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- Si no tienes interés en Jin hyung, por favor, ya no vuelvas a responderle y mantente alejada. - añadió Jimin con una expresión seria y voz firme. Yo bajé la mirada hacia el suelo, avergonzada completamente. Sabía que lo que había hecho no fue bueno, pero no creí tener que enfrentarme a Jimin y tener que defender mi posición. - No creo que él pueda resistir esto de nuevo.

- ¿A qué te refieres? - me apresuré a preguntar y él se aclaró la garganta antes de responder.

- Jin me contó de ustedes. - explicó justo cuando un grupo de chicas pasaba a nuestro costado y comenzaban a murmurar. Eso preocupó a Jimin, quien se cubrió con su mascarilla para que no lo reconociesen. - ¿Podemos subir al auto? - pidió, cambiando su tono de voz por uno de evidente incomodidad. - No quiero problemas y si vas a trabajar en Corea, no te convienen a ti tampoco. - asentí, no porque me emocionara subirme al auto de un idol, sino porque tenía razón. Los rumores eran lo que menos necesitaba.


Jimin abrió la puerta del auto para mí y dejó que yo subiera primero. Cuando lo hice, él miro a ambos lados para asegurarse de que nadie nos estuviese fotografiando, y luego, subió. Jimin se inclinó hacia el conductor para darle algunas instrucciones en coreano, pero habló tan rápido y con la voz temblando ligeramente, que se me hizo difícil comprender.

El auto comenzó a avanzar, lento al principio, pero aceleró en cuanto llegamos a la esquina. Me volví hacia Jimin, quien todavía seguía utilizando una mascarilla de color negro, buscando una explicación, que me dijera a dónde íbamos. Pero él mantenía la mirada fija en la calle, tal vez intentando ver que nadie nos siguiera.


- ¿Jimin-ssi? - le llamé y solo entonces, se volvió hacia mí. - ¿A dónde vamos? - él se quitó la mascarilla, mucho más calmado que cuando me había pedido subir al auto, e intentó sonreír.

- A ningún lado en específico. - respondió. - Te voy a contar una historia, ¿quieres? - asentí, aunque no estaba segura de ello. - Hace seis años, conocí a un joven callado y que siempre parecía estar sumido en sus pensamientos. No lo logré comprender hasta que nos hicimos amigos, fue entonces cuando me contó lo que había pasado, lo que le había hecho tanto daño como para que se volviese una persona introvertida. ¿Tienes idea de que pudo haber sido? - tragué saliva, sin poder reunir la valentía necesaria para responder. Jimin no despegó su mirada de mí y eso me ponía más nerviosa. Sabía de qué hablaba, pero no podía creer que fuese posible. - Fue la partida de una adolescente americana, una niña, como decía él, una niña que había marcado su vida de una forma indescriptible. - de solo imaginar el rostro de Jin mientras contaba eso, me hizo sonreír, porque aunque mi partida le hubiese causado daño, ello me decía que yo significaba para él tanto como él para mí. - Nos costó mucho tiempo hacer que Jin volviese a ser la persona extrovertida y alegre que encontraste, nos costó mucho que volviese a sonreír. Sin embargo, en su mente siempre rondaba el nombre de aquella niña. - añadió. - ¿Sabes cómo se llama esa niña?

- Emma Beckett. - respondí y apreté los labios, cuando Jimin asintió. - Entiendo, Jimin, de verdad lo entiendo, pero yo...

- Espera, espera. - pidió él. - Dije que el joven volvió a sonreír, ¿verdad? - asentí. - Pero nunca de la misma forma que lo hizo cuando te vio en el backstage. - el recuerdo vino a mi mente tan nítido como si estuviese viendo una película. - Es extraño, nunca pensé que alguien pudiese amar tanto y por tanto tiempo.

- Lo sé. - dije y Jimin abrió los ojos de par en par, sorprendido. - Sé a lo que te refieres, Jimin-ssi. El hecho de que no haya aceptado que Jin me recoja, no no quiere decir que no me haya alegrado volver a verlo, fue por otra razón.

- ¿Cuál? - me quedé en silencio, debatiéndome entre decirle o guardármelo. - ¿Cuál fue la razón? - insistió.

- La misma por la cual me pediste que subiera al auto en cuanto el grupo de chicas apareció.


Jimin parpadeó un par de veces, sin saber qué decir. Y es que, a pesar de todo lo que me había contado, en el fondo, él sabía que yo tenía razón, que no podíamos arriesgar la carrera de ninguno.


- Esa niña de la que hablas, también se alegró de volver a ver al joven. - añadí ante la débil sonrisa de Jimin. - No tienes idea de cuántas noche ella se la pasó pensando en él y se preguntó qué estaría haciendo. Cuando se volvieron a encontrar, el mundo pareció detenerse para ella porque no podía creer que había encontrado a la única persona que había logrado marcar su vida por tantos años. Pero esa misma niña, tiene una carrera y es consciente de que el joven también la tiene. Esa niña tiene miedo de arriesgar todo eso y de arruinar las cosas para ambos. - Jimin se animó a tomar mi mano, a pesar de que en Corea no era costumbre hacer contacto físico con personas con las que no tenías tanta confianza, y apretó mis dedos con los suyos. Él lo entendía.

- Ya veo. - dijo él al cabo de unos segundos. - Ahora entiendo qué pasa.

- Ahora entiendes. - repetí, antes de apretar mis labios. - Jin y yo no podemos volver a vernos, no si queremos que nuestras carreras se mantengan intactas. - Jimin asintió.

- Lo entiendo, de verdad. - habló mientras el auto bajaba la velocidad al llegar a un control de seguridad. - Pero creo que tú deberías decírselo en persona.

- ¿En persona? - pregunté y de fondo se escuchó la voz del conductor hablando con uno de los guardias. - ¿Dónde estamos, Jimin-ssi? Tengo que ir a...

- Creo que eso puede esperar, ¿no?

- Es que no entiendes, yo iba a ver a Mark oppa y a... - Jimin negó con la cabeza varias veces e incluso se atrevió a reír. Yo miré por la ventana, un tanto desesperada al ver que el auto avanzaba. - Jimin-ssi, no me parece divertido. No tienes idea del genio que tiene Mark oppa.

- Bienvenida al apartamento de BTS.




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Perdonen por escribir recién :( 

Espero disfruten el capítulo, las amo! 


Take Me To Busan | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora