S2. 17.

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Un grupo grande de personas fuimos a despedir a Jimin, Jin y Hoseok, sin incluir al mar de fans que esperaban fuera del edificio. Cada quien se tomó un tiempo para hablar con cada uno de los chicos y cuando terminamos, los tres entraron a pasar por todas las revisiones necesarias antes de que partieran hacia el campo de entrenamiento.

Jimin había dicho que la cosa más difícil que haría en su vida, sería dejarme ir, pero para mi tampoco era sencillo. Verlo desaparecer detrás de una puerta me golpeó como un boxeador en plena pelea y aunque no quise, comencé a llorar como una niña chiquita en los brazos de la madre de Jimin.


- Vas a estar bien. - me susurró la mujer, mientras acariciaba mi cabeza una y otra vez. - Vas a estar muy bien, ¿me escuchas? Jimin-ah no querría que estuvieses triste.

- ¿Cómo voy a hacer esto sin él, si-eomoni? - le pregunté entre sollozos, sin poder despegar mi rostro de su pecho. - Nunca pensé llegar a amar a alguien de esta forma, pero a él lo amo tanto que siento que me falta una parte vital cuando no está conmigo. - la madre de Jimin me hizo callar y continuó arrullándome suavemente.


No tenía a mis padres allí, pero ella y su esposo eran lo más cercano. A mis padres jamás podría ocultarles mis sentimientos y, luego de haber pasado tiempo con los padres de Jimin, no podía hacerlo con ellos tampoco.


- Emma-ya, no quiero que llores más. - dijo la mujer y tomó mi rostro entre sus manos para que la viese a los ojos. Ella estaba siendo tan valiente, tan fuerte. - Jimin-ah solo está yendo a entrenar y volverá a su casa cuando acabe. Tendrá su primer permiso en 100 días y luego, se esforzará tanto que lo ascenderán y podrá salir del centro con mayor frecuencia. Conozco a mi hijo, sé que eso hará y quiero que tú también estés segura de eso. - sequé mis lágrimas con ambas manos y asentí, apretando los labios para no seguir llorando. - Vas a vivir un día a la vez, hasta que, cuando menos lo pienses, Jimin-ah vuelva a ti.

- Si-eomoni, gracias. - me apresuré a replicar. - Esperaré a Jimin oppa pacientemente, tenlo por seguro. - la madre de mi novio asintió con una sonrisa apenas perceptible y luego, se acercó a darme un beso en la frente.

- Visitanos pronto, ¿bueno? - pidió. - Te extrañamos en casa.

- Lo haré. - respondí con una pequeña reverencia y luego, la vi marcharse junto a su familia.


Me quedé viendo a la familia Park salir del edificio y me abracé fuertemente mientras lo hacía. Tomé una gran bocanada de aire para reponerme un poco y cuando estuve lista, me levanté de mi asiento, tomé mis cosas y salí también, lista para continuar viviendo un día a la vez.

Los primeros días fueron difíciles. Me costaba dormir sola en la enorme cama, me costaba despertar y no sentir los brazos de Jimin a mi alrededor, me costaba ver mi celular y no encontrar mensajes de mi novio, me costaba todo, cada pequeña cosa de mi día en la que Jimin había echado raíces y me había hecho acostumbrar a su presencia. Pero continué intentando, continué avanzando, tal y como si-eomoni me había dicho que hiciera.

JYP tenía cuidados especiales conmigo. Sabían por lo que estaba pasando y me habían puesto un nutricionista, para que no dejara de comer, y un psicólogo, para que no me deprimiese. Pero nada se comparó a la alegría inmensa que sentí cuando, un día, al llegar a mi compañía, me recibió un rostro familiar: Hye Moon.


- ¡Adivina quien es tu nueva asistente! - gritó con emoción en cuanto me vio y corrió a abrazarme. - Y tu nueva psicóloga, también. - añadió en mi oído.


Hye Moon comenzó su labor como asistente al instante y mientras coordinaba mis audiciones y encajaba, en mis tiempos libres, las grabaciones con Jackson y Yoongi, comencé a sentir que las cosas se ordenaban por sí solas.

El team Beckett había terminado un par de canciones, justo a tiempo para que Jimin las escuchara antes de partir. Pero mientras más avanzábamos, más nos gustaba lo que lográbamos juntos y pronto, ya no eran canciones mías como solista, sino con las voces de Jackson y Yoongi. Cuando menos lo pensamos, teníamos ya 5 canciones listas, un mini álbum, listo para salir al mundo.

Con permiso de Big Hit y de JYP, logramos que nuestro pequeño proyecto que comenzó como un juego, saliese al mercado. "Dream Big!" arrasó de una forma increíble y llegó a estar en las listas más importantes de Corea y del mundo. Ni Yoongi, ni Jackson, ni yo, podíamos creer el recibimiento de nuestro álbum, así como tampoco pudimos creer que nos enviaran invitaciones a los programas más populares de Corea para presentarnos con algunas de las canciones de "Dream Big!".


- ¿Estás lista? - preguntó Hye Moon, desde el pasillo. - Salen en 5 minutos.

- ¡Ya casi! - repliqué mientras caminaba de lado a lado en mi camerino.


Estaba nerviosa por hacer algo tan arriesgado como cantar frente a miles de personas, pero intentaba repetirme que estaría bien porque Yoongi y Jackson estarían conmigo.

Escuché la puerta abrirse, pero no le presté atención porque pensé que era Hye Moon. Grave error.


- ¿Cómo puedes estar tan bien? - su voz me congeló completamente y me obligué a girar para confirmar con mis ojos lo que ya temía: Kyung Mi había entrado a mi camerino.

- ¿Qué haces aquí? - pregunté y mis ojos volaron hacia lo que sea que ocultaba detrás de su espalda. - Vete, Kyung Mi, no eres bienvenida aquí.

- ¿Enserio? - preguntó y me enseñó lo que traía consigo: una navaja. Di algunos pasos hacia atrás, aterrada, y ella rió. - Jimin oppa está en el ejercito y quién sabe cómo la estará pasando, pero tú estás tranquila. - escupió con asco y aunque intentaba concentrarme en lo que decía, mis ojos no se despegaban de la navaja que paseaba de una mano a otra. Retrocedí hasta llegar al tocador, donde mi celular descansaba y sin que se diese cuenta, lo tomé y presioné repetidas veces el botón de encendido.


Jimin, antes de irse, había programado mi teléfono para que fuese una especie de botón de pánico. Si lo presionaba la cantidad de veces exactas, enviaba una alerta y mi ubicación a tres contactos determinados, a tres personas a las que Jimin les confiaba mi seguridad a ciegas: Mark, Yoongi y Hye Moon.


- Él tenía que irse, Kyung Mi. - hablé, intentando ganar tiempo, y solté el celular lentamente, para que no se diese cuenta de lo que acababa de hacer. - Su compañía quiso que...

- ¡Fue tu culpa! - vociferó. - Si tu nunca hubieses llegado, él no hubiese tenido que ir al ejército, al menos no ahora.

- Sabes que no solo fue por nuestra relación. - le recordé y aunque sabía que era arriesgado decírselo, mi boca hablaba lo que sea con tal de ganar más tiempo. - Su compañía no quería que le pasara algo, no quería que tú continuaras... - Kyung Mi dio dos grandes zancadas, se colocó muy cerca de mi rostro, lo suficiente para sentir su aliento contra mi mejilla, y presionó la fría navaja contra mi cuello. Mi respiración se aceleró al instante y tuve que presionar fuertemente los labios para que ella no se diese cuenta de cómo temblaban.

- Yo lo amaba, yo solo quería que fuese feliz.

- Pero él ya es feliz. - ahogué un grito al sentir el filo de la navaja presionarse con mayor fuerza contra mi cuello.

- Le hiciste algo. - me acusó. - Le hiciste algo para que pensara que es feliz contigo, pero no es así. - añadió con la mirada perdida. - Cuando desaparezcas, las cosas volverán a ser como antes. Cuando desaparezcas, Jimin oppa volverá a mi.

- Kyung Mi, piensa bien lo que estás haciendo. - le advertí, intentando sonar firme, pero fallando tremendamente cuando mi voz comenzó a quebrarse. - Vas a encontrar a alguien que te corresponda y...

- ¡Callate! - gritó mientras sentía un liquido caliente bajar por mi cuello. - Te di la oportunidad de desaparecer, Emma Beckett. Ahora lo haré yo misma.

Take Me To Busan | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora