Capitulo XVIII

1.1K 175 11
                                    

Los médicos vinieron de inmediato en cuanto pulse un botón de emergencia, después de esa reacción simplemente se quedó mirando hacia el techo, no ha hablado, ni me ha mirado siquiera, se la llevaron a hacerle una tomografía para checar la inflamación del cerebro, la trajeron tiempo después, dijeron que le dejarían el oxígeno unos días más,  afortunadamente todo salió bien, la inflamación ha bajado satisfactoriamente dijeron que su reacción era normal por el trauma que se había llevado, que despertó en shock, pero simplemente no me gusta verla así, tan fuera de sí, sin toda esa vivacidad, ha dormido bien toda la noche debo añadir, salvó dos ocasiones que se despertó llorando, pesadillas seguramente, tomé su mano pero simplemente la quito de mi mano, no mentire, en verdad me dolió, mas la comprendo, sé que actúa así por todo el dolor que le ocasione, quizá hasta me culpa, antes de irse el médico me dijo que mañana vendría un psicólogo para ver hasta que grado estaba afectada, no he podido dormir, me la he pasado toda la noche sentado recargado en su cama por si llega a tener pesadillas, mirándole, aún tiene moretones en ese rostro de angel, la última pesadilla fue a las cuatro de la mañana, pero ya de esa hora para acá a dormido tranquila, a las siete quise cerrar un poco los ojos pero sentí su mirada, automáticamente los abrí

- Monique... ¿cómo te sientes?

me miraba solamente, no respondía a nada, yo seguí mirándola, pero ya no pregunte nada, y así paso el tiempo en un silencio tan doloroso que creí no pasaría, de pronto mi celular comenzó a vibrar era una llamada de la oficina me levanté y en cuanto iba saliendo de la habitación Monique  me miro, por un momento ví un atisbo de su dulzura, era ella.

- no tardó, solo voy a responder, ¿está bien?

ella asintió, y sentí algo de esperanza en mi interior ella iba a estar bien, lo sabía.
salí y cerré la puerta tras de mí.

- diga...

- sr Romero, le hablo de recepción, el sr Alexander ésta aquí, quiere pasar a su oficina ¿que hago?

- ¡¿que?! ¿está ahí justo ahora? llamé a seguridad, que no lo dejen ir por favor, retenganlo el más tiempo posible

- muy bien señor, en este momento hablaré a seguridad.

- voy para allá.

colgué, acto seguido marque a Leonora para que viniera lo más pronto posible, no queria dejar a Monique sola, y menos ahora que ya había despertado.
después de cuatro timbrazos Nora respondió.

- Nora, buenos días, necesito pedirle un favor.

- señor Eduardo, ¿está todo bien? apenas iba a preparar para llevarle de comer, son las 8:20.

- si Nora, Monique ya ha despertado, pero necesito que estés aquí lo más rápido posible,
Alexander ésta en la compañía, les dije que le retuvieran, pero no creo que puedan por mucho tiempo.

- muy bien, estaré ahí en unos 20 minutos.

- Gracias Leonora.

colgué y entre a la habitación, tendría que irme aunque no me gustaba la idea.

- Monique, preciosa, voy a tener que irme, ( de inmediato volteó a verme con la mirada llena de miedo, se me hizo el corazón añicos, fue ahí donde me di cuenta que ella aún sentía terror tenía miedo, probablemente creía que aquel tipo podría aparecer, no lo sé, camine hacia ella y tome su mano) no nena, tranquila, no va a sucederte nada, ¿está bien? aquí estás segura y yo no te voy a abandonar, ( una lágrima resbaló por su mejilla, con mi mano la limpie y bese donde antes había estado esa lágrima,) no llores por favor, te prometo que volveré, Leonora ya viene para acá, si, confía en mí por favor, no me iría pero necesito estar en la oficina lo más pronto posible nena.

no dijo nada solamente volvió a asentír, me levanté y bese su frente,
- no tardaré, lo prometo.

salí de la habitación cargando mi saco, ni siquiera podría ponerme ropa limpia, necesitaba estar en la oficina ahora. pase a la estación de enfermería y les dije que había surgido una emergencia, que tenia que irme, pero que vendría Nora a relevarme, baje hasta el estacionamiento y conduje lo más rápido posible,
no podía permitir que Alexander escapara...
llegue a la oficina casi corriendo, le pregunté a la recepciónista donde estaba y me señaló la cabina de seguridad, fui hasta ellos, y lo alcance a ver, estába discutiendo con unos guardias.

- ¡Alexander!
grité,
de inmediato se giró hacia mí.
¿Porque? ¿porque lo has hecho?

los guardias solo se alejaron al ver que ya había llegado. Alexander simplemente me miro estupefacto, seguramente no creyó que vendría, y obviamente también sabía porque.

- Hola amigo mío, que sorpresa el verte.
(respondió con una sonrisa sarcástica)

- ¿sorpresa? ¿porque lo sería? ésta es mi empresa Alexander, mejor porque no me dices que estás haciendo aquí, ya que después de lo que hiciste con el contrato de Mr Erik no deberías tener cara de pararte aquí.

-¿ eso crees Eduardo? creí que ya era tiempo de tener algo mío, pero obviamente el estúpido canadiense no pensó que yo podría hacer mejor el trabajo.
( mientras hablaba no podía creer que fuera el mismo Alexander, el mismo que yo conocía, en quien confiaba)

- ¡¿Algo tuyo?! estas de broma verdad, ¡¿como carajo algo tuyo robado de MÍ empresa?! yo te ayude cuando no tenías nada, yo te ayude cuando tú no eras nadie, y aún así me pagas de esta manera. debiste haberme dicho que querías Iniciar una empresa tú mismo yo te habría apoyado.
pero no simplemente lo hiciste de esta manera.

- ¿apoyarme? ¡apoyarme de qué manera! ¿cuándo lo hiciste realmente?

- que no te apoyaba? ganabas mejor que todos aquí en la empresa, te hice mi socio aunque tú no pusiste ni un solo peso, ¿qué más querías Alexander?, ¡dime!
vete, vete de aquí y no vuelvas, solamente porque te consideraba mi amigo no voy a actuar de manera legal, pero no quiero volver a verte aquí, ¿entiendes? ¡lárgate! (no podía creer su arrogancia y descaro, a éste Alexander lo desconocía por completo)

- Como gustes me voy, por cierto salúdame a Mónique, espero que se recupere pronto y que esta vez se cuide.

en ese momento lo agarre por el cuello de la camisa y porque a mí,
- escúchame muy bien bastardo, espero que por tu bien tú no hayas tenido nada que ver con el ataque de Mónique, porque te aseguro que en ese mismo momento te voy a desconocer y entonces sabrás de lo que soy capaz ahora lárgate de mi empresa.

-¿ porque tendría que ver algo en el ataque?, el mismo que la hizo trabajar hasta las 3 de la mañana enviándola sola casa fuiste tú, ¿no fuiste tú también el que siempre la estaba tratando mal? yo nunca le falte el respeto yo nunca la trate mal, el que tiene la culpa eres tú.

- ¡lárgate!  lárgate antes de que cambie de opinión y entonces llame los abogados para ver qué procedan con la demanda, vete antes de que llame la policía y te lleven a la cárcel por traidor.

él simplemente se dio la vuelta y comenzo a alejarse, sentí tanto coraje al final, pero siento que él tenía razón, quizá él solamente fue ambicioso y quería tener algo de él, pero nunca debió hacerlo así... yo esperaba no tener que volver a verle.
llamé a Nora para ver cómo está Monique,
parece ser que estaba dormida, subí a mi oficina y comencé a revisar papeles,  se me fue el tiempo hasta que comenzó a sonar mi celular, era Nora para preguntar si ya había comido algo, ella siempre se preocupaba por mí, le dije que no ya iba saliendo para el hospital y que comería allá, ella me dijo que estaba bien y que me esperaba, ¿le pregunté que cómo había estado Monique? dijo que la mayor parte del día se la había pasado dormida, pero que había estado tranquila, eso me causo alivio.

Llegando al hospital todo fue tranquilo, aún me sentía mal por lo de Alexander, pero ya no podía hacer nada, tantos años de confianza se habían ido a la basura, leonora me obligó a ir a comer algo en ese momento no me topé con la doctora, la verdad me sentí aliviado realmente no quería hablar con nadie.

En cuanto subí a la habitación despedí a Leonora que se fue después de un rato,  me senté con Mónique como siempre, le conté algunas cosas del trabajo ya se me había hecho costumbre hacerlo, y de la nada ella giro su rostro hacia mí y me dijo,

— ¿A estado todo este tiempo aquí?
gracias.

El corazón se me hinchó de emocion, ya había hablado y me había dicho 'gracias' yo sabía que ella iba a estar bien lo sentía en el alma.

La fuerza del destino (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora