S2. 09.

185 16 0
                                    

- Bienvenida de nuevo. - la voz de Yoongi me sacó de mis pensamientos e hizo que mi mirada, que había estado clavada en una de las paredes de la sala, se desviara y fuese hacia su rostro. Él me mostró una sonrisa amigable, justo lo que necesitaba en ese momento, y se acercó para sentarse a mi costado. - Jimin-ssi ya me contó todo. Lamento que las cosas se hayan puesto tan feas. - me encogí de hombros, sin sabe qué decir. - Oh, no, no me salgas con eso de "soy de pocas palabras", Em. Aquí el malhumorado soy yo, no puedes robarme el puesto. - añadió con fingida molestia y provocó mi risa. - Eso es, te ves mejor sonriendo.

- ¿Qué haces despierto a esta hora, Yoongi oppa? - pregunté mientras subía mis piernas al sofá y las abrazaba. Llevaba puesto un pijama de Jimin, dado que mi ropa estaba en mi apartamento, y con cada movimiento, su perfume me embargaba, haciéndome sentir un cosquilleo en el estómago. - ¿No se supone que los viejitos duermen temprano? - Yoongi chasqueó la lengua y abrió los ojos de par en par.

- Yah, no te aproveches de que me caes bien, Em. - me advirtió, pero no podía tomarlo enserio. Yoongi podía parecer duro por fuera, pero era una persona dulce y agradable. - Yo estoy componiendo algunas canciones para nuestro nuevo álbum, así que tengo excusa. ¿Qué hay de ti? ¿Te asusta mucho la habitación de Kookie?

- No, simplemente no podía dormir. - admití, devolviéndole la mirada a la pared. - No puedo dejar de pensar en lo que los presidentes hablaron, ni en las decisiones que estarán tomando.

- ¿Qué es lo peor que podría pasar? - me preguntó. - Podrían dar por terminado tu contrato, pero el año ya está pronto a terminar, por lo que no te afectaría mucho.

- Me quedaría sin compañía, Yoongi oppa. - le recordé, volviéndome hacia su rostro. - ¿Qué haré en Corea sin una compañía?

- Entonces, sí piensas quedarte en Corea. - me quedé inmóvil, pensando en lo que acababa de decir.

- Es cierto. - dije, más para mí que para Yoongi. - Quiero quedarme en Corea. - afirmé con una débil sonrisa que fue borrada por la preocupación. - Pero eso no va a ser posible sin un contrato ni el respaldo de una compañía.

- Big Hit no se va a quedar de brazos cruzados. - me aseguró. - Solo confía, Em.


No fueron las palabras, fue la forma en la que las dijo. Yoongi había logrado tranquilizar mi mente, al menos por los minutos que me mantuve despierta, antes de ir a la habitación de Kookie y acomodarme en la cama.


- Amor. - escuché, al mismo tiempo que alguien picaba mi mejilla. Gruñí a modo de respuesta, no tenía ganas de levantarme de la cama, sentía que habían pasado solo unos minutos desde que me había recostado. - Cariño. - insistió la persona, pero esa vez, en lugar de picar mi mejilla, sentí unos labios besar mi mejilla.

- Jiminie. - murmuré con una sonrisa y me di la vuelta para poder verlo. - Buenos días. - saludé cuando, por fin, abrí los ojos. Su rostro radiante me recibió y sus manos recorrieron mi rostro para alejar el cabello. - Ayer no podía dormir y me acosté muy tarde.

- Lo sé. Yoongi hyung me contó. - replicó con una mirada comprensiva y se sentó a mi costado. - Cariño, yo sé que todavía estás tratando de lidiar con lo que sucedió ayer en tu compañía, pero a mi me han pedido que continúe con mi agenda de BTS.

- Oh, está bien. - asentí. - Llamaré a Hye Moon para ver si puede...

- Espera, espera. - pidió él, negando con la cabeza mientras reía. - Te iba a preguntar si querías ir conmigo. Sé que estás un poco cansada, pero puedes descansar en el auto y, además, creo que distraerte un poco te ayudará.

- Vamos. - repliqué sin dudar.


Improvisé un poco con mi vestimenta, entre parte de mi outfit del día anterior y un hoodie de Jimin, completé mi atuendo y salí detrás de todos los chicos hacia el auto que habían enviado a recogernos. Me recargué en el hombro de Jimin para dormir camino a la locación en la que grabarían un video para su comeback, pero era casi imposible con los gritos de los chicos. Eran como niños pequeños a los que llevaban de excursión, niños a los que les habían dado muchos chocolates.


- ¡Em, mira! - pidió mi novio y lo busqué con la mirada instantáneamente, justo para ver cómo amenazaba con saltar al frío mar.

- ¡Yah! - grité. - ¡Ten cuidado!


Estábamos intentando grabar unas cuantas tomas de los chicos en un muelle y de Taehyung saltando de una estructura de metal. Yo no tenía idea de qué iba todo eso, no entendía qué concepto tenía el video, pero me parecía interesante y me hacía extrañar las grabaciones del drama.

Mi novio, quien ya había acabado con sus escenas, se acercó a mí con una manta alrededor de su cuerpo. Se sentó a mi costado y pasó la manta por mis hombros, llevó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja, viéndome con ojos brillantes y alegres, y rozó la punta de su nariz con la mía. Él se veía feliz, feliz de volver a su trabajo, y verlo así me agradaba.


- Te ves diferente con ese color de cabello, Jiminie. - comenté al pasar mi mano por su negra cabellera.

- ¿Diferente bueno? - quiso saber mientras parpadeaba varias veces. - ¿Diferente te gusta? - reí ante su pregunta.

- Claro que sí. - repliqué, dándole un toquesito a su nariz. - Te ves más... - volteé a ambos lados, asegurándome que los chicos no estuviesen lo suficientemente cerca para escucharme, y luego, regresé mi mirada a mi novio. - Te ves sexy. Tienes una onda de bad boy. - añadí en voz baja, sintiendo como mis mejillas se tornaban rojas. Jimin rió, rió tan fuerte que quise esconder mi rostro bajo tierra.

- Bebé, eres increíble. - dijo alegre, antes de que alguien de la producción le llamara.


Lo vi alejarse y conversar con su manager, todo parecía bien, hasta que noté que Jimin agachó la cabeza y asintió. Eso me asustó y quise ir a preguntar qué había pasado, pero mi celular comenzó a sonar.

Era Hye Moon.


- ¿Unnie?

- Em. - sollozó Hye Moon. - ¿Dónde estás?

- Unnie, ¿por qué lloras?

- Me he enterado de algo, algo que no te va a gustar. - replicó y la escuché sollozar del otro lado de la línea. Me puse de pie rápidamente y me llevé una mano a la cabeza, intentando calmar el dolor agudo que acababa de dispararse.

- ¿Qué pasó? - pregunté y cerré los ojos mientras esperaba su respuesta.

- El presidente... - la escuché tomar una bocanada de aire y sentí que en cualquier momento mi corazón estallaría de lo rápido que latía. - El presidente ha decidido cancelar tu contrato.

Take Me To Busan | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora