Tony no salía de el asombro, su tía lo miraba nerviosa, nunca creyó que llegara ese día, cuando vio a su hermana en la puerta no pudo contener la alegría, la amaba, la había extrañado, era la única familia que le quedaba, aunque llegó a creer mucho tiempo que no estaba con vida, no sabía nada de ella, luego de un efusivo abrazo de reencuentro la dejó pasar, Daiana miraba todo, no había cambiado nada, su hermana le llevó el té que le había pedido.
-Daiana, que feliz me pone saber que estas bien.
Su hermana la miró.
-He estado bien, siento no haberte llamado-dijo ella.
-No te preocupes, tus razones tendrás, pero cuéntame ¿Dónde has estado?
Su hermana suspiró.
-En España-dijo ella-, pase dos años en rehabilitación, luego no tuve valor para volver...
-¿Has estado todo este tiempo allá?
Ella asintió.
-Intentaba comenzar de nuevo, lo necesitaba...-murmuró- Yo... Cambié mi nombre, no quería ser Daiana Luna, la drogadicta.
-Pero ¿Qué me estás diciendo?-preguntó su hermana sorprendida.
Sabía que su hermana podía hacer cualquier cosa, pero ¿Cambiarse el nombre? Eso jamás lo creyó.
-Ahora soy María León-su hermana se quedó callada, no sabía que decir, acercándose dijo:- Quiero conocer a mi hijo.
Ella parpadeó.
-A Tony no creo...
Ella sonrió.
-Anthony-dijo ella-, aún recuerdo cuando nació.
-Daiana o María, como sea-dijo ella suspirando-, te quiero eres mi hermana menor, y he pasado todos estos años pensando en que te había pasado algo, pero no puedo llegarle a decir a mi niño que tu viniste ¿No crees que sería algo muy chocante?
Ella tenía razón pero no satisfecha dijo:
-Quiero conocerlo, y tú me vas a ayudar.
Y ahí estaba, en frente de aquel chico que crío como suyo. Tony se levantó y empezó a caminar algo confundido, si en su cabeza había un caos antes ahora era un desastre.
-¿Qué dices?
-Tony, hijo, por favor...-susurró ella.
-Pero ¿Cómo va a estar en tu casa? ¿No estaba muerta?
Su tía, a la que vio como su madre siempre lo abrazó, él le devolvió el abrazo y cerró los ojos, amaba a esa mujer porque lo aceptó sin dudarlo y lo hizo parte de su familia siempre, nunca lo apartó.
-Para mí también es sorprendente, yo también la creí muerta, pero no lo esta y quiere verte...
-Pero...-dijo él.
-Amor, entiendo que no quieras, es algo lógico.
Él volvió a cerrar los ojos, respiró profundo.
-Iré-dijo, su tía se quedó callada-, pero no quiero que se me acerque.
Ella asintió compresiva. Cuando llegaron los nervios de Tony eran cada vez más grandes, su tía lo miró antes de abrir, él asintió y entraron. Cuando llegaron al salón vio a una mujer sentada mientras veía televisión, su cabello ya pintaban algunas canas. Daiana al escucharlos se levantó y se dio la vuelta, miró a su hijo, ya no era un bebé, era todo un hombre, hecho y derecho, que robaba suspiros, era más que apuesto. Como su padre...

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Parar el tiempo.
RomanceXandra y Tony, su amor es más fuerte que todo aquel que lo quiera impedir. Ambos se soñaron, se tuvieron, se amaron... Pero una fuerza humana es mayor, sin importar a quién se lleva de paso, ese huracán pasa, llevándose consigo a dos corazones frági...