Pisé el acelerador a fondo. iba sobrepasando los 180 km por hora, todo se veía como si fuesen solo borrones, rápidamente llegue a la carretera que llevaba a la zona de apartamentos. A lo lejos alcance a ver el auto de Monique, mentiria si dijera que no me me sentí aliviado al verlo. Me estacioné trás de ella y baje de mi auto, camine hacia el, de inmediato me percaté que tenía el cofré levantado y echaba humo. Al llegar hasta el me asome por la ventanilla pero ella no estaba, ¿A dónde carajos pudo haber ido, y con ésta oscuridad?
Gire en círculos divisando la carretera y los alrededores, pero no la veía por ningún lado, por inercia ví hacía el suelo y estaba su móvil tirado, tenía la pantalla estrellada, de inmediato mi estómago dió un vuelco, sentí cómo el pánico crecía dentro mío.
Comencé a caminar sin rumbo gritando varias veces su nombre, nunca respondió.—¡Monique! ¡Señorita Gregory! ¡Soy Eduardo Romero! —Grite varias veces. Pero no había respuesta. De pronto me ví caminando más aprisa, era presa del pánico, mirabá hacia todos lados pero no había rastro de ella, a lo lejos ví algo en el suelo, ¡Sus zapatos! estaban tirados a cierta distancia uno del otro.
Comencé a correr y fue entonces que alcancé a ver una escena que me horrorizo, habia dos cuerpos uno tirado y otro encima de éste. Corri hacia ellos viendo la escena tan bizarra.
Rogaba que no fuese ella, aunque dentro mío sabía que si lo era. Inmediatamente sentí como la ira y el odio reemplazaban el pánico, apenas llegué donde estaban y tome al tipo por los hombros haciendo acopio de todas mis fuerzas lo lance lejos de ella.
Fue entonces que alcance a verle el rostro, lo tenía lleno de hematomas y ensangrentado, su ropa estaba rasgada por doquier y tenía la falda arriba, éste maldito la había lastimado demásiado, y encima había abusado de ella, la rabia hervía dentro mío, tome mi cabello y jale fuertemente se el, varios mechones se vinieron en mis manos.— ¡Maldita basura! — grite con furia —, te voy a enseñar a respetar a una mujer imbécil. ¡Te vas a arrepentir de haberle hecho ésto a ella hijo de puta!
Fuí hasta el que se estaba levantando y golpeé su rostro repetidas ocasiones. Metió la mano y tiró un golpe hacia mí mandíbula,
golpeó fuerte pues me descolocó por un instante, la basura estaba casi de mi estatura, Monique era pequeña si acaso un metro cincuenta y cinco, ¿como se había atrevido siquiera a pensar en lastimarla?
Le devolví el golpe, y cayó al suelo agarrándose el rostro, aún al verlo tirado seguí golpeándolo con todas mis fuerzas, sus huesos crujían bajo mis puños, de pronto los recuerdos inundaron mi mente.Flashback
Regrese 7 años atrás, mi prometida y yo salíamos de un restaurante al que habíamos ido a cenar, había estacionado el auto un poco lejos pues estaba lleno el aparcamiento.
Fuimos por el auto, ya era un poco tarde y la calle estaba vacía pero aún así caminábamos de manera despreocupada charlando, yo la llevaba abrazada por la cintura. De pronto alguien me golpeó la nuca y perdí estabilidad por unos momentos, cuando me recupere alguien me sujetaba por los brazos impidiéndome mover. Inmediatamente busqué a Elizabeth aterrado, cuando le ví le cubrían la boca y me miraba horrorizada. En un acto reflejo eché mi cabeza hacia atrás y le dí al tipo que me tenía agarrado logré que me soltará, acto seguido lo golpeé en el estómago con todas mis fuerzas y cayó al suelo.
Fui por el que tenía a Elizabeth, y comenzó a jalarla hacía un callejón, mi mirada fue hasta la pistola que tenía en la mano apuntando a la cabeza de Ella, yo me detuve en el acto levantando las manos en señal de paz.
— Llévate todo lo que traemos — trate de hablar calmado— el auto llévatelo, aquí están las llaves— comencé a sacar todo lo que llevaba en mis bolsillos y dejarlo en el suelo —, mi dinero los teléfonos, llévatelo todo. Solo, solo no le hagas daño por
favor — suplique.— No queremos tu dinero Eduardo,
solamente hemos venimos de parte de alguien —sonríe sarcásticamente —te manda saludos.El sujeto al que había enviado al suelo se levantó del y comenzó a golpearme fuertemente, incluso estando en el suelo el seguía pateandome. Me dejó realmente mal, gire mi rostro para ver a Elizabeth, quién estaba llorando sin parar, el hombre aún cubría su boca, su mirada me estaba matando. Acto seguido el que traía el arma me disparó y quedé inconsciente.
Cuando desperté lo único que ví fue a
Elizabeth tirada en el suelo, un charco de sangre debajo de ella, tenía varios balazos en su pecho y estómago. Grite de impotencia, ¡¿Por qué, por qué ella?! No hice todo por salvarla, me recrimine, se fueron dejándome tirado pensando que estaba muerto, pero se habían ensañado con ella, !Malditos!Me arrastre llegando hasta ella, estaba muerta, la mataron y ni siquiera nos quitaron nada, no había sido un robo, alguien que me odiaba los había enviado.
Grité de dolor, no por mis lesiones, si no el dolor desgarrador de perder a la única mujer que había amado en este mundo, la única mujer que valía la pena, la había perdido, me la habían arrebatado y yo no había podido evitarlo, no había podido hacer nada, habría preferido me matarán a mí, quedé inconciente justo a su lado.
Cuando desperté estaba en el hospital, pero hice que Leonora me sacara de ahí a la semana, a pesar de la negativa de los doctores. La bala solamente había pasado rozando un costado de mis costillas. Lo único que me había dejado realmente mal habían sido los golpes.
Cuando dieron los resultados de la autopsia supe que Elizabeth tenía 3 semanas de embarazo, eso me destruyó por completo.
Después del funeral fui directo a casa, durante semanas estuve encerrado en mi habitación, no comí, no dormí, no me bañé, solo la seguía viendo tirada en el suelo, mis brazos al rededor suyo gritándole que abriera sus ojos que despertara, pero ella jamás lo haría, nunca volvería, me seguía viendo cubierto de su sangre.
Tenia platos con comida por doquier, Leonora traía para mí a diario pero yo simplemente los dejaba allí, cuando ella quería entrar a limpiar yo simplemente lanzaba cosas y le gritaba que se fuera, que me dejara solo.
Llegó el momento en el cual ya no supe de mí, desperté en el hospital nuevamente con suero y oxígeno, deshidratado y con inanición, estuve un mes internado y con medicamentos para depresión y ansiedad.
A la semana me amarraron puesto que quería salir de ahí, me arranque las manguerillas del suero tantas veces que perdí la cuenta, me alimentaban por medio de una sonda.
Leonora nunca me dejó, recapacite una noche cuando ella pensaba que estaba dormido, la escuché llorando rezando volviera a ser el mismo, pidiéndole a Dios por mí, que me diera fuerzas para afrontar mi pérdida, poco a poco comencé a poner de mi parte, Elizabeth ya no estaba y nunca volvería, mi corazón había muerto con ella nunca la podría traer de vuelta, pero podía esforzarme por levantar lo que juntos habíamos construido, nuestro sueño, ahí prometí solo amarla a ella.
Actualmente
Ver a Monique en ese estado desencadenó sentimientos que creí muertos, ella no podía morir, no así, ella merecía algo mejor.
El hombre se levantó tambaleándose aproveché y asesté un golpe fuerte que lo hizo caer de bruces nuevamente al suelo, ya no lo deje levantarse, me gire para ver a Monique un momento y el tipo se levantó y comenzó a correr torpemente. Fui tras él y lo tome por la camisa cuando se giró hacía mí le tire un puñetazo y azotó en el suelo.
Fue entonces que escuché a Monique gemir lastimosamente, de inmediato mi interruptor de matar se apagó, ella me necesitaba.Corrí hasta donde estaba y me arrodille junto a ella, tomé una de sus manos entre las mías. Ella estaba... estaba realmente mal, golpeada por todas partes, rasguños en sus brazos, se me formó un nudo en la garganta, ésto era mi culpa, ella estaba así por mí. Si tan solo la hubiese dejado salir temprano, si me hubiera ofrecido a llevarla yo ella no estaría así.
Era todo mi culpa, si a ella le ocurría algo yo no lo podría soportar, no una vez mas.
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¡Bum! Pobre Monique, ¿creen que sobreviva?
No me odien por favor. 😀😁
Beshiiitoooos 😘
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La fuerza del destino (Sin editar)
RomanceElla, huyendo de un destino trágico llegó hasta él, llena de dolor y añorando amor. Él, con una promesa que cumplir, tiene relaciones sin ningún tipo de compromiso. Tratará de no fijarse en ella, pero como siempre, el destino es un maldito y le vale...