CAPÍTULO 41

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Mi casa ya estaba lista para vivir. Nunca pensé que una mudanza sería tan bonita. Creo que hice bien en no hacerme tantas ilusiones con ese farsante también llamado... "hermanastro". Aún se me hace difícil llamarle así. El "hermanastro", mi "hermanastro".

Me senté en mi escritorio y puse mi cabeza en la silla. ¿Por qué es tan difícil el amor? ¿Por qué? Mire mi teléfono que estaba sonando en la mesa. El fondo era de nosotros dos. Me acuerdo que ese día fue el día que me dijo que aprobé el examen de biología. -Mi cara se iluminó con una sonrisa.-  Después de estar en coma. - mi sonrisa desvaneció.- 

No se si volveré con él, necesito espacio y tiempo para pensar. Me puse a buscar en Internet trabajos convincentes para ganar el suficiente dinero. Una página me llamó la atención, ¿camarera? ¿DJ? ¿barrendera? ¿Escritora? Puedo ser escritora. Estaría bien. Podría escribir un libro llamado El "hermanastro". Me reí de mi idea. Absurda y poca imaginativa idea llena de dolor. Entré en la página de escritora... se acaba de agotar, perfecto. 

Resoplé en el aire. 

Continué buscando. ¿diseñadora de moda? Estaría bastante bien. Me imagino creando vestidos en todas las partes del mundo, bueno, ahí me pasé. Cliqué antes de que se agotara también. Tengo mañana una entrevista cerca de la Gran Vía, aquí, en Madrid. Me viene perfecto porque ahora vivo casi en el centro. 

Busqué la compra de esta mañana. Me compré un despertador bastante guay. Así que es hora de estrenarlo para mañana. Ahora, si que, es hora de dormir.

Buenas noches. 


El hermanastro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora