CAPÍTULO 48

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- Entonces...

- Entonces, Roman no es tu padre. 

- Ni el tuyo. 

- No. Mi padre, nuestro padre, murió cuando yo era pequeña. 

- ¿Y mi madre?

- ¿Cómo se llamaba tu madre? - le pregunto

- Teresa. 

- Esa era tu tía. Murió poco después de tu nacimiento por causas desconocidas. 

- ¡Todo tiene sentido! Mi madre no era Teresa, pero Alex pensó que era ella y por eso la mató. Lo mismo pasó con Roman. ¡Se pensaron que eran ellos nuestros padres! Entonces... ¿nuestra madre? - dijo

- Sigue viva. Acompáñame, sé dónde vive. 

· 

- Antes de entrar a la habitación. - le sujeté de los hombros - Tiene cáncer y... le quedan pocos días. 

- ¡¿Ahora que encuentro a mi madre me dices que se va a morir?!

- ¡No es mi culpa! ¡Yo no puedo cambiar nada! ¡La conocí igual que tú el otro día!

- Lo siento, tienes razón. Es solo que esto es tan surrealista...

- No te preocupes, me tienes para cualquier cosa. 

- Gracias. - me da un tierno abrazo. 

Abro la puerta y la dejo pasar. 

- Mamá, esta es Sara. Tu hija, mi hermana. 

- ¿Sara? No puede ser, desapareciste tras nacer. No dejaste ninguna huella, nada...

- Me... me secuestraron. - dijo entre lágrimas. - Me dijeron que os mataron, pero no fue así...

- Mi niña... 

Ambas se abrazaron. Que bonito, un recuerdo familiar, al menos. 

- Laura, ven. - me dijo Sara.

Las tres nos abrazamos, se sentía tan bien.




El hermanastro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora