Mis excusas poéticas

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Hoy quiero hablarte de mí,

contarte que me estremecen muchas cosas,

que el corazón se me estruja en muchos momentos,

algo así supongo debe pasarle a quienes usamos las letras como pañuelo,

a quienes el arte se les desborda por los dedos.

Lloro escuchando Canon de Pachelbel y en las madrugadas recordando la voz de quién se fue,

lloro contemplando un amanecer y lloro también pensando en lo que no pudo ser;

he aprendido a llevarme bien con mis lágrimas,

ellas me hacen ver más claro cuando creo que todo se apaga.

No me dan miedo muchas cosas,

disfruto la oscuridad y la soledad,

porque ahí en la madrugada me puedo encontrar.

Pero hay algo que si me aterra y eso lo guardo

y lo escribo para intentar superarlo.

Y así escribo y escribo porque no soporto no hacerlo,

porque si no lo hago me quemo por dentro.

Te confieso que hace algún tiempo el alcohol era un amigo,

y cada viernes y cada fin de semana estaba a mi lado,

pero un día lo dejé porque así soy yo,

no dependo mucho de nada, no me gusta hacerlo

y a veces a las personas esto les da miedo,

porque dicen que soy como un pájaro y solo vuelo.

Pero hoy te confieso que mis alas a veces también se cansan

y en momentos dependo hasta del suelo.

Algo más que debes saber es que no sé mentir,

pero tampoco sé cuando digo la verdad,

porque cada uno tiene la suya y nunca es igual.

He pasado mucho tiempo escuchando a los demás,

porque ese es mi trabajo -que no parece trabajo-

pero requiere lo suyo sentarse una hora con cada persona y ayudarlos a entender,

que entiendan que la vida no es fácil, pero que eso te ayuda a saber.

Y hago que entiendan, pero a veces me olvido de entenderlo yo

y los escucho, pero a veces me olvido de escucharme a mí.

He amado solo una vez

me enamorado muchas veces más,

porque bien lo dice aquella canción: querer y amar no es igual.

Pero cuando amé fue realmente abarcador,

tanto que creo que sin querer en cada poema aún hay algo de ella,

porque ahí en ese momento descubrí que solo la poesía podía describirla,

Cien maneras de romperse y volverse a armar. PoemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora