Podría hablar de ti a todas horas, incluso cuando duermo y hablo dormida, no sé qué digo, pero estoy segura que hablo de ti y que digo tu nombre.
Podría mirarte toda mi vida, perder mi alma en tus ojos, vagar por tu boca y quedarme atrapada en su curva sin pretender salir,
correr por tu cuerpo, como quién corre buscando llegar a la luna,
y darte mis ojos para que te veas en ellos y puedas ver cómo se ve el amor.
Podría besarte sin parar,
hasta que nuestras bocas se vuelvan una y no sepamos diferenciar si estamos riendo o nos estamos besando,
hasta que mi boca aprenda que besarte es como sentir el universo en la lengua.
Podría tocarte una y otra vez, extinguiendo mis manos en ti, extinguiéndote a ti y convirtiéndote en el fuego que sale en las noches,
aprenderme tu cuerpo de memoria y saber con mis manos cuánto mide tu risa.
Podría amarte con las partículas que me conforman, estarías ahí en cada rincón infinito, en mis venas y en mi sangre, en mi piel y en mis huesos,
estarías tan dentro que ya no sabría que tanto de mí me pertenece,
estarías tan dentro que el amor se llamaría así como tú.
Podría hacer tantas cosas;
pero hoy prefiero hacerte poema.
ESTÁS LEYENDO
Cien maneras de romperse y volverse a armar. Poemario
PoesiaLa vida nos rompe en más de cien maneras y cada uno tenemos que encontrar la forma de volvernos a armar, una y otra vez, todo el tiempo. Yo he encontrado la manera de hacerlo y es a través de las palabras. Porque escribir es la mejor manera de armar...