07.

446 34 3
                                    

- Lo lamento, enserio. - fue lo primero que escuché del otro lado de la línea. - No quise comportarme de esa forma. Supongo que me dio un poco de miedo.

- ¿El que? - pregunté al cerrar la puerta del baño detrás de mi.

- La posibilidad de perderte. - mi respiración se cortó al instante.

- ¿Por qué me perderías? - intenté sonar tranquila, aunque sabía que con Mark era inútil. Me conocía bien, me conocía desde hace nueve años. - No podrías alejarme aunque quisieras, Mark.

- Es que eres una de las personas más importantes en mi vida, Em, y la única que puede traerme de vuelta a la realidad cuando las cosas se salen de control. - continuó y por la forma en la que hablaba, supe que no había duda en lo que decía.

- Tu eres importante en mi vida, también.

- Pero Jin y tu han tenido una historia, algo que los conecta aunque hayan pasado los años. - tragué saliva. En esa hora que había pasado con Jin, también había notado lo mismo que Mark. - Y algo que creo que no podré superar.

- Mark, son dos cosas completamente diferentes. - le aseguré y a los segundos, una joven entró a los baños. - Te prometo que nada va a cambiar entre nosotros, ¿bueno? - Mark emitió un sonido parecido a una afirmación. - Hablamos de esto luego, ¿te parece?

- ¿Vienes a casa de Youngjae esta noche?

- No estoy segura a que hora terminará todo con los actores y los del staff. - respondí, pero dentro de mi sabía que era porque me mantenía abierta a la posibilidad de que Jin me recogiese de la reunión. - Y mañana en la mañana tendré la lectura del guión.

- Esta bien, entiendo, tienes trabajo. - dijo con una voz afligida que me hizo sentir mal al instante.

- Te llamaré cuando termine todo, Mark, lo prometo.

- Bien. - se limitó a responder y yo comencé a mordisquear mi labio inferior. - Nos vemos, Em. - y luego, colgó.


Salí del baño con el estómago hecho un nudo y apretando el celular con una de mis manos. Tomé una bocanada de aire antes de comenzar a caminar por la cafetería, intentando alejar los pensamientos de mi conversación con Mark de mi cabeza. Fue entonces cuando vi a Jin, concentrado en su teléfono, y se me ocurrió qué tal vez estaba jugando un juego de Mario Bros, su favorito. Sonreí con el recuerdo.

Continué mi camino hacia él, sin poder despegar mi mirada de su rostro sereno, y cuando estuve a unos pasos, Jin pareció sentir mi presencia porque sus ojos buscaron los míos. Me transmitió calma al instante y me produjo esa sensación cálida y agradable que me había acompañado desde que nos habíamos vuelto a encontrar.


- ¿Papá Mark te gritó? - bromeó y me permití reír con él.

- Se disculpó. - expliqué. - Solo está preocupado.

- Lo imagino. Encontrar a una persona luego de tanto tiempo, aunque haya sido alguien cercano a ti, no te asegura nada. - dijo al colocar su mano sobre la mesa y mostrarme su palma. Quería que se la tomase nuevamente y aunque una parte de mi estaba reacia a hacerlo, terminé colocando mi mano sobre la suya. - Pero quiero saber qué piensas tú. ¿También tienes miedo? ¿También estás preocupada? - parpadeé un par de veces y me quedé en silencio, solo viendo su rostro.

Intenté buscar algo en él que me diese una señal de alerta, algo que gritase peligro. Pero al ver su mirada tranquila, su sonrisa agradable y sus dedos recorriendo la piel al dorso de mi mano, solo pude sentirme segura. Ese era el Jin que había conocido cuando tenía 10 años, el Jin que iba conmigo a la escuela, que almorzaba conmigo, era mi Jin.


- Confió en ti Jin. - respondí, al fin. - Por favor, no vayas a traicionar esa confianza.

- Nunca. - dijo seguro y se levantó de su asiento para besar mi frente.


Salimos de la cafetería riendo por los recuerdos de nuestra infancia juntos y antes de empezar a caminar, él me tendió su brazo para que lo tomase. Estábamos en la calle, frente a mucha gente, y aunque me daba miedo que alguien nos fotografiara y nos hiciera noticia, terminé envolviendo nuestros brazos para aminorar un poco el frío de Seúl. Aunque admito que, en parte, lo hice solo porque quería sentirlo cerca nuevamente.

Estaba yendo rápido, demasiado rápido, lo sabía. Pero no podía evitar pensar en esa adolescente que se sentía en las nubes cuando Jin le dedicaba una sonrisa o limpiaba el contorno de su boca mientras almorzaban.


- ¿Te llevo a tu reunión? - ofreció cuando llegamos a su auto. - O ¿necesitas recoger algo antes? - negué con la cabeza.

- Eso me agradaría. Gracias. - respondí y al instante, él quito la alarma del auto y abrió la puerta del copiloto para mi.

- Bien, el lugar no está muy lejos. - dijo cuando se subió al auto y lo encendió. - Llegaremos en unos 20 minutos si no hay mucho tráfico.

- Esto es extraño. - admití mientras avanzábamos por las calles de Seúl y yo veía por la ventana. - No hay ni un solo fotógrafo.

- Eso es porque saben esconderse muy bien los desgraciados. - bromeó cuando llegamos a una luz roja. - ¿Te molestaría que nos fotografiaran juntos?

- No, creo que no. - respondí con mis ojos fijos a los suyos. - ¿A ti no te traerá problemas?

- No tengo contrato de novias. Ya no más.


Una peculiaridad de las estrellas coreanas era que les hacían firmar un contrato de duración mínima de tres años, en el que les prohibían tener novia. Supuestamente era para mantener su imagen, pero a mi me parecía la cosa más absurda del mundo. Lo había vivido con Mark y no había sido agradable tener que cortar todo entre nosotros, pero era su carrera y no hubiese sido capaz de destruir su sueño solo por un amor adolescente.


- Entonces, sobre tu reunión. - habló Jin cuando estacionamos frente al edificio de mi compañía. - ¿Crees poder regresar a casa sola? - reí.

- Olvidas que también he vivido en Seúl, Jin.

- Olvidas que es peligroso andar sola a altas horas de la noche. - argumentó, encogiéndose de hombros. - Puedo pasar por ti, luego de cenar con Jimin. ¿Te gustaría?

- ¿Seguro? - Jin me dirigió una mirada de "no puedo creer que preguntes eso" y luego rio.

- Más que seguro.

- ¿No le molestará a Jimin? - Jin tomó mi mano al instante y con su mano libre, presionó mis labios.

- Deja de poner excusas. - pidió, inclinándose ligeramente hacia mi. - Perdí nueve años, quiero recuperar ese tiempo.

Take Me To Busan | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora