Capitulo X

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Desperté a las 8 de la mañana a toda prisa y con una terrible resaca. Me metí a bañar y me vestí en tiempo récord, eran las 8:30 y tenía el vuelo a Vancouver a las 9:00 am, —No llegaré, ¡demonios! —dije con desesperación. Tome los papeles de mi despacho y salí rápidamente hacia el aeropuerto, había llamado a mi chófer para que me llevará. Estando en el auto comencé a revisar los papeles para hacer una última revisión.

— ¿¡Pero que jodida mierda es esto!? —exclamé en voz alta — éste no es el contrato para Mr Erik — seguí revisando los papeles a toda velocidad. Nada, estos no eran, ¿Que carajo había pasado? ¿¡Monique, con un demonio, como no se percato que no eran estos los papeles!?

—¡ESPERA! — le grité al chófer —llévame a la publicidad, ¡rápido!

— ¿Está todo bien sr?

— No, no todo está bien, llévame a la oficina y no hagas mas preguntas —respondí de mala gana.

—Está bien sr, lo lamento.

llegamos a la oficina en tiempo récord,
al pasar todos me daban los buenos días como siempre, yo simplemente les ignore, no estaba en condiciones de socializar. subí a la oficina, y entrando llame a  Monique,

— ¡Señorita Gregory! — grite fuerte al entrar a mi oficina lanzando los papeles sobre mi escritorio.

—¿Sí sr Romero? — asomo su cabeza por la puerta, no había entrado por completo.

— Dígame algo, ¿Cuando me dió los papeles a firmar corroboró que fueran los del contrato para Mr Erik?

— ¿los, los papeles? — pregunto insegura —
usted me dijo que Alexander me los traería, y yo pensé que eran los correctos, es por eso que no los revise, se los entregué tal y como él me los dió.

— ¡¿Que usted pensó? ¿Me está diciendo que nunca los reviso? ¿Ese es su trabajo y no lo pudo hacer bien? No eran los papeles señorita Gregory, no los pude llevar a Vancouver, ¡¿Acaso sabe usted que puedo perder miles si este trato no se cierra mañana, y todo por su ineficiencia?! — ella no hablaba, estaba completamente pasmada, sus ojos estaban cristalizados.
Por un momento creí que lloraría, pero en ningún momento soltó lágrimas, y yo no estaba en condiciones de sentir lastima —. Busque a Alexander, que le entregué la carpeta. ¡Hágalo ahora! — ella salió de mi oficina rápidamente.

Mientras ella salió yo también comencé a buscar a Alexander, pero nunca respondió el celular. ¡Tania! —Grite a mi secretaria. Ella llegó a toda prisa.

—¿Si señor Romero?

—Necesito hablar con Alexander, ¿a llegado?

—Mmm señor... Él no vino ésta mañana. —hablo insegura.
 
—¿Como? —solté incrédulo. Él rara vez faltaba.

—¿Quiere que le marqué?

—No Tania, gracias. Ya lo haré yo. — Ella salió y acto seguido Monique toco la puerta.

— ¿puedo pasar? —

—Adelante — pronuncié sin emoción alguna.

— No pude localizar a Alexander, Sr Romero. — pase las manos por mi cara frustrado. ¿Que más me saldría mal?

— Necesito rehacer el contrato, llame a los patrocinadores y que le manden por fax las firmas nuevamente. Expliqueles que pasó, ¡Necesitamos ésto listo para mañana! No importa a la hora que nos vayamos, hoy terminaremos ésto, y espero que esta vez pueda hacer bien su trabajo señorita Gregory. —La ví salir de mi oficina realmente mal, pero yo estaba muy molestó, este contrato me podía costar mucho dinero si lo perdía.

Continúe marcandole a Alexander toda la mañana, nunca se presento a trabajar ni tampoco respondió mis llamadas, todas iban directamente a buzón. Sabía que Monique estaba trabajando arduamente, pero realmente no tenía la certeza si podríamos terminar esto para poder llevarlo por la mañana. Le marqué a Mr Erik para explicarle lo que había sucedido, él estaba demasiado molesto esperaba terminar con esto hoy, pero accedió a que fuera mañana.

Yo rogaba terminarámos hoy, después de marcarle a Alexander más veces de las que puedo contar me di por vencido, él nunca llego con ninguna explicación, eran pasadas las tres de la mañana cuando estaba redactando los términos. El tiempo se fue volando, estaba releyendo todo cuando escuché la puerta, alguien tocaba, me percaté que era Monique.

—Aquí están las firmas sr Romero, todo ésta en orden. —Revise y en efecto todo estaba correcto.

— Muy bien, puede irse a casa, yo terminaré los últimos detalles, mañana me iré directamente a Vancouver, quizá vuelva hasta el lunes.

— Si ésta bien... ¿Y..?  sr Romero, disculpe por favor, fue mi error, debí verificar que eran los papeles.

— No sé preocupe señorita Monique — el coraje que sentía ya se había esfumado por completo—. También fue mío el error al no revisar lo que estaba firmando señorita Monique, estaba distraído. Inmediatamente se me vino la imagen de Laura anoche, y mi culpabilidad volvió, éste no era momento para pensar en eso.

— Bueno al menos ya está arreglado — respondió con semblante serio —. Es tarde, me voy sr Romero

— Espere señorita Monique, le diré al guardia que la acompañe a su auto, es tarde.

— Si gracias — se quedó de pie en mi oficina, mirando hacia todos lados exepto a mí. La había herido nuevamente y me odiaba por eso, es por lo que nunca podría haber algo entre ella y yo, relaciones jefe empleada nunca salían bien. El guardia vino por ella y salieron

—Nos vemos sr Romero — se despidió — yo me quedé finalizando todo, y revisando nuevamente los documentos. El guardia volvió y supuse que Monique se había ido, me levanté a prepararme un café mientras terminaba de imprimir. Fue entonces que mi móvil comenzo a sonar, era el número de Monique y conteste al instante,

— Señorita Monique, ¿ésta bien, pasó algo?

— Sr Romero, disculpe es mi auto — su voz estaba llena de inseguridad— me dejó varada en plena carretera podría por favor...  —Y se corto

— ¡Bueno! ¿Señorita Gregory? — respondí, pero nada. Intenté marcarle nuevamente, de hecho lo hice en repetidas ocasiones, y en todas me mandaba al buzón, tenía un mal presentimiento de ésto, no pude esperar tome las llaves del auto y corrí, el guardia me preguntó que si algo ocurría, yo simplemente dije

— Espero que no... — subí al auto y pisé el acelerador, tome el camino a su apartamento, rogando que ella estuviera bien.

La fuerza del destino (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora