Hazlo.

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Xandra bajó rápido y pasó por el lado de su padre y sin decirla nada salió. Se subió al auto y manejó al hotel donde estaría Pablo.

-Buenas, necesito el número de la habitación en la que se encuentra Pablo Botillo.

La joven tecleó en la pantalla.

-Suite 450, décimo piso-dijo.

-Gracias.

Ella subió al ascensor y esperó, tenía que hacer lo imposible para detener esa locura. Cuando estuvo en frente de la puerta respiró hondo, y tocó, tocó tantas veces que perdió la cuenta. Pablo se despertó por los golpes en la puerta, gruño molesto eran las 3 de la mañana ¿Quién podría ser? Caminó a la puerta solo con sus bóxer's negros puestos. Al abrir la puerta se despertó por completo ¿Qué hacía ahí Xandra?

Ella al verlo se le secó la boca, pero ignorando eso entro sin que él le dijera algo.

-Por favor ve a ponerte algo necesitamos hablar.

Él asintió algo quedado, cerró la puerta y fue a la habitación en busca de ropa. Cuando regresó ella estaba viendo por la ventana, se acercó despacio.

-¿Qué sucede?

-Me imagino que tú si sabías lo de nuestro compromiso-él torció la boca-, no importa, debes decir que no quieres hacerlo.

-¿Debo? ¿Me estás obligando?

-No, te lo estoy pidiendo, por favor hazlo. Mucho hago con estudiar algo que no quiero y ahora tengo que casarme contigo, no quiero hacerlo.

-¿Y qué pasa si yo si quiero?-preguntó cruzando los brazos.

-¿Me estás hablando en serio?-preguntó ella sorprendida.

No veía venir eso.

-Sí, lo siento Xandra pero yo soy el indicado para ti-dijo.

Ella frunció el ceño, empezó a caminar a la puerta pero él se adelantó agarrándola del brazo, se miraron a los ojos, él se acercó para besarla, pero Xandra apartándolo dijo:

-Nunca más vuelvas a intentar besarme-siseo seria.

-Xandra, yo no diré que no quiero casarme contigo solo porque tú quieres ir detrás de él.

-Eres igual a mi padre-escupió furiosa.

Se zafó de su agarre y camino a la puerta y antes de que ella saliera Pablo dijo:

-¡Me gustas y te voy a enamorar!

Xandra se detuvo y lo miró.

-No sabes lo que dices, no me conoces, no sabes nada de mí.

-No necesito conocerte para saber que eres la mujer que quiero a mi lado-dijo caminando decidido hacia ella.

-Por favor detente-dijo al ver que no lo hacia abrió la puerta pero él la cerró de nuevo acorralándola-, para por favor...

-Dame la oportunidad Xandra por favor, es mejor intentarlo a que en verdad vida una vida infeliz a mi lado. Y yo no quiero eso...

Ella negó con la cabeza, lo separó y salió de ahí. Pablo enojado golpeó la pared, el aroma de Xandra lo atontaba, ella podía decirle que se tirara de un puente que él lo haría, apoyó su cabeza en la puerta y respiró hondo. Abrió la puerta y salió, corrió detrás de Xandra, ella esperaba el ascensor. No se percató que Pablo corría hacia ella.

-Xandra-dijo él agitado.

-Joder Pablo basta en serio.

-Por favor, una cita, solo una y ahí decides si seguimos o nos-ella lo miró-, prometo no intentar besarte.

-Sería inútil, mi padre está decidido. Lo conozco, y tú solo haces esto para que yo acepte sin decir nada-ella negó con la cabeza-, lo siento pero no.

Dijo y entró al ascensor, se miraron mientras esperaban que las puertas se cerraran, Pablo volvió a su habitación, cerró la puerta y resopló, nunca creyó que fuera tan difícil. Esa noche Xandra no llegó a dormir a casa, se quedó en un hotel, no quería ver a su padre por la mañana. A las 11 de la mañana se despertó, estirándose encendió su celular, tenías 20 llamadas perdidas de su padre, pero no le importó. Le contestó los mensajes a Tony y se fue al baño, duró más de lo normal en la ducha.

Mientras se vestía pensó en lo que le diría a su padre, pero enojada frunció el ceño, ella no debía decirle nada, ya que él hizo planes a su espalda, sin pensar en lo que ella quería, solamente lo hizo, sin importarle nada.

-Mamá, como quisiera que estuvieras aquí-susurró sentándose en la cama.

Si ella estuviera aquí todo sería diferente, su padre dejaría que ella estudiara lo que quisiera, dejaría que se dedicara al baile. Y ella sería feliz, más que feliz, pero ahora no entendía porque no la dejaba.


Daniel miraba un punto fijo en su mesa, no podía sacar de su cabeza lo que estaba pasando. Esa niña era infeliz, eso lo sabía pero Pablo y Demarco eran dos hombres decididos y contra ellos no podía pelear. Cuando Demarco le entregó el folder con toda la información vio que Tony no conocía a sus padres, que fue entregado a su tía materna, Rocío Luna.

-Papá, necesito que me firmes esto-dijo Pablo entrando a la oficina.

Daniel lo miró y firmó la hoja, Pablo frunció el ceño.

-¿Estás bien?

-Sí, solo pasé mala noche-dijo su padre.

Pablo asintió. El matrimonio con la madre de Pablo duró solo 10 años, ella no soportó los horarios irregulares que tenía Daniel y la poca atención que le tenía, porque con Pablo nunca tuvo ninguna queja, pero en eso 10 años Daniel sacó adelante su bufete, y eso necesitaba tiempo, mucho tiempo. Cuando se divorciaron Pablo tenía 8 años, él lo entendió, nunca reclamó nada referente a eso, ya que fue un niño feliz. Hasta ahora la relación con Iliana es buena, no terminaron mal, no podían hacerlo, Pablo estaba de por medio.

Daniel siempre dejó que su pequeño decidiera que quería ser de grande, pasó se bombero a policía y de policía a un abogado más importante de España, y eso lo llenó de orgullo, como si fuera bombero o policía, no importaba que quería ser su pequeño y lo apoyaba al cien por ciento.

En un momento de su matrimonio tuvo un desliz, Iliana se lo perdonó, pero lo que ella no sabe es que esa mujer quedó embaraza y él solo le dio dinero para que se marchara, no quería saber de ella, ni de ese bebé, que no estaba seguro que fuera de él, ya que era una drogadicta... Se levantó y salió del despacho, cuando subió a su auto manejó al Burguer en donde trabajaba Tony, entro y fue directo a la caja, al verlo paró en seco, era la viva imagen de Daiana.

-Buenas tarde, ¿Qué desea ordenar?-preguntó Tony sonriendo.

Daniel parpadeó.

-Eh si-se aclaró la garganta-, un combo 2. Para llevar.

-¿Bebida?

-Cerveza-él asintió.

Le cobró y él pagó, espero a que su orden llegara, no pudo quitarle ojo de encima a Tony. Él chico ya estaba incómodo por la mirada de ese hombre, ¿Qué le pasaba? cuando su orden llegó él se fue sin mirar atrás y Tony agradeció. Daniel se metió a su auto y cerró los ojos, si era verdad lo que creí no podía creer que sus hijos pelearan por una misma mujer...

Parar el tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora