S2. 01.

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1 mes después.

- Sesión de fotos a las 8 AM, grabaciones a las 2 PM y ensayo con Dae Hyun-ssi a las 8 PM. - enumeró Hye Moon mi agenda para aquel día mientras yo bebía café en el asiento del copiloto de su auto.

- Y muchos se preguntan por qué elegí esta carrera. - bromeé y ambas reímos.

- Olvidé mencionar el almuerzo a la 1PM. - dijo mi amiga con una sonrisa cómplice. - ¿Cuál es su plan?

- Ya sabes como es. - le recordé. - Hoy pasara por mi antes de ir a ensayar, comeremos algo y me llevará al estudio.

- Sabes que es la única forma. - me recordó. - Luego de la entrevista con Kyung Mi, las compañías les dieron dos opciones: se hacían públicos o mantenían todo en secreto. - asentí, eso ya lo sabía.


La maldita entrevista. Kyung Mi había intentado sacarme una confesión en vivo, frente a miles de personas, pero no lo había logrado. No había sido sencillo, esa chica era persistente. Pero en un corte comercial, luego de que Hye Moon y la asistente de Dae Hyun hiciesen un escándalo porque los acuerdos que ya habían hecho con la producción antes de la entrevista no se cumplían, le habían exigido a Kyung Mi que se mantuviera al margen y no volviese a preguntarme del tema.

Desde entonces, Jimin y yo tuvimos que ser el triple de cuidadosos. Algo nos decía que Kyung Mi no se quedaría tranquila, así que debíamos tener un plan para cuidarnos. No podíamos comentar a dónde iríamos, no podíamos publicar fotos de ambos juntos, no podíamos salir en público solos. Habíamos logrado mantener todo en secreto, pero el temor y la incomodidad aún me acompañaban a diario.



- No podíamos ser públicos en ese momento. - dije. - Ni siquiera llevábamos un mes juntos, unnie, y aunque Jimin oppa no se oponía a soltarlo a la prensa, la presión mediática nos hubiera hecho polvo.

- Bueno, ahora llevan siendo pareja por 50 días. ¿Crees que ya es momento? - me encogí de hombros, incapaz de responderle. - Bueno, entonces, fuera esos pensamientos negativos porque van a tener que seguir con su plan de citas en autos o en interiores. Piensa en por qué haces esto cuando te sientas mal.


Continué con mi agenda durante el día, intentando no pensar en lo negativo y centrarme en lo positivo de todo, y a la hora del almuerzo, me puse gafas de sol y una mascarilla negra, y salí fuera del edificio, donde una camioneta negra me esperaba.

Subí en el asiento del copiloto rápidamente, me coloqué el cinturón de seguridad y entonces, me volteé hacia la persona conduciendo el auto. Él me miró con su bonita sonrisa, me saludó y se inclinó ligeramente para acariciar mi mejilla y besarme suavemente.

No era la primera vez que nos besábamos, pero se sentía como tal.


- ¿Lista? - preguntó y asentí a modo de respuesta. - ¡Hoy vamos por comida mexicana!


Jimin condujo por la ciudad hasta el restaurante elegido, estacionó y bajo del auto para recoger nuestra orden. Yo lo observaba desde dentro del auto y no pude evitar sentir una sensación cálida en el pecho al verlo caminando de regreso hacia mi.

Todo estaba bien, demasiado bien, tanto que comenzaba a preocuparme en el fondo.

Nuestra relación había comenzado pasando por muchos problemas, así que cuando no había uno nuevo, comenzaba a temer que algo grande se aproximara. No era que deseara que sucedieran cosas malas, solo tenía miedo de que todo se complicara una vez más y si podríamos salir airosos, nuevamente.

Jimin abrió la puerta trasera del auto para dejar nuestra orden allí y luego, se subió a mi costado. Encendió el auto y salimos rumbo al edificio de Big Hit que, como no quedaba muy lejos de mi compañía, era un buen lugar para tener muchas de nuestras "citas".

Tenía una sensación extraña, como cuando en las películas de suspenso ponente esa música escalofriante antes de que algo terrible ocurra. Pero preferí no contárselo a Jimin, él tenía sus propias cosas de que preocuparse.


- ¿Como están las cosas por aquí? - le pregunté mientras almorzábamos. No era una pregunta que hiciera muy seguido porque sabía que Jimin la estaba teniendo difícil para limar asperezas con Jin. Ellos no se odiaban, pero la distancia que mantenían entre ambos, afectaba al grupo y les habían pedido que intentaran dejar todo de lado.

- Bueno, creo que hay un poco de avance. - comentó, manteniendo la mirada en su plato. - Vamos a lanzar un nuevo álbum y para el primer single, la coreografía ha sido hecha de tal forma que Jin y yo interactuaremos bastante. - asentí, tomando mi tiempo para analizar la expresión de mi novio. No se veía muy convencido, aunque intentaba sonreír.

- Oppa, sabíamos que iba a ser complicado. - le recordé. - Jin y yo no hemos vuelto a hablar, no hay mensajes, no hay nada, solo saludos cordiales cuando nos cruzamos en persona. Se que no tiene comparación porque ustedes son miembros de una agrupación, pero lo digo para que no te sientas solo en esto. - Jimin levantó la mirada al instante y extendió su mano para poder tomar la mía. Me vio directo a los ojos y casi no tuvo que hablar para que yo entendiese lo que quería transmitirme.

- Nunca voy a arrepentirme de nosotros. - dijo seguro, antes de atraer mi mano a sus labios y besarla repetidas veces, provocando descargas de electricidad por todo mi brazo. - Lo sabes, ¿verdad? - asentí sin esperar un segundo y cuando intente decir algo más, alguien entro intempestivamente.


Jimin y yo volteamos asustados hacia el recién llegado y vimos el rostro de un Taehyung jadeante. Ambos nos levantamos de nuestras sillas y nos acercamos a nuestro amigo con premura, temiendo que algo malo le hubiese pasado.


- ¿TaeTae? - le llamé al colocar una mano en su espalda y hacer círculos para intentar calmarlo.

- ¿Qué sucede? - añadió mi novio y solo entonces, Taehyung levantó la mirada, se incorporó y nos extendió lo que traía entre sus manos: su teléfono.

- Deben... Deben ver... Eso. - dijo mientras todavía respiraba agitadamente. Jimin recibió el teléfono, mientras yo continuaba intentando que Taehyung se tranquilizara, lo desbloqueó y noté sus ojos abrirse de par en par.

- ¿Qué pasa? - pregunté, sintiendo mi corazón latir violentamente y mis manos comenzar a sudar. Pero Jimin no contestó, se había quedado inmóvil, con la mirada clavada en el teléfono. - ¿Tae? - insisti y mi amigo intentó incorporarse para explicarme.

- Dispatch. - replicó y comprendí el por qué de su desesperación. - Tienen fotos de ustedes.



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Y así comenzamos la segunda parte de esta historia. Gracias por leer, creo que nunca me cansaré de decírselos. <3

Take Me To Busan | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora