Las chicas fuertes también se caen y se rompen, pero se levantan y se arman

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Ella está cansada de ser siempre la fuerte, como si sus piernas fueran de roca, cuando son más débiles que el aire,

ella está cansada de no llorar porque tiene que ver llorar a los demás, porque su hombro es el préstamo a tristezas ajenas, aunque la suya la esté devorando,

ella está cansada de reír cuando tiene un huracán inmenso de lágrimas en el fondo,

ella está cansada de decir que todo está bien, que todo mejorará, que esto ya pasará, del optimismo que en momentos de verdad parece más un engaño,

ella está cansada de guardarse el dolor para que otros no sufran, porque parece que los otros no entienden el suyo, porque la ironía no es una buena amiga,

ella está cansada de esconder su corazón roto en mil pedazos, de barrerlos debajo de su cama para que no molesten en el día,

ella está cansada de perdonar y pedir perdón, como si acaso fuera necesario cuando el perdón debe dárselo a sí misma,

ella está cansada de las pruebas de la vida, de tener que superarlas y seguir, porque no sabe lo que es rendirse, porque el cansancio hace que su cuerpo esté temblando,

ella está cansada de caminar y no poder correr, de que sus piernas duelan y tener que parar por primera vez,

ella está cansada de pensar, de tener telarañas en la cabeza, de ponerse de rodillas y suplicar,

ella está cansada de ser la que no da problemas, la que puede con todo, la hija perfecta, el ejemplo a seguir, ella quiere quitarse la etiqueta, ella quiere ser libre por fin,

ella está cansada de la soledad, de las personas y su superficialidad, ella está cansada de la contradicción,

ella está cansada de no amar, también de amar, solo está cansada de llorar, ella no quiere necesitar y se encierra en cuatro paredes que le aplastan el cuerpo,

ella está cansada de esperar, de tener paciencia y continuar, se pregunta cómo hacerlo si sus piernas no dan para más,

ella está cansada de ocultarse, de no decir lo que es por miedo a decepcionar, de que sus pies duelan por creer,

ella está cansada de la falsedad, de que no haya nadie al rededor, de ser un pájaro atrapado en una jaula,

ella está cansada de tener miedo, de tener las alas rotas, de tener sucias las botas,

ella está cansada de la vida y su injusticia, de agradecer cuando las maldiciones le traspasan el alma,

ella está cansada de la muerte y lo que deja a su paso, del vacío y el silencio,

ella está cansada de sentirse atrapada, ella se siente desesperada, ella es un huracán, ella es llovizna y tempestad,

ella está cansada de que su teléfono no suene, está cansada de que suene sin parar, está cansada de ellos y está cansada de ellas, está cansada de la vanidad,

ella está cansada de tener que aguantar, del peso en sus hombros, de los recuerdos y el pasado que tiene un sabor amargo,

ella está cansada del presente, de no saber qué futuro hay, está cansada del destino y de las horas que parecen espinas clavándose en su espalda,

ella está cansada de lo que no pudo ser, de lo que ha sido también, de los accidentes y el temor,

ella está cansada de estar rota, de las cicatrices y del frío que le carcome los huesos; que parece que rompe todo a su paso, que la rompe a ella y la deshace.

Ella, al menos por hoy, sólo está cansada de vivir...

Cien maneras de romperse y volverse a armar. PoemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora