Pablo luego de la firma del divorcio fue a la casa en la que estaban viviendo, suspiró, debía hacer algo con esa casa, era muy grande y nada hacía con ella ahí sola cuando él volvería a Londres se quedaría en un hotel. Llegó a la casa de sus padres, su madre lo abrazó sonriendo.
-¿Cómo lo llevas?-preguntó.
-Bien, ya eso no era un matrimonio, era una matanza continua.
Ella suspiró.
-Es una pena que terminara así.
-Sí, lo es, pero ya no puedo hacer nada. No podía retenerla a mi lado mamá.
-Claro que no podías.
-Ven, hice un queque de chocolate que me quedó ¡Delicioso!
Él sonrió, cuando su padre llegó lo saludó, no quería hablar del divorcio era algo que lo incomodaba, pero entendía que en algún momento lo haría, pero no ahora. En la noche se fue de nuevo a la casa, en un semáforo miró todo, respiró hondo, pero su respiración se paró al ver a Xandra de la mano de Tony riendo, apretó el volante molesto, dolido, sentía ganas de ir tras él y golpearlo, dejarlo ahí inconsciente, quería arruinar todo lo que ellos en estos años habían ocultado.
Lo vio besarse y cerró los ojos hasta que el auto de atrás comenzó a gritarle que debía avanzar, él lo hizo y manejó sin mirarlo, pero no pudo evitarlo y por el retrovisor los vio. Maldijo en voz baja.
Mientras Xandra abrió la puerta del apartamento Tony llevaba las bolsas con la comida, cuando entraron Ringo y Bolita los recibieron felices, luego de besarlos comenzaron a comer. Xandra suspiró, Tony la miró.
-¿Pasa algo?-preguntó.
-No, solo que tengo que ir a España-dijo ella.
-¿Por la academia?-preguntó.
Ella asintió.
-¿Cuánto tiempo?
-No lo sé-dijo ella-, pero no es mucho, es solo ver algunas cosas y apenas termino me regreso-él asintió.
-¿Cuándo te vas?
-Mañana en la mañana.
Volvió a asentir, no quería pensar nada malo, quería confiar en ella, pero saber que Pablo también estaba allá y conociendo sus sentimientos hacia Xandra lo incomodaba. Ella vio que saber eso no le gustó nada pero no dijo nada, aquella noche él no se quedó a dormir, solamente la besó y le deseó un buen viaje.
En la mañana estaba en el aeropuerto, no recibió ningún mensaje de Tony, eso le partió el corazón, ella le envió un mensaje de buenos días, pero él no contestó. Suspirando se subió al avión. Tony miró el mensaje, estaba celoso, extremadamente celoso. Él necesitaba que ella lo buscara, siempre había sido él quién daba pasos hacía ella, y quería sentir que ella daba pasos hacia él.
Durante tres días no la llamó, no le mandó ningún mensaje, solamente esperó. Esperar un poco más no le haría mal, la esperó mucho tiempo, tres días más no harían mucho la diferencia. Llegó a casa y se desvistió, se dio una ducha y se puso una camisa con un pantalón de algodón. Bajó a comer algo y cuando entro a la cocina escuchó el timbre. ¿Quién podía estar fuera de casa con esta lluvia? Pensó él caminando a la puerta, cuando abrió se encontró a una Xandra empapada y furiosa.
-¿Se puede saber por qué no me has llamado?-preguntó ella.
Él la miró y sonrió.
-Porque no quería.
-¡¿No querías?!-él negó con la cabeza.
-Necesitaba que dieras pasos hacia mí, siempre soy yo quién da los pasos hacia ti.

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Parar el tiempo.
RomansaXandra y Tony, su amor es más fuerte que todo aquel que lo quiera impedir. Ambos se soñaron, se tuvieron, se amaron... Pero una fuerza humana es mayor, sin importar a quién se lleva de paso, ese huracán pasa, llevándose consigo a dos corazones frági...