Pablo salió de la corte, había ganado el juicio, con la ayuda de su padre y Demarco lograron meter al asesino de su hija 36 años a la cárcel, más una indemnización, pero a él no le importaba el dinero, lo único que le importaba era volver a tener a su hija en brazos, y eso no iba a pasar.
-Debo irme-dijo él-, Jessie me espera en el aeropuerto.
-Nos vemos hijo-dijo su padre abrazándolo.
Se despidió de Demarco y fue directo al aeropuerto, el vuelvo fue algo pesado, hubieron muchas turbulencias, pero no quería esperar más quería ver a Xandra temía que hiciera algo malo. Ella no estaba bien, y eso no era un secreto para nadie. Al llegar dejó la maleta en la habitación, vio ropa tirada en la puerta del baño, pero no escuchó el agua correr, entró al baño y la vio en la bañera hundida, corrió hacia ella y la sacó rápido, ella abrió los ojos y empezó a toser.
-Joder Xandra-dijo él asustado abrazándola.
Ella miró todo aun tosiendo. Esa tarde había sido pesada para ella, luego de comer una galleta subió para darse un baño, jugó con el agua mientras miraba la pared, cerró los ojos y se dejó llevar. Su cuerpo perdía fuerza y peso, fue resbalándose hasta quedar debajo del agua, cerró los ojos. No se dio cuenta de cuando entró Pablo, solo sintió sus brazos alrededor de su cuerpo.
-¡Déjame!-dijo ella empujándolo.
-¿Estás loca?-preguntó él- ¿Te ibas a matar?
Ella salió de la bañera enojada.
-¿Qué te importa?
-Me importa ¡Porqué eres mi esposa!
Se puso una toalla alrededor de su cuerpo y salió del baño, Pablo la siguió.
-Contesta ¿Te ibas a matar?
-Eso a ti no te importa-dijo ella.
-Xandra comprendo tu dolor pero...
-¿Comprendes mi dolor?-lo encaró-¿Entiendes si quiera el dolor que me ocasiona verte y saber que mi hija, Beca, estuviera viva si yo hubiera dicho que no la llevaras?
-¡No fue mi culpa!-dijo él.
-¡Tú la mataste!-gritó ella.
Pablo la miró a los ojos, no la reconocía.
-No fue mi culpa-repitió.
Xandra enojada se acercó a él y sin mas empezó a golpearlo, él se dejó golpear.
-¡Te odio, te odio, te odio, mataste a mi hija!-gritaba ella mientras lo golpeaba.
-¡Yo no mate a nuestra hija!-gritó él agarrando sus manos.
Jessie estaba en la cocina cuando escuchó los gritos, suspiró, aquello no iba a terminar nada bien. Xandra se soltó de su agarre y le pegó una cachetada, Pablo la miró furioso, cuando vio que iba a pegarle de nuevo agarró su mano. La pegó a la pared y siseo furioso:
-Nunca más vuelvas a decir que mate a nuestra hija.
-¿O qué?-lo retó ella.
-O me vas a conocer-dijo él soltándola-, si te vas a matar hazlo bien-zanjó saliendo de la habitación.
Xandra miró todo y se dejó caer, lloró de impotencia, de dolor, de odio, de furia, Jessie entró a la habitación luego de encontrarse a Pablo bajando las escaleras furioso y escuchar como cerraba la puerta de su estudio de un portazo. Se acercó a Xandra y la abrazó, ella lloró en el pecho de aquella mujer.
-Venga vístase, va a coger frío.
Ella se levantó y Jessie la ayudó a vestirse, Xandra no tenía fuerzas, no quería hacer nada, Jessie logró que Xandra comiera algo, la vio subir a la habitación. A las 2 de la mañana Pablo llegó a la habitación, vio a Xandra dormir y suspiró, se quitó la ropa y en bóxer se metió a la cama, pero no tenía sueño. Se acercó a Xandra y la abrazó, ella se despertó cuando sintió como él la abrazaba.
-Siento haberte hablado así ahora-dijo él en voz baja.
Ella no se movió, él besó su hombro.
-¿Qué pasó en el juicio?
-Ganamos-dijo él-. Xandra yo te amo, por favor no me alejes...
-Pablo ahora no-dijo ella separándose de él.
-Xandra tenemos que estar juntos, unidos, para poder salir de esto, podemos tener otros...
-Ni lo digas-susurra ella dolida.
-Cariño, Dios nos prestó a Beca un momento, eso no quiere decir que no podamos tener otros hijos, podemos volver a ser felices...
-¿Ya olvidaste a Beca?-susurró ella.
-Claro que no mi amor-dijo acercándose de nuevo-, ella está en mi corazón, siempre estará ahí.
Ella miró la pared, cerró los ojos respirando hondo, no quería saber nada más. Pablo no habló solo la abrazó, y ella se durmió entre sus brazos. Cuando despertó, Pablo vio a Xandra dormida, le besó la cabeza. Se quedó con ella hasta que despertó, ella se levantó y fue directo al baño. Cuando salió se volvió a acostar, Pablo la miró y suspiró.
-Vamos a comer.
Ella asintió, comió poco. Su estomago estaba cerrado del todo, pero lo intentó, y eso era un paso muy grande.
Pasaban los días, Pablo debía trabajar y ella ver por sus academias, se centró tanto en su trabajo que ya en su mente no cabía nada más. Una tarde llegó temprano, Jessie la recibió junto a Zeus, ella sonrió levemente y subió, pasó por la habitación que era de Beca y vio la puerta entreabierta, dejó su bolso en el suelo y entró, miró todo. El olor a la colonia de su pequeña llegó a su fosas nasales, cerró los ojos y se sentó en la mecedora con el peluche que su hija adoraba abrazado, la extrañaba, la añoraba. Sonrió imaginando a su pequeña llorar en su cuna, o reír.
-¿De que manera podré seguir sin ti mi amor?-susurró mirando el techo.
Respirando hondo se levantó, era momento de seguir, como dijo Pablo ella iba a estar siempre en su corazón. Bajó a la cocina y sacó unas bolsas, Jessie la miró pero no dijo nada. Subió de nuevo y fue metiendo todo en bolsas, sus peluches, la ropa, pañales, cremas, colonias, talcos, todo. Hasta los biberones. Ella bajó con todas las bolsas.
-Saldré-le dijo a Jessie.
Ella asintió, la vio meter todo en el auto y la vio partir, subió y vio la habitación de Beca ¿Qué había pasado ahí? Todo estaba desordenado, lo poco que quedaba estaba tirado por la habitación. Xandra llegó al horfanato, se bajó y sacó todo. El guardia la ayudó, una de las monjas salió y sonrió.
-Buenas tardes.
-Hola-dijo ella-, mire, en alguna de esas bolsas vienen pañales, y cosas de bebé, ropita de niña, nueva, todo y juguetes.
La monja la miró.
-¿Nos lo está regalando?
Xandra asintió.
-En casa no hacen nada, y aquí pueden ser de mucha ayuda-la monja sonrió-, nos vemos espero que si les sirva.
-Señora-dijo ella, Xandra la miró-, Dios la bendiga, no sabe la ayuda que esto significa.
Xandra sonrió y miró las bolsas.
-De nada-dijo y se marchó.
Cuando llegó a casa soltó aire contenido, miró la casa y tomando valor entró, Pablo ya estaba ahí, Jessie le había dicho lo que había pasado, pero sin querer molestar a Xandra solo la besó y la abrazó, ella se dejó abrazar y suspiró.
-Lo siento-susurró ella.
Él sonrió.
-No pasa nada amor, te entiendo.
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Parar el tiempo.
عاطفيةXandra y Tony, su amor es más fuerte que todo aquel que lo quiera impedir. Ambos se soñaron, se tuvieron, se amaron... Pero una fuerza humana es mayor, sin importar a quién se lleva de paso, ese huracán pasa, llevándose consigo a dos corazones frági...