CAPÍTULO 1

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El amor. Grupo nominal basado en dos palabras que han destruido muchos más corazones de los que puedas imaginar. No es algo bonito, ni por supuesto nada llega a algo más que la apariencia.

Puede que no sea justo que lo diga yo, una insignificante persona en este gran mundo lleno de personas besuqueándose por todas partes. No, definitivamente estoy en contra del amor.

Mi vida, por así decirlo, no ha sido de cuento. Todo lo contrario, de una típica novela dramática. Empecemos desde el principio.

Yo soy una chica de 17 años, de estatura media y pelo moreno, me encanta maquillarme, pero no exageradamente, lo necesario. Ah, me suelen llamar Laura, pero me podéis llamar como queráis.

Hace unos cuantos años, yo era una niña normal y corriente que juega a sus juegos con las típicas niñas ñoñas y esas cosas estúpidas. Tení­a una familia que era admirada por todo el mundo. Mi padre trabajaba en una oficina y mi madre era la típica camarera de todo bar. Algo normal, pero nos queríamos, mucho.

Un día, mi padre sufrió varios tiros por su gran enemigo, la persona que no consiguió su amado trabajo por mi padre. Y mi padre falleció.

A partir de ese accidente, mi madre y yo nos mudamos a otra ciudad, en concreto, a las afueras de Madrid. No era gran cosa decir que perdí mis amistades, pero importante para incluirlo. Mi madre no ganaba suficiente dinero trabajando, así­ que, a mis 17 años empecé a dividir el tiempo entre los estudios y el trabajo.

Mi madre no supo cómo superar lo de mi padre y cayó en depresión. Pobrecita, pensareis. Seriamente, lo dudo mucho. Tras unas cuantas semanas, encontró a un supuesto noviecito, que casualmente era lo suficiente rico para que ninguna de las dos necesitaramos trabajar más. Yo preferí­ seguir trabajando, porque a mis 18 años querí­a mudarme, mudarme fuera de esta apestosa casa. No era algo de lo que me sintiera orgullosa de mi madre, pero por lo menos nos podíamos mantener sin pensar si íbamos a llegar a fin de mes. Mis estudios empeoraron bastante, sobre todo por la rama de matemáticas. Asignatura que amaba de pequeña.

Mi supuesto padrastro "y digo supuesto porque nunca reemplazaré a mi padre" tiene 2 hijos, uno de mi edad y el otro de 20 años, que vive en Inglaterra. Nunca me gustó tener hermanos, o hermanastros, o lo que sea.

Mis grandes aficiones son escuchar música, es una afición que hace que consiga que llegue a pensar que vivo fuera de este apestoso mundo y correr, si correr, corro todas las mañanas. Suelo cuidar bastante mi físico, hago bastante ejercicio y no suelo meterme muchas mierdas a mi estómago, aunque de vez en cuando me puedo tomar un caprichillo.

Actualmente, pienso que el hermanastro que vive conmigo es un completo idiota. Trata a las mujeres como objetos de uso público. No me llevo mal con él pero me frustra mucho esas noches que tengo que estar en vela porque al estúpido de mi hermano no se le ocurre otra cosa que traer mujeres a ya sabemos que . Odio a mi hermano por eso, pero es su vida, que haga lo que le salga de su hermosa cabecita.

Tengo un grupo de dos amigos, Robert y Clara. Somos amigos desde hace poco, pero confí­o mucho en ellos.

En mi antigua ciudad, tuve un novio. Cabe destacar que me dejó tirada como una bolsa de basura y me engañó, de ahí­ que odio el amor. Es una pérdida de tiempo y jamás volveré a caer.

No sé qué más decir, mi vida se ha resumido en eso. Así que, para rellenar lo volveré a decir, odio el amor. Enserio, nunca os enamoréis.



El hermanastro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora