La fuerza del destino (Sin editar)

Capitulo XXIV

Cuando éstas enamorado todo es genial,
el mundo es color de rosa, las mariposas vuelan libres por el estómago, las emociones estallan como cohetes en un 16 de septiembre*.
Estar enamorado y ser correspondido es la sensación más bella que se puede sentir.
La seratonina inunda tu cerebro y no puedes parar de reír como idiota, exacto, el amor nos hace idiotas,
pero al menos idiotas felices.

*El 16 de septiembre se celebra la independencia de México  
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Tras una semana más en el hospital decidieron que ya era tiempo de darme el alta, estaba feliz, y no era solamente porque Eduardo y yo teníamos algo... ¿aún no averiguó que? quizá sea que por mi edad aún sueño con esas cursilerías de novios y eso, Eduardo por supuesto es más maduro, tiene 37 años en lo que yo apenas 26, y no es que sea una niña, pero vamos... que mujer no sueña con una maravillosa declaración de amor. Aunque realmente no me puedo quejar, Eduardo es todo un sueño.

Ésta semana fue maravillosa, una tarde cuando llegó traía unas deliciosas donas de Krispy Daily:
estaba sentada en el sofá mirando la televisión y llego así sin avisar, me tomo entre sus brazos y se sentó en el sofá llevándome a sus piernas.

Tomo una dona de la caja y la acerco a mis labios para que la mordiera, el glaseado se quedo en mis labios y Eduardo lo quito a besos. Esa tarde me preguntó si me gustaba el café, ¿Que como me gustaba? creo que quería saber más de mí, «por cierto su favorito es el café negro sin azúcar» el mío es el cappuccino de vainilla con tres de azúcar y esos pequeños contenedores de coffíe mate, creo podría vertir más de cuatro en mi cappuccino.

También le conté de mis frappés favoritos, el de Oreo y Té chaí, de vainilla por supuesto. Y si, es que realmente amo el aroma a vainilla y no solo el aroma, simplemente amo la vainilla.

Bueno la realidad es que me siento como en un sueño, pero del cual espero nunca despertar pues me parece demasiado bueno para ser verdad.

Al día siguiente Eduardo me trajo un frappé chaí de vainilla, me enamoro verlo esconder su mano tras de sí para después hacerme cerrar los ojos y probarlo, lo hice con  una sonrisita estupida en el rostro, es demasiado romántico y perfecto para ser verdad, y aunque suene cliché, tras su porte de hombre malo y rudo es el hombre perfecto. Creo que lo que siento por él está creciendo más y más, nadie jamás me había tratado así. Me siento un poco estúpida, y creo que el amor nos hace estúpidos.

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Bueno, a esto se le puede llamar tocar el cielo, sus dulces ojos siempre están observandome, siento la necesidad de darle todo de mí, hacerla feliz hasta en el más pequeño detalle, le encanta lo dulce, ayer le compré un frappé chaí, su favorito despues del de Oreo no lo olvido, su cara al probarlo no tuvo precio, y yo simplemente sonrió como idiota al verla feliz con algo tan simple como un frappé. ya la darán de alta, le he pedido a Nora que arregle una habitación para ella, le pedí que compre colchas nuevas, creó que Nora y ella se conocen muy bien pues han tenido mucho tiempo para charlar así que lo deje a su gusto. Será maravilloso tenerla en casa. se sentirá menos vacía creo que ahora parecerá más un hogar.

Aún no he podido decirle nada de Alexander y su fraude con el contrato de Mr Erik, estoy completamente seguro que se pondrá furiosa ya que ella trabajo muy duro para obtenerlo y él simplemente se aprovecho de mi amistad para sus propios beneficios, despues de correrlo ya no lo he visto ni sabido nada de él, realmente no sé si pueda volver a verlo como el amigo casi hermano que era para mí.

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Y se llegó el día, por fin saldré del hospital. Eduardo insistió en venir por mí, y aunque le dije que no era necesario no pude hacerle desistir. para traerme ropa fue un circo maroma y teatro, él quería comprarme pero yo insistí en que me trajeran ropa de mí apartamento para estar más cómoda, quien fue por ella obviamente a sido él. Al pensar que también debería traer ropa interior inmediatamente me regañe a mi misma, qué pena que la viera. Tardó un poco más de media hora en ir y volver a pesar de que
mi apartamento está a las afueras de la ciudad.