Lo quiero todo.

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Dos años y medio después.

Xandra mueve su pierna mientras espera que Pablo salga de la junta, ella mira todo el despacho y suspira, sabía que no podría trabajar en un lugar así, era muy rígido para ella. Durante ese tiempo ella había logrado montar su propia academia de baile, estaba feliz, emocionada, era algo que siempre soñó y con la ayuda y apoyo de Pablo había logrado cumplir ese sueño.

Pablo sale de la junta algo estresado, entra al despacho y lo primero que ve es a su hermosa esposa sentada en su silla, todo rastro de estrés y enojo desaparece al verla ahí.

-Hola mi amor-dijo él.

Ella sonrió.

-Hola-dijo y se dejó besar por él- ¿Cómo estuvo la junta?

Él resopló.

-No quiero hablar de ello, mejor dime ¿A qué debo tu sorpresa?

Ella sonrió.

-Pasaba por aquí y quise venir a visitarte ¿No puedo?

-Claro que sí mi vida-dijo abrazándola.

Esos dos años y medio de casados han sido los mejores, discutían por cosas muy pequeñas, y hablaban todo, nunca ocultaron nada. A su modo Xandra aprendió a querer a Pablo, lo aceptó y siguió, pero aún estaba la espina llamada Tony en su corazón y eso nadie lograría sacar.

-¿Quieres que vayamos a comer?-preguntó ella.

-¿Y si mejor vamos a casa?-preguntó besando su cuello.

Ella rio y lo abrazó por el cuello.

-Tienes que trabajar-dijo ella.

Él la miró.

-Lo bueno de ser un accionista mayoritario es que me puedo ir cuando quiera.

Ella volvió a reír, él rio besándola. Agarrados de la mano salieron del despacho. En la casa le dijeron a Jessie que se tomara la tarde libre, ella con una sonrisa pícara se fue, aquellos dos apenas podían mantener las manos quietas. Ella abrazó a Zeus cuando se acostó en la cama, Pablo puso los ojos en blanco cuando los vio.

-Ese animal me esta robando a mi mujer-ella sonrió.

-Es que Zeus es muy guapo, no me puedo resistir.

Pablo se acostó a su lado y la abrazó.

-¿Debo sentirme celoso?-preguntó besando su cuello.

-¿Estás celoso de Zeus?-preguntó divertida.

Él le dio la vuelta y sonrió mordiendo el labio inferior de ella.

-Claro que sí.

Ella sonrió y lo besó, frunció el ceño y se removió, su estomago se revolvió.

-¿Estás bien?-preguntó.

-Sí-dijo- ¿Quieres que haga la cena?

-Sí, estoy deseando comer de nuevo esa salsa blanca que haces.

Ella sonrió luego de besarlo de nuevo bajó a hacer la comida, él aprovechó y se fue a trabajar. Mientas picaba los vegetales su mente le hizo una mala jugada, hoy se cumplían dos años de haber visto a Tony por primera vez. Volvió a ese momento, como si fuera una película, lo vio ahí de pie mirándola con timidez, cuando bailaron, al besarse, todo se sentía tan real.

El cuchillo cortó su piel y ella volvió en sí, tenía la mano cubierta de sangre. Se había cortado un dedo.

-Joder, joder, joder-se quejó.

Parar el tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora