Parar el tiempo.

Está.

6 meses después...

Xandra y Pablo estaban felices, Beca estaba dando sus primeros pasos, su familia estaba emocionada. Aquella pequeña llegó a dar más que vida. Pablo aplaude mientras la llama sonriendo.

-Ven con papá-le dijo.

-No-dijo ella riendo para darse la vuelta e irse con su madre. 

Xandra rio y la abrazó, Pablo resopló.

-A veces las odio-dijo él.

Pero su enojo duró poco cuando aquella niña lo llamó y él fue hacia ella babeando feliz. Pasaron la mañana y tarde juntos, la llevaron al parque y ella jugó feliz con sus padres. En la noche le dijeron a Jessie que no preparara la cena, que no haría Xandra. 

-Cariño ¿Puedes ir a comprar lo que me falta?-preguntó ella.

-Claro-dijo él besando su cabeza-, hazme una lista. 

Ella lo hizo y cuando la terminó. Se la dio. 

-Me llevaré a Beca-dijo.

-Con cuidado por favor-dijo ella besando la mejilla de su pequeña. 

Sonrió y se fue, suspiró al verlos irse, se propuso a empezar a cocinar. Esa mañana había despertado con un mal presentimiento, pero ignorándolo siguió con su día. Una hora había pasado y eso la preocupó, marcó el número de Pablo pero no contestó, esperaba que viniera de camino, seguro había tráfico. Su celular sonó y ella lo agarro.

-Cariño ¿Dónde estás?-preguntó ella al pensar que era Pablo.

-Señora Botillo-dijo alguien- ¿Es usted?

-Sí ¿Quién habla?

-Soy Santiago Jones, jefe de la policía, lamento informarle que su esposo sufrió un accidente y está muy grave y...

-¿Cómo dice?-susurró.

-Debe presentarse en el hospital por favor.

-Señor ¿Mi hija? ¿Ella está bien?

-Señora lo siento...-murmuró.

-No, no, no, no-susurró ella colgando-. Ella está viva, está viva...

Sus manos temblaban, las lagrimas caían en silencio por sus mejillas. No sabía que hacer, estaba bloqueada. 

Jessie iba saliendo de la habitación, tenía sed y de una vez le preguntaría a Xandra si necesitaba ayuda, cuando llegó a la cocina la vio llorando. 

-¿Está bien?-preguntó Jessie.

Ella no dijo nada, solo la vio agarrar sus llaves y salir, frunció el ceño. Eso la preocupó, llamó a Demarco, él debía saber que sucedía.

-Señor Demarco-dijo cuando contestó.

-Hola Jessie-dijo él.

-Señor ¿La señora Xandra está con usted? 

-No, ¿Por qué?