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La cena había sido un éxito. Los padres de Jimin eran las personas más dulces del planeta Tierra y su madre, la que no se había despegado de mi lado ni un segundo, me había acogido en su casa como si fuese su hija.

Esas pocas horas con la familia Park bastaron para que comenzara a sentir nostalgia y añorara mi casa en Estados Unidos. Pero también fueron suficientes para que, en el segundo que dejamos la casa, quisiera regresar.


- Vuelvan pronto a Busan. - pidió la madre de Jimin, una mujer que tenía la misma forma de sonreír que su hijo. - No dejen de alimentarse bien y de mantenerse saludables, ¿bien? - añadió y la vi salir de su casa hacia nosotros, para darnos un último abrazo. - Cuidala mucho, Jimin-ah, o te las verás conmigo. - el rubio rió nervioso a modo de respuesta, lo cual me pareció extremadamente tierno.

- Eomma, todavía nos quedan un par de días aquí. - le recordó, llevándose una mano a la nuca. - Volveremos mañana por la noche para poder salir. - su madre sonrió complacida.

- Vayamos a donde quiera ir Emma-ssi. - propuso la mujer y en cuanto volteó a verme con esa mirada brillante y tierna que las madres tienen, no pude negarme.


Jimin y yo comenzamos a caminar hacia su casa, luego de despedirnos de su madre. Metí las manos en los bolsillos de mi saco para combatir el frío, pero aún así, mi cuerpo temblaba. Lejos de arruinar la noche, aquello no me preocupaba en absoluto, y no podía dejar de sonreír al recordar los rostros de la familia de Jimin, las conversaciones durante la cena, las risas y la calidez que se sentía en aquel hogar.

Eran una familia adorable y estaba convencida de que esa era la razón para que Jimin resultará tan agradable. De hecho, no había hecho más que pensar en él durante la noche. Buscaba similitudes entre el y sus padres, y rasgos parecidos a los de su hermano. Pero sobretodo, no dejaba de ver los rostros de sus padres cuando sonreían, porque los encontraba idénticos a los de Jimin.


- ¿En qué piensas? - preguntó Jimin, haciendo que despertara de mis pensamientos. - No has dicho una sola palabra desde que comenzamos a caminar.

- Tu familia es muy linda, oppa. - repliqué y me volví hacia él. Jimin también tenía las manos en los bolsillos de su chaqueta y la había cerrado hasta arriba para cubrir un poco su boca. Al igual que yo, él temblaba ligeramente, pero aún así lograba verse tierno. - Me hicieron extrañar a la mía en Estados Unidos.

- Bueno, tú le agradaste bastante a mi madre. - comentó, encogiéndose de hombros. - Eso no suele pasar.

- ¿Ninguna de tus novias le ha agradado? - me animé a preguntar cuando estuvimos a una manzana de distancia de la casa. Jimin negó con la cabeza rápidamente.

- No he tenido una relación seria en toda mi vida. - parpadeé un par de veces, intentando no malinterpretar aquello, pero por la expresión de Jimin, supe que había fallado. - Me refiero a que nunca he tenido una novia y, evidentemente, nunca se las he presentado a mis padres.

- ¿Esperas que crea eso? - bromeé. Jimin me empujó ligeramente con el brazo a modo de respuesta, intentando lucir enojado, pero al ver que yo reía, terminó haciéndolo también. - Vamos, el Jimin de BTS, ¿nunca ha estado en una relación?

- Es la verdad, pequeña. - se limitó a responder antes de abrir la puerta de su casa y hacerse a un lado para que yo pasara.


Luego de cambiar mi ropa y quitarme lo poco de maquillaje que me había aplicado aquel día, salí de la habitación por un vaso de agua. La puerta de la habitación de Jimin permanecía cerrada, por lo que supuse que había ido a dormir temprano. Crucé el pasillo directo hacia la cocina, tomé una taza y me preparé un té, mientras esperaba que estuviese listo, me apoyé en la barra para poder revisar mi celular por primera vez en todo el día.

Fui directo hacia los mensajes de Hye Moon, la única persona que sabía donde estaba y por qué, para asegurarme que nada hubiese pasado en el set de grabaciones y hacerle saber que seguía viva. Cuando lo hice, quise ver el resto de mensajes, pero simplemente no pude. Jin había enviado algunos y la verdad era que no estaba preparada para verlos.

Anhelaba que Busan durara para siempre.


- ¿Tomando té sin mí? - preguntó la voz de Jimin tan repentinamente que me hizo dar un salto en mi lugar.

- ¡Yah! ¿Quieres morir? - repliqué, llevando una mano a mi pecho. Jimin solo rió.

- ¿Qué hacías?

- Revisaba mis mensajes. - expliqué al dejar el teléfono sobre la barra de la cocina. Mi mirada se quedó fija en la pantalla del aparato, aunque esta estaba apagada, y mi mente seguía en el nombre de Jin y la cantidad de mensajes que había enviado.

- Te ha escrito, ¿no es así? - Jimin llamó mi atención con esa pregunta. Sus ojos buscaron los míos y cuando nos encontramos, supe que no podía mentir. Asentí. - ¿Has...? - él se detuvo para aclarar su garganta y humedecer sus labios con la punta de su lengua. Se veía nervioso, ansioso. - ¿Has pensado en qué hacer cuando regresemos?

- Siendo sincera, no, no lo he pensado. - admití con la mirada fija en su rostro, en cada expresión que producían mis palabras y en la forma que tenía de verme. Entonces, Jimin comenzó a acercarse hacia mi y supe que debía desviar la mirada. - Una parte de mi quiere quedarse aquí, pero la otra parte es realista y sabe que voy a tener que volver a Seúl. - sentí el aliento caliente de Jimin chocar contra mi mejilla y una corriente recorrió mi cuerpo al instante. Cerré los ojos, intentando evitar que las cosas se complicaran más, pero Jimin colocó una mano debajo de mi mentón e hizo que mi cabeza girara para poder verlo frente a frente.

- Deberíamos quedarnos. - propuso y tuve que tomarme unos segundos para asegurarme que eso había sido real.

- Oppa, no, tú también tienes que regresar a Seúl, tienes que regresar a BTS. - le recordé, intentando que volviese a pisar la tierra, que dejara de soñar, pero por la forma en la que continuaba viéndome y su respiración aumentaba su velocidad, supe que no lo estaba logrando.

- Lo voy a decir una vez más, pequeña, una sola vez más, porque creo que en este momento, tú también te has dado cuenta de lo que yo veo. - susurró tan cerca cuando lo hizo, su aliento chocó contra mis labios. Estaba demasiado cerca. - Emma-ssi, me gustas... No, Emma-ssi, estoy enamorado de ti y creo que tú, en el fondo, sabes que también sientes algo por mi.

Take Me To Busan | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora