Aproveché a hacer mis tareas y a estudiar lo mayor posible para tener una semana relajada.
Nuestros 'padres' se iban hoy en la mañana. Nos despedimos y todo ese rollo y listo.
Me disponía a ir a correr. Mi ropa se basaba en un short negro y una camiseta azul de deporte. Mi pelo iba sujeto por una coleta alta, perfecta para empezar a correr.
Bajé las escaleras a trote para ir calentando, cuando me choco con el indeseable.
- ¿A dónde vas? - me pregunta
- ¿Es que acaso no es obvio? - Pregunto señalando mi outfit.
Me mira de arriba abajo, inspeccionando si mentía.
-No me preguntaste si podías salir.
-No te tengo porque preguntar nada.
- ¿Ah no? ¿no recuerdas lo que dijo tu madre ayer en la tarde? Haz lo que Rubén te diga- dijo imitando una voz femenina.
Resoplo y pienso, ¿enserio me voy a rebajar tanto? Bueno, pero así acabaríamos antes.
-Lo que tú digas, ¿me dejas salir? - digo intentando quitármelo de delante.
- ¿Por favor? - dice con una sonrisa burlona
-Por favor... - digo suplicando y aburrida.
-Bien, pasa. - hace un gesto con la mano señalando la puerta.
-Si, sé dónde está la puerta, no tienes por qué decirme.
-Adiós. - me dice.
Y cierro la puerta de un portazo. Paso literalmente de contestarle.
Cojo mi móvil e involuntariamente paso la mirada por la hora. Tengo que acostumbrarme a levantarme antes, así no puedo seguir. Cojo los cascos y los enchufo al móvil. Hoy tocaba Eminem.
Empecé a trotear por el parque, ya me sé el camino de sobra. Primero paso por los bancos en los que empieza a sentarse gente mayor, seguido de la fuente, en los que los pájaros beben agua, el calor agota a cualquiera. Empiezo a correr más rápido y paso por el puente de piedra, en el que los patos nadan felizmente. -Ojalá yo fuese un pato, nunca debería preocuparme por nada, tan solo en comer- pienso. Sigo corriendo alrededor del campo de baloncesto y continúo por un camino rodeado de árboles. Qué asco de naturaleza, y más en primavera. Termino subiendo unas escaleras al trote y bajando una cuesta demasiado empinada a mi parecer. Corro un poco más y llego a casa. Apago la canción y miro la hora. ¡Nuevo Récord! Si sigo así, me tienen que dar una medalla de oro o algo.
Al llegar a casa, desayuno. Una galleta es lo justo y necesario. Hoy me apetece cenar pizza y no puedo darme muchos lujos.
Entro a mi habitación, cierro con candado, no queremos que ocurra un accidente. Cierro las cortinas, cuanta más intimidad mejor. Me empiezo a descambiar y entro en la ducha. Muevo ligeramente a la derecha la llave del agua y me aparto un poco, no quiero morir de hipotermia. Ya me empiezo a acercar un poco y mi cuerpo se empieza a recubrir por una suave capa de agua caliente. Que bien sienta esto. Continúo duchándome y me recubro por una toalla blanca. Los albornoces nunca me gustaron.
Cojo un pijama limpio y me cambio. El pijama no era largo, estamos en primavera. Se basa de un pantalón ancho azul y una camiseta fina blanca que dejaba apreciar mi sujetador de encaje negro. No me preocupa, voy a estar en casa todo el día y mi hermano no se va a preocupar en mirar, supongo. Me quito la toalla de mi cabeza y me peino. Me gusta que se seque el pelo al aire, el secador sólo sirve para estropearlo.
Estuve un rato en la cama hablando con Clara y con Robert. Me comentaron que un DJ muy famoso iba a ir a una discoteca nueva. Se supone que estoy mala pero no pienso perdérmelo por nada del mundo. También me dijeron que van a ir con un amigo de Robert, pero eso tampoco me preocupa, soy muy sociable.
Estuve pensando que podía llevar esta noche y creo que ya lo sé. Tengo un vestido por ahí negro, ese me servirá.
Decido recoger un poco mi habitación e a ir a la cocina a comer. Me caliento un plato de macarrones de los que sobraron ayer. Termino y limpio el plato. Rubén como siempre sigue en su habitación. No sé qué hará, tampoco me importa. Me preparo para ir al trabajo. Empiezo a las 4 y media y por estar de 'vacaciones' no me lo voy a perder. Necesito el dinero para mí sola. Quiero sentirme orgullosa de poder haber conseguido algo. Así que me puse una camiseta holgada negra con un pantalón rojo y unas zapatillas Adidas, cogí mi bolso y directa a trabajar.
El bar no estaba muy lejos, tan solo a 3 manzanas, así que el recorrido se me hizo corto. Yo tengo turno de tarde, pero trabajo un día más. Es decir, trabajo de lunes a jueves de las 4 y media a las 7 y media. Es poco, sí. Pero tampoco es que necesite una pasta de dinero. Solo lo justo para empezar una vida nueva y darme algún capricho de vez en cuando.
Me puse el delantal, y comencé a llevar algunos cafés, cervezas o botellas de agua, junto alguna tapa a cada una de las mesas. No sé cómo la gente puede ingerir tanta grasa en un sólo día. Mientras algunos simplemente, se toman una tapa con alguna bebida yo podría haber comido con eso. Si piensas que como poco, sé, puede ser.
Termino mi jornada de trabajo y me voy a casa a prepararme para la fiesta. ¡Madre mía, si es que no paro!
Llego a casa y se escucho ruidos de perchas moviéndose, -no es de mi incumbencia- pensé
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El hermanastro.
Teen FictionLa historia de una adolescente que se muda junto a su madre a la casa de su nuevo padre y hermanastro. Ella no quiere aceptar el tener que convivir con ellos. Cuando sus padres deciden irse a un viaje, ella va a tener que aprender a convivir con un...