Cenizas

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Hay momentos en los que quisiera desaparecer,

ser cenizas y que me soplen y esfumarme de una vez.

Momentos en los que quiero darme por vencida,

y sólo quiero dejarme caer porque el peso me gana,

porque el fuego me quema,

porque la vida me pesa en la espalda.

Me dan ganas de salir corriendo y volar,

pero mis piernas no corren, no dan para más.

Me desespera la espera absoluta,

me siento más vulnerable que nunca

y yo sólo quiero gritar.

Hay momentos que la vida me convierte en cenizas,

me pone de rodillas y me hace suplicar,

y yo sin creer, quiero llorar.

Las cenizas me invaden, se vuelven mi piel,

se convierten en noche y no me dejan ver.

Pero de pronto una voz en mi interior me susurra con mucha calma:

deja que el sol queme tu alma para que renazcas de las cenizas,

deja que las cenizas incendien de nuevo tu alma y vuelve a creer.

Y entonces recuerdo;

tal vez a veces sólo soy cenizas, pero siempre puedo volverme a encender.

Cien maneras de romperse y volverse a armar. PoemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora