29.

238 23 0
                                    

- No sabía que tenías una casa aquí. - comenté mientras me acomodaba mejor en el sofá. Jimin volteó a verme al instante con una expresión divertida y entonces, me di cuenta que no estaba usando honoríficos. - No pensé que te importara tanto un honorífico.

- O-ppa. - me corrigió, haciendo que ría. - Está muy cerca a la casa de mis padres, por lo que puedo ir a verlos las veces que quiera, pero, al mismo tiempo, tengo un poco de privacidad.

- ¿Por qué querría privacidad, oppa? - Jimin río y sus ojos tomaron una forma bonita, tan bonita que tuve que quitar la mirada de él.

- No es por lo que sea que esa cabecita tuya esté pensando. - me corrigió, dándole toquecitos a mi frente con un dedo. - Es que solo los veo algunas veces al año y se preocupan mucho por mí. Eso está bien, no digo que no sea normal que un padre se preocupe por su hijo, pero hay ciertas cosas que me abruman y prefiero tener mi espacio personal.

- Es por lo de las dietas, ¿no? - pregunté al recordar uno de los artículos que había leído cuando recién había conocido a BTS y quería saber más de ellos, y Jimin se tensó al instante. Ese era un tema delicado, muy delicado, porque, según lo que había leído, Jimin solía someterse a dietas extremas para bajar de peso y tener el cuerpo "perfecto" que todos querían que los Idols tuvieran. - Si te sirve de algo, yo creo que estás bien tal y como estás, oppa. - añadí en un tono bajo, con cierto temor de su posible reacción, pero él se apresuró a tomar mi mano y a dedicarme una sonrisa que, aunque era débil, lucía sincera.

- Me sirve mucho. - murmuró a modo de respuesta.


Jimin me llevo a su restaurante favorito en Busan, uno pequeño y no tan conocido, por lo que teníamos la privacidad que deseábamos ambos. Almorzamos mientras conversábamos de ambos, de nuestras vidas, de los planes que ambos teníamos y lo que queríamos alcanzar. Jimin era alguien que tenía muy claro su objetivo y aunque muchos podrían verlo y pensar que era un tanto inmaduro, descubrí que era una persona centrada.

Era un Jimin que no había logrado conocer mientras salía con Jin. El Jimin que yo había conocido era solo una pequeña parte, la parte risueña, juguetona y coqueta, pero el Jimin que estaba sentado conmigo en ese restaurante era sorprendente, soñador y cálido.

Aunque me negaba a admitirlo en voz alta, me agradaba Jimin. No solo la parte que ya había conocido, sino también lo que mantenía en secreto, lo que enterraba en lo más profundo de su ser y no decía en voz alta.


- ¿Que harás cuando este año acabe? - preguntó él, mientras caminábamos por la playa, con el atardecer a un costado. - ¿Volverás a Estados Unidos?

- Supongo que si. - repliqué, encogiéndome de hombros, aunque la verdad era que no tenía idea de que pasaría. - Una parte de mi quiere detener el tiempo y quedarse en Corea.

- ¿Pero? - insistió y cuando volteé a verlo, noté que mantenía la mirada en el horizonte, donde el sol comenzaba a ser engullido por el mar.

- ¿Que podría hacer yo aquí? - Jimin levantó la mirada con una chispa de esperanza destellando en sus ojos y se detuvo.

- Puedes hacer lo que quieras. - respondió. - Puedes continuar con la actuación o dejarla, puedes empezar algo nuevo o continuar con lo viejo, o puedes abrir esa cafetería de tus sueños, de la que me hablaste en el almuerzo.

- Tengo miedo. - admití. - Estar en Corea fue mi sueño por mucho tiempo y lo veía tan lejano que concentre la mayor parte de mis esfuerzos en que una oportunidad así surgiese. Pero ahora que estoy aquí, ahora que veo todo esto con mis propios ojos, no se bien qué meta perseguir. - Jimin dio unos pasos para acercarse a mi y extendió su mano para tomar la mía con suavidad. Sus dedos apresaron los míos y se entrelazaron, y los atrajo a sus labios para dejar un beso en el dorso de mi mano. Ese solo gesto hizo que sonriera, no solo porque sentía que el comprendía de lo que le hablaba, sino también porque era la primera vez que hablaba de ello, la primera vez que decía en voz alta mi miedo.

- Sigue la meta que te vaya a traer mayor felicidad. - aconsejó, todavía si soltar mi mano. Levanté la mirada hacia sus ojos y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. - A ti te encanta Corea, ¿por qué irse? Haz de este tu base de operaciones y solo vive. Pasaste muchos años trabajando por esto, intenta disfrutarlo un poco. - añadió con confianza. - No está mal detenerse por un tiempo, pequeña, de hecho, creo que es algo que yo también debería hacer.

- ¿A que te refieres?

- He pasado mucho tiempo anhelando crecer con BTS, he puesto todo mi esfuerzo en ser reconocido y perfecto, pero no me he permitido disfrutar de todo lo que la vida me ha dado hasta ahora. - explicó con cierta nostalgia y sentí la necesidad de apretar su mano. - Esta es la primera vez que hago algo como esto, es la primera vez que dejo todo y solo me voy. No se siente mal, se siente como un respiro, luego de haber estado sumergido en el agua por mucho tiempo.

- Eso es exactamente lo que sentí cuando llegué a Corea. - comenté con una sonrisa. - Y es justo lo que siento ahora que estamos en Busan.

- Aún tenemos varios días más aquí. - me recordó, luego de soltar un suspiro. -  Pero aun cuando regresemos, cuando tengamos que enfrentar el huracán de cosas que nos espera allá, siempre tendremos Busan.

- Siempre tendremos Busan. - repetí, sintiendo una sensación cálida recorrer mi estómago.

- ¿Quieres regresar a la casa? - ofreció y cuando sentí las yemas de sus dedos sobre mi palma, me di cuenta que no había soltado su mano. - Está haciendo un poco de frío. - asentí. Luego de esa conversación, Jimin podría pedir que me subiera a una montaña rusa de mil metros de alto y lo haría. - ¿Sabes que me gusta hacer aquí?

- ¿Que? - pregunté mientras caminábamos.

- Encender la chimenea, sentarme en el sofá, con una bebida caliente entre mis manos, y solo dejar que la noche avance.

- ¿Me dejarías hacer eso contigo, oppa? - Jimin volteó a verme de inmediato con su rostro iluminado por la alegría repentina que lo había embargado y sentí mis piernas fallar por un breve segundo.

- Será un placer.


Bebes, he cambiado el nombre de Love Smells Like Coffee a Take Me To Busan, y junto a ello, algunas cosas de la trama. No me maten.
<3

Take Me To Busan | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora