Xandra miró la habitación de Beca, Pablo había comprado una casa en Londres, y en menos de una semana la acondicionó para ella y la niña, los juguetes de la niña estaban por la habitación, ella los recogió y la miró, se veía tan linda dormida que daban ganas de comérsela. Con una sonrisa salió cerrando la puerta, con el intercomunicador en la mano caminó a la habitación, Pablo no había llegado, estaba con su padre viendo unos casos así que cenó, le dio la papilla a la niña y la durmió. Se quedó viendo las cuentas de la academia, estaba atenta por si su pequeña lloraba. Estaba tan concentrada en lo suyo que no notó que Pablo había llegado.
Él al verla sonrió, se acercó a ella en silencio y puso sus manos en los hombros de ella, haciendo que ella brincara del susto.
-¡Joooder!-dijo ella.
Él rio.
-Lo siento, amor, lo siento-la abrazó.
-¡Casi me matas!
Pablo volvió a reír y ella molesta lo empujó.
-Amor, no te enojes, no quise asustar.
Ella lo miró y suspiro.
-No vuelvas a hacer eso, en serio casi me muero.
Él sonrió y la abrazó de nuevo, besó su mejilla.
-¿Y Beca?
-Dormida, comió y se durmió.
-Iré a darle un beso-dijo.
-¡Cuidado la despiertas!-dijo ella cuando salió.
Por el intercomunicador escuchó a Pablo hablarle, sonrió negando con la cabeza, cuando volvió se quito la ropa, lo vio meterse al baño y ella guardando todo se metió en la cama. Él se acomodó en la cama y suspiró.
-¿Podemos traernos a Zeus?-preguntó ella.
-¿Quieres?
-Claro que sí, el pobrecito debe de estar triste, además Beca pregunta por él.
-¿Beca pregunta por él?-preguntó divertido.
-Sí, tonto-dijo ella-, ella no dice Zeus pero cada que ve un perro lo señala y dice: Us-él sonrió.
-Vale, hablaré con Jessie, necesitaremos ayuda aquí-dijo.
Ella sonrió feliz al saber que su amigo estaría de nuevo con ella. Pablo negó con la cabeza sonriendo, esos dos junto con Beca lo volverían loco. Hablaron un rato más hasta que ella dejó de contestar, la miró y vio que estaba dormida, como pudo apagó la lampara del lado de ella. Xandra lo abrazó suspirando, él apagó su lampara y la rodeo con sus brazos, besó su cabeza y acarició su espalda.
-Te amo con locura-susurró él.
Ella se quejó y se movió. Abrió los ojos y miró a Pablo.
-Tengo que hacer pis-dijo ella.
Él rio.
-¿No estabas dormida?-preguntó cuando ella se levantó.
-Pero tengo que hacer pis-la vio correr al baño.
Cuando regresó se acomodó de nuevo en la cama y antes de que pudiera desearle buenas noches ya estaba dormida. En la mañana le dio un besó y fue a ver a su hija, al verla dormida como su madre sonrió. Salió después de dejar una nota en la mesa de noche de Xandra. Quería que fueran a comer con la niña.
Xandra se despertó, se estiró y miró el reloj 9:20, se extrañó que su hija no estuviera llorando. Se levantó y fue verla, y la vio en su cuna, se acercó y vio que estaba entretenida viendo el móvil, al ver a su madre la niña sonrió y chilló.
-Hola mi amor.
Beca sonrió, la bañó y le dio su biberón mientras que Xandra se alistaba, cuando las dos estuvieron listas salieron hacia el bufete, Xandra manejó tranquila, en un semáforo miró el auto de al lado. Tony movía la cabeza al ritmo de la canción, eso la hizo sonreír, él no la vio pero Xandra lo contempló, como hace mucho tiempo lo hizo. Verlo tan relajado la hizo suspirar.
Tony cantaba junto a la voz de Sam Smith, iba con tiempo al banco, tranquilo, aquella mañana se despertó más relajado de lo normal. El semáforo se puso en verde y él aceleró, pero el auto de al lado lo hizo primero y la vio, Xandra miraba fijamente la carretera, seria, suspirando manejó detrás de ella. En otro semáforo la miró, sus ojos se conectaron al momento, ella le sonrió y él solo la miró.
Al ponerse en verde dobló a la derecha y sin decir o mirarla se despidió, cuando llegó sacó las hojas que se había llevado para trabajar en casa, caminó tranquilo y al llegar a su oficina sonrió. Aquello por lo que tanto había luchado estaba en frente de él.
Xandra llegó al bufete, caminó con Beca en brazos, entró y la recepcionista le sonrió, y sin decirle nada la dejó seguir su camino. Pablo estaba hablando con uno de sus colegas cuando las vio, Beca, como siempre gritó al ver a su padre, lo amaba, él sonrió y luego de disculparse caminó hacia ellas.
-Mis amores-dijo él.
Xandra sonrió, Beca movía sus bracitos emocionada de ver a su padre, él la alzó y la llenó de besos, besó a Xandra y ella no se movió, lo observó chinear y jugar con su hija. Sus colegas sonrieron al verlo así, siempre era serio, correcto, muy pocas veces lo habían escuchado bromear, pero Pablo tenía claro que trabajo es trabajo.
-Tengo que revisar unas hojas y luego nos vamos a comer, ¿Te parece?-Xandra asintió, él frunció el ceño-¿Estás bien?
Ella asintió y caminó a la oficina, cuando llegaron él revisó las hojas con su hija en brazos, miró a Xandra y la vio mirar por el ventanal de su oficina. No dijo nada, cuando se comportaba así era mejor callar y esperar a que ella decidiera hablar. Salieron a comer y disfrutaron ese desayuno en familia. Al terminar ella le dio un frío beso en los labios y se marchó.
Tony bailó con aquella hermosa mujer, su nombre era Holly. Salió a despejarse, lo necesitaba, y algo que siempre lograba hacerlo era el baile, fue Holly quién lo sacó a bailar, pero a él no le importó disfrutó con ella, mientras bailaban hablaban. Tony le dio la bebida que había pedido y ella le sonrió.
-¿A qué te dedicas?-preguntó él.
-Soy doctora, pediatra para ser más exactos-dijo ella.
Tony sonrió.
-Es una profesión muy linda.
-Lo es, pero como todo, siempre hay casos muy dolorosos-él meneó la cabeza.
-Así es la vida-ella sonrió.
-¿Y tú?
-Soy gerente en el banco Pastor.
-Un gran banco-dijo ella.
-Lo es-sonrió él al ver como ella se le insinuaba.
La canción cambió y ella aplaudió.
-¿Vamos a bailar? Amo esta canción.
-Tus deseos son ordenes para mí-dijo él.
Ella rio y bailaron. Esa noche fue la primera de algo que quizá para él fuera algo nuevo y hermoso, ella es hermosa, atenta, cariñosa y decidida, quizá era momento de empezar algo que hace mucho tiempo dijo que no haría. Enamorarse de nuevo.
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Parar el tiempo.
RomanceXandra y Tony, su amor es más fuerte que todo aquel que lo quiera impedir. Ambos se soñaron, se tuvieron, se amaron... Pero una fuerza humana es mayor, sin importar a quién se lleva de paso, ese huracán pasa, llevándose consigo a dos corazones frági...