Desde que te conocía.

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Daniel salió de casa algo cansado, no había pasado una buena noche. Cuando llegó al bufete se dispuso a trabajar, durante el día habló con Iliana, sonrió al escuchar las ocurrencias de aquella hermosa mujer. Al salir iba mirando su celular, cuando escuchó que alguien lo llamaba.

-Daniel-dijo María.

Él la miró y sonrió.

-Hola.

-¿Cómo estás?

-Bien, ¿Tú?

-Bien-dijo-. Así que este es tu bufete-murmuró mirando el edificio.

-Así es.

-Que bueno-dijo-, quería hablarte de Anthony ¿Tienes tiempo?

-¿Qué tiene Anthony?-preguntó él frunciendo el ceño.

-Nada malo, solo quiero hablar contigo.

-Vamos-dijo él señalando la cafetería.

Pidieron algo de tomar y se sentaron.

-Necesito que Anthony me acepte-dijo ella.

-Daiana-ella lo miró-, lo siento, María. Él es muy difícil, a mí todavía no me ha aceptado del todo.

-Tienes que ayudarme-dijo ella poniendo su mano sobre la de él.

Él miró su mano y la quitó, no quería hacer una tontería.

-Intentaré hacerlo, pero no puedo prometer nada, él es alguien que necesita perdonar muchas cosas y tú quieres que lo haga de una vez y eso no es justo dale tiempo.

-No tengo tiempo-susurró ella.

Él frunció el ceño.

-¿De qué hablas?

Ella respiró hondo y miró por la ventana. Recuerdos de joven llegaron a su mente, cerrando los ojos dijo:

-Tengo cáncer. Me queda poco tiempo y...

-Pero ¿Qué me estás diciendo?-preguntó él sorprendido.

-Daniel, tengo cáncer estómago, me lo diagnosticaron hace poco pero no me queda mucho tiempo, está muy avanzado y...-su voz se quebró- Necesito que mi hijo me acepte, quiero morir sabiendo que me aceptó.

-María, tú no vas a morir, yo voy a llevarte con...

Ella negó con la cabeza.

-Ya no se puede hacer nada. Daniel, por favor, dime que sí me ayudarás y estaré toda la vida agradecida.

-¿Cuánto tiempo te queda?-preguntó.

-No más de 6 seis meses-él abrió los ojos.

-¿Cómo te sientes?

-Pues fatal-y tratando de olvidar eso preguntó-: ¿Lo harás?

-Dalo por hecho-dijo él.

Ella sonrió y miró la hora, debía ir al hospital, la quimioterapia no iba a curarla pero iba a sumarle un poco más de vida. Se despidió dejando a un Daniel preocupado, sorprendido y descolocado. Llegó a la casa e Iliana le sonrió, pero al ver su rostro frunció el ceño.

-¿Qué sucede?

-Me encontré con María-ella no sabía de quien hablaba-, Daiana, la madre de Anthony.

-¿Por qué le dices María?

-Porque así se llama ahora-ella levantó las cejas-, se está muriendo.

-¿Muriendo?

-Tiene cáncer, me pidió que le ayudara con Anthony, pero joder cáncer...

Iliana lo abrazó, sabía que le dolía, su hijo iba a perder a su madre y no lo sabía.

Parar el tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora