- ¿Que piensas? - le pregunté a Jimin mientras desayunábamos en nuestro apartamento. Le acababa de contar la idea de Jackson y Yoongi de comenzar a grabar algunas canciones solo por diversión y ver a donde nos llevaba, y aunque había intentado no mostrarlo, estaba nerviosa. La opinión de Jimin era importante, no solo por ser mi novio, sino porque, desde que había tomado la decisión de vivir con él, se había convertido en familia.
- ¿Que pienso? - repitió, dándole un sorbo a su café. Dejo la taza en la mesa y levantó la mirada hacia mi, inexpresivo. Los nervios me estaban comiendo viva y rogué que me soltara su respuesta de una vez. - Pienso que es una grandiosa idea, bebé. Mientras te haga feliz, tienes todo mi apoyo. - dijo, finalmente, y noté la alegría reflejada en todo su rostro.
- ¿Enserio? - Jimin asintió sonriente y alcanzó mi mano para acariciarla.
- Solo te pido una cosa.
- Lo que sea. - repliqué decidida.
- Graba una canción antes de que me vaya.
Jimin y BTS continuaron con las promociones de su comeback por una semana más, pero en cuanto acabaron, concentró sus esfuerzos en ayudarme y al Team Beckett a terminar la primera canción.
Mi novio y yo ya éramos unidos, pero trabajar en algo juntos, nos había vuelto inseparables. Había aprendido a amar una parte más de él. Había aprendido a amar al Jimin que conocía de música, de canto, de grabaciones, y me encantaba.
Pero mientras más pasaba el tiempo, si bien me alegraba estar haciendo algo que me gustaba, se aproximaba la fecha en la que Jimin debía irse al ejercito. Y cuando menos lo pensé, ya solo faltaba un día para que mi novio tuviese que dejar nuestra casa por dos años.
Su compañía había confirmado su partida al ejército una semana antes, por lo que salir fuera del apartamento se había vuelto una odisea. Las fans querían verlo, querían despedirse, pero Jimin no se sentía a gusto, se sentía abrumado. Y aunque le daba pena dejar a sus fans, había preferido pasar sus últimos días con sus amigos, conmigo y con su familia, quienes habían venido a Seúl a despedirse.
- ¿Esto también lo llevarás? - le pregunté a mi novio mientras doblaba algunos hoodies que tenía en su armario.
Alcancé uno de color negro con letras blancas en el brazo y no pude evitar acercarlo a mí para inhalar el perfume de Jimin. Mi corazón se estrujó en mi pecho y sentí cómo se formaba un nudo en mi garganta al instante. Me había acostumbrado tanto a tenerlo cerca, a dormir entre sus brazos, a despertar y ver su rostro, a su música alta mientras ensayaba alguna coreografía, a su risa, sus ojos, a él. Jimin no era solo mi novio. Jimin era familia, era mi sueño hecho realidad, era mi amigo, mi consejero, mi hombro para llorar y los brazos para darme calor.
¿Cómo iba a sobrevivir sin todo lo que Jimin significaba y representaba para mí?
- ¿Bebé? - me llamó él al darse cuenta que había comenzado a llorar, pero no pude responderle. Me abracé fuertemente a su hoodie y cubrí mi rostro para que no me escuchara sollozar. - Amor, no, por favor. - le escuché y a los pocos segundos, sus brazos rodearon mi cintura y me atrajo a su pecho.
- Lo siento, de verdad he intentado no pensar en ello, pero no sé si pueda estar dos años sin ti. - Jimin quitó el hoodie de mi rostro con suavidad y lo dejó sobre la cama, acarició mis mejillas con sus dedos y me obligó a ver sus ojos. Me pude ver reflejada en ellos y apreté fuertemente mis labios al notar lo miserable que me veía en ese momento. - No quería hacer esto. No quería que me vieras así, yo iba a dejar que te fueras al ejército sin que supieras cuánto me duele.
- ¿Por qué harías algo como eso? - quiso saber y noté, por su tono de voz, que él también quería llorar.
- Porque irte no es tu decisión, es algo que te han ordenado hacer. - repliqué y aunque intentaba parar, no podía dejar de llorar. - Sé que no me quieres dejar, sé que quieres quedarte conmigo, en nuestro hogar, y es por eso que no quería empeorar las cosas llorando de esta forma, como una niña chiquita. - Jimin esbozó una sonrisa débil y se inclinó lentamente para besarme. Distinto a otras veces, no era un beso de alegría, lamentablemente, era un beso cargado de dolor y de esa esperanza que se desvanecía.
No quise que nuestra última noche juntos terminara de esa forma, así que, aunque mi corazón dolía, me animé a llevar mis manos a su cuello y a presionar con más fuerza mis labios contra los suyos. Jimin pareció sorprenderse por lo repentina de mi acción, pero sin que yo dijera una sola palabra, descifró mi intención y cedió.
Todo cambió en cuanto tomé ese primer paso y me di cuenta que, aunque él no lo dijera en voz alta, había estado deseando lo mismo que yo. Esa noche terminó de la mejor forma posible, de una forma que ambos recordaríamos los dos años siguientes y que nos recordaría que el amor tan grande que teníamos, era mayor a la distancia que nos separaría.
- Te amo. - susurró él en mi oido mientras sus brazos me rodeaban fuertemente. - Mañana tendré que hacer lo más difícil de mi vida: dejarte. Pero no será para siempre, te lo prometo, y cuando regrese, voy a arreglar todo. ¿Me crees?
- Claro que sí. - afirmé segura y apoyé mi frente contra la suya, lo suficientemente cerca para que la punta de su nariz rozara la mía.
- ¡Hyung, Em! - se escuchó una voz desde afuera de nuestra habitación. - ¿Pueden dejar de hacer tanto ruido? Se están aprovechando de que eomma y appa no están aquí, ¿verdad? ¡Quiero dormir!
- ¡Yah, Jihyun-ah! - vociferó Jimin mientras ambos reíamos a más no poder. - ¡Son cosas de adultos!
- ¡Pero Em es menor! - gritó y pude notar cómo el hermano menor de Jimin comenzaba a reír también.
- ¡Vete a dormir! - replicó Jimin y luego, lo vi abrir los ojos de par en par. - ¡Y no se te ocurra decirle a eomma y appa!
- ¡Entonces dejen de hacer cosas que no deberían! - añadió antes de que se escucharan sus pasos alejándose de la puerta de nuestra habitación.
- ¿Crees que le diga a tus padres? - pregunté un tanto preocupada.
- No lo creo. - respondió, pasando sus manos por la piel de mis brazos. - Le caes muy bien a Jihyun-ah. - añadió antes de acercarse mucho más a mí. - ¿En qué estábamos?
Sí, definitivamente, esa noche había terminado de la mejor manera.
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Take Me To Busan | BTS
FanfictionHay personas que llegan a tu vida para marcarla y de las que no quieres alejarte jamás. Pero, por cosas del destino, Emma debe despedirse de esa persona y partir al otro lado del mundo. Nueve años después, ella regresa convertida en una mujer hecha...