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- Vamos, Little Beckett, no tienes que hacerlo. - escuché a Dae Hyun en mi oido, pero, de nuevo, mis ojos no podían despegarse de la persona frente a mí.


Jimin había llegado corriendo a nosotros y aunque intentaba recuperar la respiración, pidió hablar conmigo. Sus ojos estaban rojos, pero ninguna lágrima rodaba por sus mejillas, mantenía sus labios apretados, aunque no veía indicios de que estuviesen temblando. Había tanto en él que me gritaba que estaba mal, pero yo estaba buscando cualquier pequeña cosa que me hiciera dejar de sentir lástima por él.

Dae Hyun tomó mi mano una vez más y escuché las puertas del ascensor abrirse detrás de nosotros. Era momento de tomar una decisión: escuchar a Jimin o irme.

Analicé cada decisión que podía tomar y sus posibles consecuencias, y cuando sentí aquella punzada en el pecho que me había acompañado por días, hice mi elección.


- Ya no hay nada de que hablar. - repliqué y me subí al ascensor, dejando a Jimin parado en el pasillo.

- Tomaste la decisión correcta. - me intentó animar Dae Hyun y fue entonces cuando comencé a llorar.

- Entonces, ¿por qué me siento tan mal? - cuestioné, pero él no supo responderme, solo se acercó para darme un abrazo.


Intenté recomponerme en el auto de Hye Moon y mis dos amigos ayudaban al repetirme que había hecho bien al negarme a escuchar a Jimin. Para cuando llegamos a JYP, si bien seguía sintiéndome mal, limpié mi rostro, retoqué mi maquillaje y en cuanto me despedí, bajé del auto.

Algunas fans se acercaron al reconocerme y me pidieron una foto. Acepté, intentando obligarme a mí misma a sonreír y convencerme de que la vida seguía. Pero aunque en el exterior lucía tranquila, por dentro seguía el luto.


- Unnie, espero que te vaya muy bien en el drama con Dae Hyun oppa. - me dijo una de las fans.

- Muchas gracias. - repliqué con una pequeña reverencia. - Sigan apoyando a mis amigos, ¿bueno?

- ¿También a los de BTS? - preguntó una de las jóvenes y aunque sabía que no era su intención, me hizo sentir peor. Pero, de nuevo, por fuera mantenía la tranquilidad y la sonrisa falsa.

- ¿Son fans de BTS, también? - quise saber y algunas de ellas respondieron afirmativamente. - Apoyen a sus oppas. - añadí, negándome a aparecer en algún artículo como la actriz extranjera que odia a BTS.


Me despedí de las chicas y entré casi corriendo a JYP. Me condujeron hasta la sala de ensayos de GOT7 y, felizmente, afuera me esperaba Mark y uno de sus abrazos fuertes.


- Dae Hyun me escribió para contarme lo que pasó. - me dijo al oído. - ¿Cómo te sientes?

- Hice lo correcto, ¿no? - repliqué, intentando mantener mi máscara de felicidad, pero Mark me conocía muy bien, demasiado bien.

- Eres una muy buena actriz, pero conmigo no tienes que fingir. - me dijo con una expresión triste. - ¿Tanto te ha afectado volver a verlo?

- Quería escucharlo, pero me aterra lo que pueda querer decirme. - admití.

- Escucha, Em, tienes que hacer lo que te traiga mayor tranquilidad a ti. - aconsejó. - Si lo que quieres es hablar con él, hazlo. Si esa conversación sale bien o mal, ya veremos cómo enfrentarlo. Pero no quiero que vivas el resto de este año en Seúl pensando en qué hubiera pasado si aceptabas hablar con él.

- No puedo. - repliqué con dificultad por el nudo en mi garganta. - ¿Qué pasa si me dice lo mismo? ¿Qué pasa si vuelve a repetir que no podemos estar juntos porque su manager así lo quiere?

- Haremos lo que hemos hecho hasta ahora. - sus manos pasaron por mi cabello y luego, se dirigieron a mis mejillas para secar las pocas lágrimas que habían logrado salir. - Te ayudaré a levantarte y seguir adelante. - añadió y, de alguna forma, sus palabras sumadas a la seguridad en sus ojos, lograron hacerme sentir un poco mejor.

- Entonces, ¿debería ir a buscarlo? - Mark ladeó la cabeza y fijo su vista detrás de mí.

- Jin ha venido. - giré al instante para ver si era una broma, pero no, Jin estaba parado al final del pasillo con las manos en sus bolsillos y una expresión tímida. - Ve, habla con él. Estaré aquí si me necesitas. - asentí y aunque las piernas me temblaban, me acerqué a Jin.


Si podía hablar con él, podría hablar con Jimin.


- ¿Jin-ssi? - pregunté cuando llegué a su lado. - ¿Qué haces aquí? - Jin se aclaró la garganta y levantó su mirada hacia mí. Entonces, noté un destello en sus ojos, uno que él intentó ocultar al parpadear varias veces.

- Te vimos en el estudio de fotografía.

- Lo sé. - asentí. - Dae Hyun oppa no pensó que fuese conveniente quedarnos por más tiempo, así que nos marchamos.

- Jimin-ssi salió a buscarte. - dijo lentamente, como si cada palabra le pesara. - Quería hablar contigo, pero cuando volvió rápido, supe que te habías negado.

- No quería escuchar algo que me fuese a hacer sentir mal. - Jin asintió. La conversación era incómoda, demasiado incómoda. - Además, tenía que venir a ver a Mark.

- Yo sé que entre Jimin-ssi y tú pasó algo. - soltó repentinamente y sentí todo el aire salir de mis pulmones. - Pero también sé que el día que los encontré, solo eran amigos, y yo sobredimensioné la situación. - añadió apenado. - ¿Fui yo? ¿Yo te empujé a los brazos de Jimin?

- Jin-ssi, no fue todo tu culpa. - me apresuré a responder. - Tú te apresuraste a sacar conclusiones, tal y como lo hiciste cuando me viste con Dae Hyun. Tu falta de confianza no estaba ayudando y el hecho de que ambos tuviéramos agendas tan ocupadas, estancó la relación. Pero es mi culpa también, yo dejé que mis sentimientos por Jimin-ssi fuesen cambiando y se transformaran en lo que ahora siento. - Jin asintió resignado al escucharme hablar y aunque no me gustaba verlo así, se sentía bien poder decirle todas esas cosas.

- Me costó aceptarlo. - admitió. - Me costó aceptar que Jimin-ssi se había enamorado de ti, de la persona de la que le hablé por años. Pero luego recordé que eso era exactamente lo que me había pasado a mí cuando comencé a conocerte. - Jin me mostró una media sonrisa, una media sonrisa que me hizo sentir un poco mejor. - He entendido que en cuestiones del corazón, no puedes controlar a quién decides amar, pero no ha sido solo por la forma en la que yo me sentí. Durante esta última semana he visto a Jimin-ssi casi no probar bocado de comida, encerrarse en su habitación a penas llegábamos a casa y no salir hasta la mañana siguiente, y lo he visto llorar. Nunca, en todos los años que lo conozco, lo había visto de esa forma y por la forma en la que vi tus ojos cristalizarse cuando nos viste en el estudio, supongo que tú estuviste igual. - agaché la mirada, sin poder decidir si debía confirmarlo o mentir y decir que había estado bien. - No quiero ser el impedimento para que dos personas a las que quiero, puedan ser felices.

- Jin-ssi... - musité al levantar la mirada hacia él. - ¿Qué estás diciendo? - Jin acercó una mano a mi rostro y acarició mi mejilla suavemente. Sus ojos seguían el camino dude sus dedos, como si intentara memorizar cada movimiento y guardarlo en su mente para siempre.

- Detesto sentir que soy la piedra en su camino. - replicó. - No me interpondré más entre ustedes, Em.

Take Me To Busan | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora