Después de romperte tienes que juntar los pedazos, ponerlos uno a uno en su lugar con cuidado, armarlos, pegarlos y dejarlos secar.
La vida parece diferente, más real e imponente, más grande e inmensa, después de romperte sabes que la vida en cualquier momento se va.
Hay más fuerza en ti, que sale en grandes chorros, te parece inagotable, como si esa fuerza nunca se acabara, como si fuera parte de ti.
Eres más valiente, más de lo que pensabas; te da menos miedo caer, ya no te asusta el dolor, el miedo te habla en susurros y te ayuda a entender.
Después de romperte ya nada es igual, el enojo se transforma en agallas, el llanto en alas, tu cuerpo arde en llamas y ahora el fuego es tu amigo, te arma.
Aprendes que todo se acaba, que hay principio y final, que unas personas se quedan y otras se van; y esto ya no te duele, esto te hace avanzar.
Recuerdas que viniste a la vida solo a vivir, no a competir, ni a ganar, ni a pelear. La vida te lo recuerda; después de romperte comprendes y la vida te hace reír.
Te tomas las cosas menos en serio, porque sabes que de todas maneras un día van acabar, pero a la vez las valoras, sabes que no hay nada como caminar, como bailar, incluso como llorar.
Después de romperte, ves la belleza de lo roto, de las cicatrices, de las llagas y las grietas, de lo frágil y lo imperfecto, te das cuenta que en eso está lo realmente bello, que eso, así roto, es más que perfecto.
Después de romperte en mil pedazos, descubres que en realidad, en el fondo de ti, a pesar de todo lo que has pasado;
a pesar de estar rota, ya eres irrompible.
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Cien maneras de romperse y volverse a armar. Poemario
PoetryLa vida nos rompe en más de cien maneras y cada uno tenemos que encontrar la forma de volvernos a armar, una y otra vez, todo el tiempo. Yo he encontrado la manera de hacerlo y es a través de las palabras. Porque escribir es la mejor manera de armar...