieron presentables de nuevo se miraron, aquel arrebato era algo normal en ellos hace tiempo, pero ahora no sabían como reaccionar.

-Yo...-susurró Xandra.

Él negó con la cabeza.

-Lo siento-dijo.

-No-dijo ella-, no lo sientas yo también lo quería.

Él la miró a los ojos.

-¿Entonces qué es lo que te tormenta?

-Pablo-dijo ella incómoda.

-Sí, y a mí Holly-dijo él frunciendo el ceño, pero en ese momento no había pensando en ella, si no hasta que todo aquello terminó-. Hagamos como si no pasó nada y podremos seguir con nuestras vidas.

Ella asintió. Se acomodó la falda y él salió primero, necesitaba alejarse de ella antes de que la volviera a hacer suya. Ella salió respirando hondo, la colonia de Tony estaba impregnada en su piel y ropa. Tony estaba apoyado en recibidor, cuando la sintió a su lado la miró.

-Aún tienes ese aroma que me volvía loco-murmuró.

Ella sonrió.

-Y tú llevas esa colonia que siempre me gustó-él sonrió-. ¿Quieres algo de tomar?

Negó con la cabeza.

-Debo irme-dijo él y le besó la cabeza-, siento si puedo ocasionarte algún problema.

-Yo también lo siento.

Él sonrió levemente, y sin decir nada más salió de ahí. El viento chocó en su rostro, siendo lo que necesitaba, aire, al entrar a su auto maldijo en un susurro. Al llegar a casa Holly bajaba de las escaleras, le sonrió, y como si le metieran un puñal en el corazón sonrió.

-Amor, pensé que vendrías más temprano.

-Sí, yo igual, solo que hubo un... problema en el banco-dijo.

Ella sonrió de nuevo y lo besó.

-¿Se arregló?-preguntó.

-Sí-dijo él.

-Iré a servir la comida, no tardes mucho para que no se enfríe.

Él entró a la habitación, y al quitarse la camisa el aroma de Xandra regresó, su camisa olía a su perfume. Eso lo estaba volviendo loco, se puso otra camisa y un pantalón de algodón. Bajó descalzo y al llegar al comedor Holly no estaba, se sentó en silencio y esperó.

-Amor, mira-dijo ella enseñándole una foto.

Era una foto de su tía con Berta en Cancún, él sonrió.

-Parece que se la pasan bien-dijo él.

-¡Verdad!-rio ella- Me encanta que Berta se le haya llevado, tu tía pasa mucho tiempo sola en casa.

-Sí-dijo él-, ella hubiera ido con nosotros a Ibiza.

-Sí, eso lo pensé ayer, pero para la próxima la podemos llevar-dijo ella.

Él asintió y siguió comiendo. Al terminar se fue a su estudio con la excusa de que debía trabajar. Y Si pasaron dos horas hasta que Holly entró y se despidió de él, tenía turno de noche y era hora de entrar. Cuando se quedó solo no paraba de pensar en Xandra, recordaba sus besos, la manera de tocarlo, sus gestos. Cerró los ojos maldiciendo.

Pablo miró a Xandra, al verla tan despistada le llamó la atención.

-¿Estás bien?-preguntó.

Ella lo miró y asintió.

-Sí, solo estoy cansada hoy fue un día agotador en la academia.

-Yo terminé el trabajo por el que venía ¿Nos vamos mañana?

-¿Mañana?-preguntó ella.

-Sí ¿No querías volver cuanto antes?

-Sí, no me hagas caso-dijo ella.

Ella salió del baño y miró a Pablo que estaba leyendo algo en su celular. Se acostó y le dio la espalda, apagó la lampara y él le besó la cabeza. Ella suspiró.

-Buenas noches amor, descansa-dijo él.

-Y tú-murmuró ella.

Él se acomodó en la cama y la abrazó. Besó su hombro y sonrió, amaba a Xandra mucho, y quería que ella fuera feliz. En la mañana salieron juntos, quería comprar unas cosas y quería que ella fuera con él. De la mano caminaron sonriendo, él hablaba de cosas sin sentido, pero Xandra no le ponía atención. Solo podía ver a Tony agarrado de la mano de esa chica de cabello negro, sus ojos se encontraron. Él le sonrió y ella le devolvió la sonrisa.

-¿Amor?-preguntó Pablo.

Ella lo miró y miró a Tony, estaban de frente. Pablo miró a Tony serio.

-Hola-dijo ella sonriendo.

Holly sonrió.

-Hola Xandra-dijo Tony-, Pablo-le asintió en modo de saludo a su hermano.

-Anthony-dijo él.

Xandra miró a Holly.

-Oh sí-dijo él-, amor, ella es Xandra y su esposo Pablo, ella es mi novia Holly.

-Un gusto-sonrió ella.

Pablo miró con descaro a Holly, era hermosa.

-Vaya, no sé como lo haces pero siempre logras quedarte con las más bellas.

Xandra miró a Pablo enojada.

-Sí, y siempre deciden quedarse conmigo-dijo Tony.

-No comencemos por favor-intervino Xandra- ¿Qué siempre va a ser así?

Ellos se miraron.

-Sí-dijeron.

Holly sonrió divertida.

-Parecen hermanos-dijo ella.

Pablo resopló y Xandra se quedó en silencio. Tony y Holly se despidieron, debían irse, Pablo y Xandra siguieron su camino en silencio. Aquello le estaba quemando la cabeza, si ponía atención entre los dos, tenían los mismos rasgos. Ella frunció el ceño pero quiso ignorarlo.

Parar el tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora