Ayer, Rubén dejó definitivamente a Clara. Seguro que todo fue como una telenovela. - me reí por aquel pensamiento.
- Laura, ¿esta noche te apetece ir a cenar?
Salí de mis pensamientos.
- Oh, si, claro.
- Pero esta vez tienes que comer, ¿eh? - me miró serio.
- Haré lo que pueda capitán. - hice un gesto con las manos.
Rubén se rio ante semejante acto. Puso sus manos en sus caderas.
- ¿A si que capitán, eh? - alzó una ceja.
- Si, mi capitán.
- Tu capitán.
Se acercó y comenzó a besarme. Obviamente, yo no me resistí ante tal lujuria.
Nos dimos un abrazo y estuvimos por un gran rato así.
Prácticamente toda la mañana y tarde fue así.
- Ya Rubén. Suéltame ya. - dije intentando zafarme de él.
- No. - dijo mimoso.
- Si no me sueltas, no podré irme a vestir y si no me puedo ir a vestir, no podré ir a la cena. Si no voy a la cena, me moriré de hambre y si me muero de hambre no tendrás compañía en toda tu vida. A tu entierro solo irá el cura y morirás solo. - dije con una amplia sonrisa.
- Vale. Te dejo ir... Pero ten en cuenta que yo iría a verte al cementerio todos los días. - dijo a carcajadas.
- Serás estúpido. - le tiré un cojín cercano.
Me lanzó un beso en el aire.
Me fui a vestir, mejor cuanto antes.
Me tomé una ducha, principalmente. Más tarde, me puse un vestido rojo con puntitos blancos y unos cuantos colgantes. No iba muy arreglada, pero la situación no merecía tanto, probablemente íbamos a ir al Burger.
Cogí el bolso y bajé. Ahí se encontraba Rubén bastante elegante.
- Bueno, capitán, ¿Qué haces tan arreglado?
- La situación la merece.
Ahí caí en cuenta de que me iba a pedir ser su novia.
- Si quieres voy a cambiarme, yo...
- No, no hace falta, vas perfecta.
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El hermanastro.
Teen FictionLa historia de una adolescente que se muda junto a su madre a la casa de su nuevo padre y hermanastro. Ella no quiere aceptar el tener que convivir con ellos. Cuando sus padres deciden irse a un viaje, ella va a tener que aprender a convivir con un...