Mi señora madre, Ciara O'Brien nunca se había caracterizado por ser la mujer más cariñosa y afable del mundo y quizá se mantenía ocupada comprando ropa o en chismes con sus amigas ricas. Mas nunca, se había atrevido a golpearnos, más bien dejaba que nuestra aya se hiciera cargo de cualquier cosa acerca de nosotros. Comida, ropa, escuela, enfermedades, para ella nosotros solo éramos como piezas de exhibición. El verle aquí me era sumamente extraño, muy en el fondo creí que se había olvidado que tenía una hija.
—¿Como se te ocurrió hacernos eso? —hablo mi madre con tono de reproche.
—Si, hola madre, ¿Qué tal el viaje? —solté sarcástica mientras me agarraba la mejilla. Sentía más coraje porque se haya atrevido a golpearme que el hecho de que mi amiga Samantha la trajera.
—Vamos, déjate de formalismos Monique O'Brien, sabes que los detesto y más en estas circunstancias. Deberías agradecer que soy yo quien está aquí y no tu padre. —Yo miré a mi mejor amiga sintiéndome traicionada. Ella solo agachó la mirada con culpabilidad.
—No la mires Monique, nosotros ya sabíamos donde estabas, no fue difícil averiguar en el aeropuerto de Dublín a donde había viajado la hija de Robert Gregory. Ni tampoco ver qué habían abierto una cuenta bajo un nombre falso, serás tonta, debiste saber que tu padre averiguaría todo sobre tu paradero. —estaba anonadada, ¿y si era así? ¿Por qué nunca vinieron por mí?
— ¿Por qué no me buscaron?
—Tu padre queria darte un escarmiento. El dinero no te iba a durar por siempre. Supusimos que volverías arrastrándote pidiendo te perdonaramos. —Arquee una ceja incredula.
—¿Que iba a volver a pedirles perdon? ¡Yo no fui la que hizo mal madre! —hable completamente dolida. Por qué pediría perdon cuando ellos habían sido quiénes me lastimaron.
—Serás estúpida... Perdiste una oportunidad única chiquilla imbécil. —mi madre jamás me había ofendido de esa manera. O era qué tal vez nunca la conocí realmente.
—Yo no soy como tú madre —solté con desprecio.
—Lamentablemente para tí... —Sam no había abierto la boca en todo éste tiempo. Y yo sentía que me ardían las mejillas por la vergüenza, el coraje, la decepción, todo... qué rápido se había esfumado mi felicidad.
—¿Nos vamos? —dije simplemente.
—Siii, ya quiero conocer a Eduardo y Leonora —dijo Sam emocionada.
—¿Leonora? ¿Eduardo? —hablo mi madre con desprecio. —¿Quienes son Monique?
—Mi familia madre. —Ella solo abrió los ojos sorprendida.
—Tu familia somos nosotros Monique Gregory O'Brien. —Llegamos hasta mí auto y quite la alarma para que subieran, Samantha dejo que mi madre subiera en la parte delantera, despues de poner todas las maletas en la cajuela la cerré, Sam vino hasta mí con esa misma mirada de disculpa que había tenido durante todo el rato.
—Lo siento Moon, —Siempre me decía asi de cariño —. Tú madre se enteró de que venía aquí, fue gracias a Loida.
—¿Loida? La hermana de...
—Ajá —me interrumpió—ella me acompaño a comprar el boleto de avión y fue corriendo a decirle a tu mamá. Creo que no te había dicho, pero Loida y tú hermano Neal están comprometidos.
—¡¿Que?!
—¿A qué horas nos iremos? ¡Necesito descansar! —Grito mi madre desde el auto. Yo voltee los ojos, nunca cambiaría.
—Vamos —hablo Samantha—en casa te contaré todo. —Estando en el auto todo fue peor... parecía que mi madre hablaría todo lo que no había hablado conmigo en toda su vida.
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La fuerza del destino (Sin editar)
RomanceElla, huyendo de un destino trágico llegó hasta él, llena de dolor y añorando amor. Él, con una promesa que cumplir, tiene relaciones sin ningún tipo de compromiso. Tratará de no fijarse en ella, pero como siempre, el destino es un maldito y le vale...