Lo intenté. Intenté por todos los medios dejar de pensar en él de esa forma, intenté respetar el espacio que me había pedido, intenté olvidarme del chico que me fastidiaba con mi altura, sin embargo, allí estaba, en Busan, en su casa y entre sus brazos, escuchándolo confesar sus sentimientos por mí por segunda vez.
La diferencia entre ambas veces era que, luego de todo el tiempo juntos en Busan, luego de los paseos por la playa, de los almuerzos riendo, las noches en las que nos quedábamos conversando frente a la chimenea y la visita a casa de sus padres, mi corazón había comenzado a latir con fuerza con su cercanía y mis mejillas se tornaban de un tono rosado cuando me halagaba.
Jimin lo sabía. Maldita sea. Jimin lo había descubierto antes que yo misma. Él había sabido interpretar las señales y había caído en la conclusión de que, aunque no lo admitiera en voz alta, había comenzado a sentir algo por él.
- Oppa... - balbuceé, intentando retroceder un poco, pero choqué con la barra de la cocina. Jimin no dejó de verme ni un solo segundo, por el contrario, se acercó aún más y logró ponerme nerviosa.
- Solo dilo. - pidió con tal tono de voz que terminó sonando como una súplica.
Él no me dejaría escapar de aquella conversación. Iba a tener que admitirlo en voz alta y con ello, hacerlo real. Pero estaba aterrada de lo que pasaría, de lo que dirían todos, de lo que pensaría Jin y sus compañeros, Mark, Hye Moon, Dae Hyun y cada persona en Corea.
Devolví mi mirada a sus ojos, intentando buscar una forma de pedirle que termináramos con esa conversación, pero lo único que logré fue admirar la forma tan bonita que tenían de brillar cuando me veía. Lo tenía tan cerca que con un solo movimiento, podría haberlo besado, y aquello me gustaba. Maldición. Me gustaba.
- Ya lo sabes. - admití con un hilo de voz, sin quitar la vista de sus ojos. Jimin me mostró una media sonrisa llena de esperanza y luego, llevó una mano a mi mejilla. Su solo tacto me estremeció.
- Dilo. - insistió, acercándose un poco más para que la punta de su nariz tocara la mía. Vi que cerró los ojos ante el tacto de nuestra piel y mis brazos, impulsivamente, lo rodearon.
- Oppa, lo que siento por ti ha dejado de ser un simple cariño de amigos.
(...)
- ¡Yah, Emma-ssi! - gritó Hye Moon desesperada y fue tan sorpresivo que logro que diese un salto en mi sitio y casi soltara mi teléfono. Me volteé hacia ella y noté que apretaba el puente de su nariz y mantenía los ojos cerrados. - No escuchaste lo que te decía, ¿verdad? - negué con la cabeza. - Te he visto ver ese video 20 veces, Emma-ssi, no puedo creer que te guste tanto. - casi me atoro con mi propia saliva cuando dijo aquello y comencé a toser para intentar respirar normalmente. A Hye Moon le pareció divertido, por lo que empezó a soltar carcajadas ruidosas. - Estás perdida.
- ¿A qué te refieres? - pregunté, intentando parecer ofendida, pero cuando mi mirada captó la imagen congelada en la pantalla de mi teléfono, no pude evitar sonreír. Era el rostro sonriente de Jimin, haciendo un corazón con los dedos, y era parte de un video deseándome buenos días. - Unnie, es que es muy lindo. - chillé y me llevé las manos al rostro. - Es tan atento, dulce, caballeroso y... - me detuve un segundo para tomar un poco de aire y mi mente, en ese pequeño segundo, viajó hacia Jimin. Seguramente estaba ensayando en ese momento, al otro lado de la ciudad. ¿Estaría pensando en mí, como yo en él?
- Sí, estás perdida. - repitió mi amiga. - Estoy un tanto preocupada por esto. No quiero que te distraigas del trabajo, Emma-ssi, mucho menos ahora que las grabaciones están comenzando de nuevo y que tú y Dae Hyun-ssi deben hacer algunos photoshoots.
- Es que me siento como una niña. - admití un tanto avergonzada por decirlo en voz alta, pero Hye Moon pareció entender a lo que me refería. - Jimin es... - unos gritos me interrumpieron y volteé hacia la calle al instante. Ya habíamos llegado al set de grabaciones y en la calle, Dae Hyun acababa de bajar de su auto y había sido acorralado por un grupo de fans. - Ahora sí siento que he regresado al trabajo. - bromeé antes de salir del auto para alcanzar a mi co-estrella.
- ¡Little Beckett! - saludó él en cuanto me vio y luego de disculparse varias veces con las fans, avanzó entre ellas hasta llegar a mi lado. Me dedicó una sonrisa sincera, una de esas que antes lograban exasperarme, y yo le dediqué una reverencia a modo de respuesta. Las fans comenzaron a murmuran detrás de nosotros y a tomar fotos, pero para ese punto, ya no me importaba. - ¿Pasamos? - preguntó al señalar la puerta de entrada y asentí de inmediato.
- ¿Cómo has estado, oppa? - busqué saber mientras caminábamos, seguidos muy de cerca por nuestros asistentes. - ¿Me extrañaste?
- Claro que sí. - replicó. - Pase de verte todos los días a no verte para nada por toda una semana. - explicó mientras subíamos al ascensor y nos acomodábamos con el resto de personas. - ¿Qué tal tus vacaciones? ¿Qué hiciste? - Hye Moon comenzó a reír detrás de ambos.
- Sí, Emma-ssi, cuéntale a tu oppa qué hiciste. - me volví inmediatamente hacia mi amiga y la fulminé con la mirada.
- ¿Qué sucedió? - quiso saber Dae Hyun. - ¿Por qué Hye Moon-ssi lo sabe y yo no? - se quejó.
Mataría a Hye Moon.
- Solo pasó algo. - me limité a responder y salí del ascensor para comenzar a caminar por el pasillo.
- Oh, no, me tienes que decir qué pasó. - insistió mi amigo, alcanzándome en la puerta de los camerinos y colocándose delante de mi para evitar que continuara avanzando. - Dime, ¿a dónde fuiste durante la semana pasada? - logró añadir antes de que mi celular comenzara a sonar en mi bolso. - Salvada por la campana. - murmuró mientras yo sacaba el aparato y luego, entró a los camerinos sin decir más. Yo solo negué con la cabeza mientras reía suavemente y dirigí la mirada a la pantalla de mi celular, solo para ver un nombre que amplió mi sonrisa diez veces más.
- Anyeong, oppa. - saludé contenta. - Pensé que estarías ocupado hoy, por eso no te llamé.
- Hola, pequeña. - replicó y juro que casi podía ver su rostro sonriente frente a mí. - Nos estamos tomando unos minutos para descansar. - explicó mientras intentaba recuperar el aliento. - ¿Ya llegaste a tu compañía?
- Sí, oppa.
- ¿Entraste a tu camerino?
- ¿Al camerino?
- ¡Yah, Little Beckett, ven aquí a explicarme esto! - escuché a Dae Hyun gritar y me apresuré a entrar al camerino. Cuando lo hice, sentí mi mandíbula casi caer hasta el suelo y tuve que llevarme una mano a la boca para que mis compañeros no notaran mi sorpresa. - ¿Por qué Jimin-ssi te envía tantas flores? - me interrogó antes de darse cuenta que estaba atendiendo una llamada, pero no podía responder. Estaba embelesada por la cantidad de rosas que llenaban el camerino. - Vamos a hablar después. - advirtió con el ceño fruncido.
- ¿Quién era? - preguntó Jimin, del otro lado de la línea.
- Mi co-protagonista. - repliqué rápidamente. - ¡Oppa, muchas gracias!
- ¿Te gustó?
- Me encantó. - susurré para que Dae Hyun no escuchara mi conversación. - No esperaba esto.
- Quería que tuvieses un buen regreso al trabajo. - dijo, pero noté un ligero cambio en su voz, uno cambio que me preocupó. - Y también para intentar suavizar las cosas de las que quiero hablar contigo.
- ¿Qué pasa? - pregunté nerviosa.
- Jin lo sabe.
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Take Me To Busan | BTS
FanfictionHay personas que llegan a tu vida para marcarla y de las que no quieres alejarte jamás. Pero, por cosas del destino, Emma debe despedirse de esa persona y partir al otro lado del mundo. Nueve años después, ella regresa convertida en una mujer hecha...