Ya sólo quedaba una hora. Una hora para mi funeral. Hoy era el examen de biología y te puedo prometer que, jamás, en mi vida, había sentido semejante terror.
Me juego la evaluación entera, me juego la vida.
En estos momentos estoy intentando no acabarme las uñas, está siendo un logro para mí. Voy en el coche dirección al instituto.
-¡Laura! Te estoy hablando...
- ¿Que? ¿Examen?
Se lleva una mano a la cara.
- No, que te llevo llamando media hora, ya hemos llegado.
- ¿Que? Haberme avisado antes, tengo que llegar rápido para poder preparar el estuche en la mesa y repasar.
- ¡Te llevo llamando 15 minutos! ¡Y todavía te quedan 45 minutos! No creo ni que te dejen entrar al instituto.
- Entraré por las buenas o por las malas...
Al final estaba abierto, no tuve que hacer ningún tipo de brujería o algo por el estilo. Entré corriendo, mi vida dependía de aquello. Subí las solitarias escaleras a la velocidad de un lobo sin haber comido en 5 años, viendo a una presa en el tope. Entré a clase, puse mis cosas y comencé a repasar.
Tras escasos segundos, un timbre me sobresaltó. Elevé la cabeza y había mucha gente. Miré mi reloj, ¿no quedaban 45 minutos? ¡Ya pasaron los 45 minutos!
La profesora entra con un montón de papeles y nos ordena recoger las cosas. Dios, dios, dios, deséame suerte, por la virgencita.
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El hermanastro.
Teen FictionLa historia de una adolescente que se muda junto a su madre a la casa de su nuevo padre y hermanastro. Ella no quiere aceptar el tener que convivir con ellos. Cuando sus padres deciden irse a un viaje, ella va a tener que aprender a convivir con un...