Hoy me duele todo;
me duelen las lágrimas que derramo llenas de recuerdos,
que son como precipios;
de cuando estás a punto de caer al vacío y sabes que tus alas no van a poder salvarte.Me duelen los ojos que están llenos de pasado,
que se parecen a dos tristes ciegos que no pueden ver el presente,
que permanecen obscuros aun con mil luces prendidas.Me duele la indiferencia de los otros,
que sean incapaces de tenderle una mano a quien está a su lado,
que prefieran pasarse de largo a preguntarle:
¿por qué estás ahí en la banqueta
anhelando que alguien pueda por un segundo,
dejar de verse a sí mismo y te vea a ti?Me duele la herida que tengo abierta desde que te fuiste
y que he tratado de cerrar pero se niega a taparse
y a veces me escuece y me arde y se ríe
y yo solo puedo callarla y pretender que ha cicatrizado.Me duele la maldad del mundo;
la mano que mata y la pierna que pega,
la boca que secuestra y el poder que se calla y condena,
los animales maltratados, los niños con hambre y las mujeres perdidas.Me duele el pecho atiborrado de suspiros,
suspiros que hablan,
suspiros que gritan,
que la vida a veces duele más que la muerte.Me duele la vida
porque hay caminos que no se escogen y aparecen
y son como laberintos sin salidas,
que te llenan el alma de confusiones.Me duele la muerte,
de quien se fue sin siquiera poder despedirle,
de quién llevo en la sangre y todos los días veo en mis ojos,
de quién un día su lugar en la mecedora lo ocupó el vacío.Me duele lo que no pudo suceder,
lo que perdí y lo que arruiné,
y eso no sólo duele; eso me quema y ahoga mi ser.Me duele el daño que me deje hacer,
el daño que hice también,
lo que no valoré y cuando no me supe valorar,
me duelen las mentiras y me duele mucho creer.Me duele la risa y la nostalgia,
amar y no ser amada,
me duele que me amen y no querer,
me duele el amor,
cuando amé y el tiempo no nos ayudó.Me duele el ruido de los pasos de quién se fue,
y el silencio de quién se quedó,
me duelen los días y las noches también.Me duele romperme y las piernas,
estar rota y tener que armarme,
el maldito miedo, la cabeza y el cuerpo,
la melancolía y de nuevo repitiéndose como un eco;
me duelen los malditos recuerdos.Me duele el dolor,
porque dejo que duela
y porque, aunque no quiera,
a veces tiene que doler.Y hoy sobre todo;
me duele la madrugada que parece recuerdo,
que solo sabe cantar canciones tristes
y que me recuerda cantando,
que mientras esté viva;
muchas cosas me van a doler.
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Cien maneras de romperse y volverse a armar. Poemario
PoetryLa vida nos rompe en más de cien maneras y cada uno tenemos que encontrar la forma de volvernos a armar, una y otra vez, todo el tiempo. Yo he encontrado la manera de hacerlo y es a través de las palabras. Porque escribir es la mejor manera de armar...