Después de comportarme como un completo idiota me dispuse a dormir, en unas horas tendría que ir a finalizar los acuerdos del contrato con Mr Erik, pero realmente no pude dormir nada, seguía teniendo en mi mente la cara de Monique cuando le dije todo eso. Ella dijo que era poca cosa para mí, pero no se daba cuenta que era yo quien no la merecía,
me quedé dormido a las cuatro de la mañana, y la alarma sonaría en dos horas.(...)
Un pitido incómodo me saco de mis sueños, y yo sentía como si apenas minutos antes me hubiese quedado dormido. Al abrir los ojos los sentía como si estuvieran llenos de arena, creo que hoy no iría al gimnasio. Me metí a bañar y me dispuse a desayunar, Leonora ya tenía todo listo cuando salí del baño.
—Buenos días sr Eduardo, ¿Tomará su batido de proteína hoy?
—Buen día Leonora, no, hoy no,
solamente será el desayuno, gracias. Hoy no alcanzaré ir a ejercitarme, iré a finalizar los últimos detalles del contrato. Voy a la empresa por la señorita Gregory que me acompañara.—Ella se me hace una joven muy bella,
y dulce. —dijo Leonora.—Y lo es Leonora, lo es, también es muy buena en su trabajo, un diamante sin duda.
—¿Puedo aconsejarle algo?
—Sabes que si —respondí mientras mordía mi tostada.
—Esa joven siente algo por usted. Y usted es un buen hombre merece ser feliz con alguien que sea buena, y no que solamente busque su dinero. —Solté una risilla y negué, Nora siempre cuidaba de mí, era la única persona a parte de Álex, en quien podía confiar plenamente.
—Gracias Nora, aunque tú perspectiva de mi persona difiere mucho de la mía.
—No, es usted quien no lo sabe, he estado
18 años a su lado, y soy muy vieja para que intentes lavarme el cerebro como a todas esas mujeres -me carcarjeé, Leonora era lo más parecido a una madre que jamás tendría y realmente le quería —Así que no quiera decirme lo contrario ¿Porque no se permite querer a alguien? ya pasaron muchos años de lo de Elizabeth, debería darle una oportunidad al amor.—Sabes que ya no soy ese mismo hombre Leonora, aquel Eduardo murió cuando ella se fue. Mirá, ya es tarde, me voy, ten buen día. —Le di un beso en la frente, tome mi saco y portafolio; me fui. Recogí unos papeles del despacho mientras esperaba a Monique, la espere durante 30 minutos,
ella no era de las que llegaban tarde, ¿Algo pasaría? Ya no podía seguir esperandola. Bajé al lobby y le dije a la recepcionista que en cuanto llegará Monique me llamará sin que ella supiera, y también que le dijera a ella que le había dejado unos contratos a revisar para ver cuál era más viable.Terminamos temprano la junta para arreglar los últimos detalles del contrato, todo había salido excelente, Mr Erik había quedado muy conforme. Pensé en Monique, en lo duro que había trabajado para obtener esta cuenta, quería verla, quería abrazarla y celebrar con ella, después de todo... este era también su triunfo, pero no, no regrese a la empresa ese día, no dejaba de pensar en Monique.
Necesitaba sacarla de una vez por todas de mi cabeza, pensé en algo aunque era muy estúpido, pero ella tenía que saber quién era yo, fui a Cartier a comprar algún reloj y ahí estaba ella: Laura, mi chica de juegos, era muy hermosa, pelirroja natural, ojos verdes como obsidianas, hermosa, pero simplemente no me atraía más allá del sexo que era muy bueno con ella. Me vio y sonrió, ella ya me conocía, y accedía a cada petición mía, ella era mi sumisa, no sé acerco a mí hasta que yo le hice una seña para que lo hiciera,
camino seductoramente sin apartar sus ojos de mí.—Hola Eduardo, no me has llamado,
y te he extrañado mucho, me sentiría muy triste si decides que ya no soy buena para tí.—Hola Laura, no preciosa, jamás pensaría eso. Solamente que he tenido mucho trabajo, pero hoy tengo libre, ¿Quieres comer conmigo? —Nunca la había invitado a comer, eso la hizo sonreír.
—Eduardo, siempre eres muy galante,
acepto tu invitación con una condición.—¿Cual?
—Solamente... ¿Si en la noche me invitas a tomar una copa a tu casa?
—Perfecto, así será entonces. —Fuimos a comer, pero mi pensamiento todo el tiempo estuvo con Monique a pesar de tener a una mujer completamente hermosa frente a mí.
Me hablaba y yo solamente asentía ó hacia una pregunta ocasional, no tenía cabeza para pensar en otra cosa que no fuera en un par de ojos grises. Laura había llegado en el momento adecuado, cuando nos fuimos a mi casa ya eran las 6:00 deje a Laura en la sala y fui al despacho, marqué a la oficina de Monique... un timbrazo, dos tres, creí que ya se había ido cuando respondió,—¿Diga? Monique Gregory.
—Señorita Gregory creí que ya no la encontraría.
—¿Sr Romero?
—Sí soy yo. Necesito que me lleve los papeles para firmarlos.
—¿Papeles? ¿Cuales papeles?
—Los que Alexander le entregará,
los lleva saliendo a mi casa para que mañana los envié por fax al cliente.—Esta bien, se los llevaré. —Y colgué, si, sé que me estaba comportando como un canalla, pero tenía que alejarla definitivamente. Fuí hasta la sala donde estaba Laura bebiendo champagne, me miró y sonrió, estando en casa las cosas eran completamente distintas
—Le he servido una copa mi señor ¿Beberá?—Caminé hasta ella y la tomé por la cabeza, la bese con pasión, ella había dejado la copa sobre la mesita y comenzó a desabotonar mi camisa, tomé de inmediato sus manos, y dije.
—Aún no, y sabes que primero debes preguntar.— ella agachó la cabeza.
—Si mi señor, disculpé. —La tomé de la mano y la lleve a la habitación que estaba al final del pasillo, ella camino detrás mío,
esa era la habitación de visitas y realmente nunca la había usado. Siempre usaba la que estaba contigua a mí dormitorio, abrí la puerta y dejé que pasará primero, entro y encendí a media la luz, no me gustaba lo que iba a hacer pero necesitaba terminar esta tortura.—Desnúdate. —le ordené. Lentamente comenzó a desabotonar su vestido, se ajustaba perfectamente a su cuerpo, tenía un hermoso cuerpo, dejo que éste cayera al suelo. Después comenzó a quitarse el sostén dejandolo caer al suelo también, por último se deshizo de su pantaleta, comenzó a caminar a mí, pero la detuve levantando la mano.
—Espera, siéntate en esa silla —hizo lo que le pedí, me quite la corbata y cubri sus ojos con ella. até sus manos y pies, con unas sogas de terciopelo que tenía en mi despacho, amarre sus pies a cada lado de la silla, así que su sexo quedaba totalmente expuesto. En ese momento alcance a escuchar el portón de la entrada abrirse, había llegado el momento de actuar.
—Espera aquí linda, en un momento vuelvo. —Pase una mano acariciando su sexo, ella solo ahogo un pequeño gemido, salí de la habitación dejando un poco entreabierta la puerta, le dí indicaciones a Leonora y subí a mí cuarto a cambiarme, me puse unos chándales que me quedaban un poco bajos, y solo eso, no me puse camisa. Cuando baje, paso justo lo que había pensado, Monique estaba parada frente a la puerta donde estaba Laura atada y desnuda, ella estaba mirando la escena petrificada, no movía ni un solo músculo.
Me aclare la garganta y se giró rápidamente hacia mí, jamás olvidaré su expresión, había pánico y desagrado, miedo. Eso sentía ella por mí._________________________________________
Me he tardado en actualizar y lo siento mucho. ya saben cuando uno es pobre no hay mucho que hacer, besitos mis dementes, les dejo un abrazo de oso Pachón y déjenme un comentario es hermoso saber que no es un pueblo desolado snf snf 😭😭😭 denle estrellita ⭐⭐⭐ beshitoooos.
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La fuerza del destino (Sin editar)
RomanceElla, huyendo de un destino trágico llegó hasta él, llena de dolor y añorando amor. Él, con una promesa que cumplir, tiene relaciones sin ningún tipo de compromiso. Tratará de no fijarse en ella, pero como siempre, el destino es un maldito y le vale...