El hermanastro.

CAPÍTULO 46

- De echo... No tengo mucho tiempo. Tengo que pasar al cementerio. Tengo que regar las flores de Roman. - dijo la señora Belier.

- ¿Roman?

- Sí. Fue el marido de tu madre real. Tú, por una parte, "naciste muerta" y Sara, desapareció. Tu verdadero padre es con el que viviste hasta que murió, pero no era el amor absoluto de tu madre. Después de que tu padre se enteró de que le había sido infiel, decidió llevarse a su hija con su hermana, tu tía. Para que no tuviera ningún juicio ni nada, dijeron que habías nacido muerta, pero no fue así. De tu hermana no se sabe nada, desapareció sin más. Y unos pocos días después, murió Roman, el marido de tu madre y tu tía, por causas desconocidas. Sin duda, esta es una historia llena de misterios y secretos, celos y engaños. 

- Guau. Realmente, es impresionante. ¿Puedo acompañarte?

- Por ahora, termina ese diseño. - me señaló al dibujo. - Ya vendrás conmigo otro día. 

- Vale. - dije algo decepcionada. Quería conocer a mi tía y al exmarido de mi madre. 

Continúe con mi trabajo. Esta vez, me tocaba dibujar a un hombre. Se parecía bastante a Rubén... Lo extraño mucho. 

·

- ¡Laura, Laura! - unos gritos sonaban detrás de mí.

- ¿Qué pasa señora Belier?

- Creo que he encontrado a tu hermana. 

- ¿Mi hermana? ¿No estaba desaparecida?

- Sí. Hoy me ha dicho que era la hija de Roman. 

- Pero Roman era el marido de mi madre, no mi padre. 

- Exactamente. Roman no tuvo hijos, era estéril. 

- ¿Entonces?