CAPÍTULO 24

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- Lo siento chico. No podré darle esa noticia. Está en coma. Y... hay una gran probabilidad de que no vuelva a despertar. 

¿No voy a poder volver a despertarme? ¿Me quedaré así para siempre?

- No puede ser. - dijo lloriqueando. 

Si pudiera ahora mismo me levantaba e iba a darle un abrazo. Pero no, no puedo. 

- Doctor, necesito saber si hay alguna posibilidad. 

- Es difícil, pero la hay. 

- Bien, entonces lucharé por ello. 

- Lo único que puedes hacer es darle compañía. 

- Entonces eso haré. 

Y, efectivamente, eso hizo. Cada día, venía por la mañana y estaba hasta la hora de dormir. Ya que, más no le dejaban. 

Hoy, no sé que día será, pero mínimo han pasado 4 días. Es horrible este sitio. Ya no aguanto más, quiero despertar. 

Tocaron a la puerta. 

Rubén no era, estaba dentro, hasta hace poco me estaba hablando. 

- ¿Si? - dijo éste. 

- Hola, soy yo. - dijo Clara. 

¿Espera un momento? Todo es por su maldita culpa. 

- Ah, tú. - dijo Rubén. 

- Mira, yo lo siento mucho. No me supe controlar y... no sé. 

- Todo es tu culpa. Sabes que puede morir, ¿no? 

- Yo, lo siento - y la muy **** comenzó a llorar. 

- Tampoco hace falta que llores, ¿sabes? No arreglarás nada. 

- Es que mira cómo está, así en la cama y yo no... - dijo con una voz aguda. 

- Anda ven. - dijo Rubén. 

Apostaría a que se están abrazando. Celos, controlaros. 

- Gracias, Rubén. 

- Nada. Mira, ahí tienes una silla, puedes sentarte. - no, va a columpiarse. ¿De verdad, Rubén?

Y así, como nada, comenzaron a hablar. 

Yo sigo aquí, eh. 

- ¿A qué si Laura? 

¿Eh? ¿Qué dijo?

- Bueno, como si pudiera hablar. - dijo Clara. 

Dios, dame fuerzas para levantarme y meterle un galletón. 

Y así pasaron los días...  Ahora Clara venía todos los días (llamémosla palmera). Me da asco su nombre y su cara. 

Pero la palmera no venía a hablar conmigo o hacerme compañía. No, que va. Si no que a ligarse a Rubén. Maldita palmera. 

El hermanastro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora