Dos meses después se estaba celebrando la boda de Tony y Xandra, al igual que la de Berta y Oscar, fue una boda grande, llena de alegría, amor y muchos amigos. Demarco estaba orgulloso de llevar a su hija al altar, sabía que esta vez sería feliz, y eso lo llenaba de felicidad. La vio dar el Sí, besar a su flamante esposo y sonreír de verdad. No pudo contener sus lagrimas, Olga al verlo lo abrazó, acarició su espalda sonriendo.
-Anda no llores, cariño-le dijo.
-Es que se ve tan hermosa-dijo él.
-Es hermosa cariño, pero ella no quiere verte llorar el día de su boda-dijo sonriendo.
Él asintió y calmó su llanto y abrazó a Olga. Durante la fiesta ella saludó a todos los que conocía, de la mano de su esposo. El primer baile llegó y Tony sin perder el tiempo la llevó a la pista, al igual que Oscar llevó a Berta. Su canción comenzó a sonar, ellos sonrieron. Hablaron en un tono muy intimo, muy cerca de sus rostros.
-Amo este espacio entre tú y yo-dijo él.
-¿Cuál espacio?
-El de tus labios y los míos-ella sonrió, amaba que fuera así de cursi.
Lo besó levemente.
-Hoy estas más hermosa que nunca-dijo él.
-Gracias-dijo ella-, quería verme bien para ti.
-Cariño tú siempre estás bien para mí-dijo él acariciando su espalda baja.
Me gusta tu risa de niña inocente,
Me encanta tu boca, tus labios me pierden,
Me gusta la manera que tú tienes de quererme.Me gusta que digas que por mí te mueres,
Que lo pasas mal cuando no me tienes,
Que cuentas los minutos que te quedan para verme.Y eres sí como te imaginé,
La mujer de mis sueños, por suerte te encontré.
Doy gracias a la vida
Por cruzarte en mi camino
Y rezo cada día para que sigas conmigo.Cantó Tony en su oído, ella sonrió enamorada, lo amaba con cada parte de su cuerpo. El baile terminó y todos aplaudieron. Ellos se besaron y sonrieron.
-Si me permites-dijo Demarco.
Tony sonrió y le guiñó el ojo a Xandra. Ella bailó con su padre sonriendo.
-Me gusta verte sonreír-dijo él.
-Gracias por aceptarlo.
-Solo quiero verte feliz.
-Quizá tengas pronto a nietos corriendo por el jardín-dijo sonriendo.
Su padre rio encantado.
-Eso sería maravilloso cariño-dijo y miró a Olga que bailaba con Tony-. Es un gran chico.
Ella asintió.
-¿No estarás celoso porque esté bailando con Olga?-preguntó ella sonriendo.
-No-dijo él serio haciendo reír a su hija.
Apenas Xandra terminó de bailar con su padre llegó de nuevo Tony para bailar con ella, amaba hacerlo. Berta sonrió al ver a su primo reír, él la verla movió sus hombros, ella rio y se fue a bailar con él.
-Estoy embarazada-dijo ella.
Tony la miró y sonrió.
-¿Oscar lo sabe?-ella negó con la cabeza.
-Más tarde se lo digo, no quiero que haga un escándalo.
-Se pondrá como loco-aseguró.
Ella resopló.
-Yo estoy muriéndome de miedo.
-¿Por qué?-preguntó.
-¿Y si no soy buena madre?-él rio.
-Serás la mejor, no te preocupes. Solo espero que no salga con tu carácter porque ahí si la liamos.
Ella rio y lo abrazó. Vio a Oscar haciéndole señas y se fue con él, Tony miró a todos disfrutar de aquella gran fiesta y sonrió. Fue por algo de beber y mientras lo hacía vio a Xandra hablar con uno de los invitados. Sin duda alguna ella era la persona que podía hacer lo que quería con él. Se dio la vuelta para pedir otra copa hasta que sintió las manos de Xandra en su espalda, sonrió.
-¿Por qué tan solo?-preguntó besando su cuello.
-Porque mi esposa andaba bailando-dijo él-, joder que bien suena eso, mi esposa.
Ella rio.
-Estás loco.
-Por ti-se acercó a sus labios-, sin duda alguna.
-¿Ah si?-él asintió- Pues a mi me tienes loca desde el día que vi que me mirabas desde el otro lado del bar.
Él pasó sus manos por su cintura.
-Observaba como te movías, joder amor eres muy sexy no pude evitarlo-ella volvió a reír. Amaba su ingenio.
-Tú también eres muy sexy-dijo ella besándolo-, ven vamos a bailar.
Pasaron la noche bailando y disfrutando de la fiesta. A la hora de irse se despidieron de todos, era momento de ir a disfrutar de su luna de miel. Esa primera noche como esposo estuvo plagada de besos, deseo y pasión. En la mañana se fueron al aeropuerto disfrutarían parte de su luna de miel en Holanda.
Conocieron y visitaron lo más bello de Holanda, solo ellos dos sin nadie que lo impidiera. Dos semanas después ya estaban en casa, Xandra me dio una ducha apenas llegó, Tony se fue al estudio a ver unas cosas del trabajo, debía ponerse al día. Xandra al no verlo en la habitación suspiró, bajó a hacer la comida y cuando la tuvo lista fue por él, casi lo arrastró por la casa. Él reía, ella no, él le bromeaba, ella no.
-No te molestes amor-dijo él.
-Come, y luego te vas a trabajar, pero tienes que comer-dijo ella.
-Vale mamá-murmuró él sonriendo.
Ella sonrió negando con la cabeza. Al terminar él le ayudó con los platos, subieron juntos a la habitación, podía ver lo del trabajo mañana, ahora quería dormir abrazado a su esposa. Cuando se metieron a la cama ella cerró los ojos.
-¿Si te gustaría tener hijos?-ella suspiró.
-Sí-dijo.
-¿En serio?-preguntó- Lo digo por Beca...
-Quiero tener hijos contigo, cariño, Beca está en un lugar mejor y con eso me quedo-él acarició su brazo y besó su cabeza.
-Siendo el caso podemos ir haciéndolos ¿No?-dijo él acomodándola debajo de su cuerpo.
Ella rio y lo besó. Dos días después ya empezaba la rutina, como cada mañana ella hacia el desayuno y él iba a trabajar después de besarla. Ella iba a la academia y si podían almorzaban juntos. Tony llegó a casa y frunció el ceño al ver que no estaba en casa, la llamó pero no contestó, eso le preocupó. Le mandó un mensaje a Demarco para saber si estaba con él y cuando le dijo que no se preocupó aun más.
Caminaba por el salón preocupado, hasta que la puerta se abrió y Xandra entró sonriendo.
-Amor ¿Dónde estabas?-preguntó él abrazándola.
-Andaba en el centro comercial, lo siento se me apagó el celular.
-Dios, me tenías preocupado-dijo él besando su frente.
-Pero no me pasó nada-él sonrió.
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Parar el tiempo.
Storie d'amoreXandra y Tony, su amor es más fuerte que todo aquel que lo quiera impedir. Ambos se soñaron, se tuvieron, se amaron... Pero una fuerza humana es mayor, sin importar a quién se lleva de paso, ese huracán pasa, llevándose consigo a dos corazones frági...