S2. 12.

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Con una taza de café entre mis manos, me apoyé en el balcón para ver el atardecer de Busan. El cielo se veía precioso, de una tonalidad naranja que se iba apagando con el pasar del tiempo, y me trajo paz.

Sentí unas manos alrededor de mi cintura y a los pocos segundos, unos brazos rodeando fuertemente. Un pecho chocó contra mi espalda y sentí como caía en mi hombro el peso de una barbilla.


- Gracias. - susurró en mi oído la dulce voz de Jimin, provocando un cosquilleo en mi cuello. - Esto era justo lo que necesitaba, un tiempo a solas contigo, un tiempo en el que solo seamos nosotros.

- Yo también lo necesitaba. - repliqué y giré ligeramente mi cabeza para poder besar su mejilla.


Busan se había convertido en nuestro refugio. Ir a Busan significaba desconectarnos de todo, dejar atrás los problemas y fantasear que éramos dos personas normales, sin la carga de la fama encima, y que solo se preocupaban por ser felices.


- Busan sería un buen lugar para comenzar de nuevo. - comentó Jimin y aunque solo era eso, un comentario, yo sabía que en el fondo, él lo estaba considerando.


Los sucesos recientes habían cambiado a Jimin. Seguía queriendo a sus fans y le seguía gustando ser cantante, pero no le agradaba lo que ello conllevaba. Jimin deseaba poder tomar las riendas de su vida, poder hacer lo que se le diese la gana, aunque fuese solo por una vez, y dejar de preocuparse por lo que ello podría causar.

Eso me preocupaba. Me preocupaba enormemente que Jimin comenzase a sentirse infeliz, que comenzara a despertar cada mañana sintiéndose mal por tener que comenzar el día. Deseaba con todas mis fuerzas poder remediar todo, poder chasquear los dedos y hacerle feliz. Pero no era tan sencillo, yo también estaba involucrada en la misma industria, también tenía que hacer caso a lo que mis jefes decían y complacer a los demás. Tal vez para un actor la exigencia no era la misma que la de un idol, pero el sentimiento era muy parecido. Por ello lo entendía y anhelaba tanto cambiar las cosas.

Yo amaba a Jimin. La simple atracción que había sentido por él cuando nos habíamos conocido, se había transformado en algo tan fuerte que me hacía desear su felicidad, que me hacía despertar cada mañana pensando en él y que cuando peleábamos, me hacía arreglar todo pronto.


- ¿Jiminie? - pregunté, girando para verlo frente a frente. Él me mostró una sonrisa, una de esas que me traían una sensación cálida al corazón. - ¿Recuerdas lo que dijiste sobre mudarnos juntos? - Jimin asintió al instante con una chispa de esperanza en sus ojos. - ¿No te da miedo hacerlo cuando solo llevábamos juntos un poco más de dos meses?

- No. - replicó, cubriendo mis mejillas con sus manos. - Para mí, esta relación comenzó desde el día que te vi en aquel backstage, porque a partir de ese momento, la joven tan atractiva que había conocido, se ganó un espacio en mi corazón y sin hacer gran esfuerzo, logró que caiga completamente enamorado de ella. Tal vez no lo sabía con certeza entonces, pero te has convertido en una de las personas más importantes en mi vida y la única mujer en la que puedo pensar, con la que sueño cada noche, con la que anhelo estar en todas las formas posibles. Tal vez en ese momento no lo sabía, pero te he llegado a amar como nunca creí posible hacerlo.

- En cuanto regresemos, te seguiré a donde tú vayas.


Esa noche, me quedé en la habitación de Jimin. Él concilió el sueño pronto, mientras yo jugaba con su cabello, pero aunque la habitación estaba en calma, mi mente no.

Aún seguía buscando formas de arreglar las cosas para ambos y el tema de los contratos era lo que más me preocupaba. Sin un contrato, quedarme en Seúl sería complicado.

Habían dos empresas en juego, dos empresas que querían que trabajara con ellos. La primera era Big Hit, pero yo sabía que la única razón por la que querían mantenerme con ellos era para poder vigilar que no hiciese algo que afectara a Jimin. La segunda compañía era JYP, la misma en la que los chicos de GOT7 estaban. Era imposible pensar que JYP se interesaría en mi solo porque sí, algo había pasado o, mejor dicho, alguien había hecho algo.

Mark.

De los siete miembros de GOT7, solo le había contado de los recientes problemas a él. Así que había tenido que ser él.

Me levanté de la cama, intentando no hacer mucho ruido para no despertar a Jimin, y luego de tomar mi teléfono, bajé a la primera planta de la casa. Busqué el número de Mark entre mis favoritos y lo marqué para poder hablarle. Era de madrugada y probablemente él estaría durmiendo, pero necesitaba confirmar si había sido él quien me había tendido la mano y había persuadido a su compañía para contratarme.


- Fuiste tú, ¿no es así? - pregunté por el teléfono en cuanto contestó y escuché un suspiro del otro lado de la línea.

- No podía dejarte sola, no cuando sé que puedo hacer algo al respecto. - replicó él con un tono de voz soñoliento.

- Gracias. - murmuré. - Siempre estás intentando protegerme, sin importar la distancia.

- Y siempre lo haré, así tengas 60 años. - afirmó y casi pude imaginar su sonrisa, esa sonrisa casi imperceptible pero que era sincera. - ¿Te llegó el contrato?

- Sí, el presidente de Big Hit me lo entregó junto a la propuesta de su compañía. - Mark emitió un sonido de disconformidad y comencé a mordisquear mi mejilla. - ¿Sabes que fue él quien sugirió que mi compañía rompiera mi contrato?

- Puedo matarlo, si así lo quieres.

- ¡Oppa! - le llamé la atención entre risas. - Lo hizo porque quería que firme con su compañía.

- Eso es escalofriante. - comentó mi mejor amigo. - ¿Qué vas a hacer?

- No lo sé. - admití. - Big Hit es una buena compañía, han sabido sacar adelante a BTS y los ha llevado muy lejos. Pero siento que el presidente quiere que esté allí solo porque soy la novia de Jimin y porque quiere mantenerme controlada. - Mark volvió a emitir un sonido gutural.

- Supongo que está tratando de manejar tu relación de la mejor manera.

- Va a enviar a Jimin al servicio militar. - dije repentinamente y cuando lo hice, sentí una vez más el nudo en mi garganta. - Este es su último comeback.

- Te voy a decir lo que pienso de una vez, sin anestesia, ¿está bien?

- Eso es lo que necesito.

- Jimin va a tener que hacer lo que su compañía le diga, lo quiera o no, así que tú tienes que pensar por ti. - soltó sin anestesia, tal y como lo había anunciado. - Lo van a enviar al servicio militar por, mínimo, dos años y en ese tiempo tú no puedes quedarte estancada. No te voy a obligar a aceptar el contrato con JYP, pero sea cual sea tu decisión, debes buscar crecer más. En esos dos años, debes enfocarte en hacerte conocida aquí en Corea, porque eso es lo quieres, ¿no? Tú quieres quedarte aquí.

- Sí, es lo que quiero.

- Entonces, es momento de que enfrentes tus miedos y dejes de huir de la incertidumbre, porque allí es cuando mejor trabajarás tus habilidades y aprenderás más. - continuó. - Si yo no hubiese sentido miedo de venir solo a Corea, creo que no hubiese llegado a donde estoy. El miedo me mantuvo alerta, me enseñó a esforzarme, me enseñó a valorar lo que tenía. Es momento de que tú hagas lo mismo, Em, es momento de que firmes un contrato y continúes adelante.

- Gracias, Markie, creo ya sé lo que debo hacer.

Take Me To Busan | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora