CAPÍTULO 43

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Las siguientes semanas, estuve diseñando diferentes vestidos. Me daba igual el estilo de las demás personas, yo tenía el mío propio. Y estando casi en la juventud, sé mis gustos y los de la mayoría de mi edad. Así que eso es un punto a favor. 

De momento, llevo una blusa, el vestido azul y unas botas. La blusa consta de una tela fina blanca, con un bordado negro en las mangas. Las botas son altas, hasta unos centímetros antes de la rodilla. Tienen una tela muy especial, que las hacen únicas e irrepetibles. La señora Belier me ha dado la enhorabuena, le están gustando. 

Por otra parte, he conseguido mi trabajo anterior. Ajá, camarera. Me estoy repartiendo el tiempo entre las dos cosas. De diseñadora trabajo de lunes a jueves 5 horas diarias, y de camarera tan solo 2 horas el viernes. En lo último me pagan extremadamente poco, debido a mis horas, pero no necesito partirme el lomo, cuando tengo dinero suficiente. 

Por el lado del amor... Bueno, eso es complicado. Yo le sigo queriendo, pero... no sé. Lo que me hizo no sé si tendrá solución, la verdad. Recibo semanalmente bastantes mensajes suyos. 

Mi móvil vibró. Puse la almohada en mi cara y crucé mis piernas. ¿Qué se supone que debería de hacer? ¿Debo perdonarle? ¿Debo esperar? ¿Debo darle una segunda oportunidad? Estoy tan confusa. 

Me prometí que no iba a dejar que me volvieran a romper mi juguete. Entonces... debo hacer una nueva vida lejos del amor. Esos días fueron los mejores de mi vida y también los peores. Está bien, por una vez en la vida me haré caso. En ese momento juré no volver con él. Mantendré mi idea por el momento. No volveré con él, le dejaré bien claro que no quiero volver con él y que no siga intentándolo. Ojo, como persona valiente que soy se lo diré en la cara, volveré a casa para dejar claro el asunto. 

No quiero ser nada suyo. 

El hermanastro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora